Capítulo 25

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El castaño estuvo en shock durante varios minutos, en los que simplemente miraba el abdomen de su futura esposa sin creerse que ahí podía haber un bebé.

-Konohamaru di algo – llamó la castaña loca de nervios-.

-¿Es de verdad?- Preguntó sorprendido porque lo que le estaba diciendo.

-Claro que lo es – dijo enseñándole el test-.

-Tu padre nos matara- dijo mientras que lo veía sin poder creérselo-.

-Se lo dije esta tarde- hizo una ligera pausa- y sorprendentemente se alegró.

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Hinata se despertó en brazos de su esposo, hacía mucho que no despertaba sintiendo su calor y eso la ponía muy feliz. Comenzó a sentir la mano de su esposo acariciándole la espalda y supo que se había despertado también, por lo que alzó su rostro para mirarlo y comprobó que el también la miraba a ella . La azabache alargó su cuello y lo besó, fue un simple contacto de labios.

-Buenos días, esposo -pronunció mientras en sus labios se formaba una sonrisa enorme-.

-Buenos días, esposa -contestó para acto seguido escuchar tres pares de pies aproximarse hacia ellos por el pasillo-.

Los niños entraron en la habitación y saltaron a la cama, haciendo que Sasuke abrazase a Hinata para proteger a su hijo, mientras que esta entre sus brazos reía sin parar. Los niños se abrazaron a ellos y los dos mayores correspondieron el abrazo. No tardaron mucho en levantarse para ir a desayunar.

No paraban de hablar entre ellos mientras que Hinata y Sasuke preparaban el desayuno y la mayor no podía parar de reír al escucharlos hablar de cosas tan inocentes.

Sirvieron el desayuno y lo tomaron con sus hijos.

Aquel recuerdo la había perseguido durante el último mes y medio. Ese día fue el último que paso con su familia. Después de aquel desayuno Sasuke y los niños se fueron al mercado y apareció Toneri, diciéndole que si no iba con él mataría a Mirai. Como Hinata se había dado cuenta de los anbus que rodeaban la casa, la decisión se había tomado automáticamente, solo que le pidió llevarse ropa al menos. Mientras que esta cogiendo la ropa cogió el colgante que su hijo había llevado cuando fueron a rescatarlo antes y lo recubrió con su propio chakra para que Toneri no se diese cuenta.

En ese momento se estaba despertando, con la camiseta de su esposo y los pantalones de misión que llevaba con 14 años. Hizo la cama y se cambio la ropa a una mas cómoda y que abrigase ya que donde estaba hacia frío. Mirai hacia sido devuelta y todo lo que recordaba de ese lugar se había sellado para que no los pudiesen encontrar.

La azabache convivía con Toneri como si fuese su marido, no le hacia daño la trataba bien y la dejaba pasear por el complejo con ciertos limites, pero la dejaba. La mayoría del tiempo la pasaban juntos leyendo o viendo alguna película en la televisión que uno de los subordinados del peli-blanco había comprado.

Pese a estar separada de su familia, debía admitir que Toneri no había reparado en gastos para que ella se sintiese como en casa y tuviese todas las comodidades posibles.

Por las noches extrañaba a sus hijos y a su esposo, pero no se podía permitir recordarlos cando estaba con Toneri porque quizás el castigo seria mayor que el de la última vez.

Una nueva vida (SasuHina) (Terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora