Capítulo 16

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Tres meses después...

Aún Hinata no sospechaba nada sobre el plan de su hermana, ya que Hanabi interpretaba muy bien el papel de hermana feliz y contenta. Sasuke había estado el último mes en misión y no había podido verlo desde entonces. Él echaba de menos estar en casa con su esposa y sus hijos, lo único bueno era que Juugo ya estaba en casa y estaba apenas a unos metros por si le ocurría algo en casa. Ese hecho lo tranquilizaba, pero no del todo. Lo bueno era que ese día ya llegaba a casa después de 30 largos días de misión. Deseaba ya ver a su esposa, la cual debía de tener ya una pequeña y abultada barriga que acariciar; y a sus hijos a los que echaba bastante de menos

Pese a tener su casa el dobe de su rubio amigo pasaba más tiempo en el distrito Uchiha que en la mansión del Hokage. No sabía por qué, quizás realmente le apetecía pasar más tiempo con su hijo y aquella era la única familia que él había conocido en su vida. En esos momentos por fin había avanzado lo suficiente como para hacer un portal que lo llevase hasta el despacho de su torpe amigo Naruto y que le pudiese entregar ya el informe y volver a casa.

El Uchiha saludó a su amigo, pero antes de que se pusiese a contarle cosas sobre lo que había transcurrido en aquel mes en la villa, le entregó el informe y le contó un poco sobre la misión y salió prácticamente corriendo de ella porque quería llegar a casa de una buena vez. Sasuke no sabía que podía ser tanta la desesperación por ver a su familia no podía expresarles lo mucho que los había echado en falta. Él no era demasiado dado a mostrar sus sentimientos porque era consciente de que estos son motivo de destrucción. Ya una vez perdió a su familia no quería que aquello le pasase de nuevo y perder de nuevo lo qu e mas le importaba en la vida.

Bajó su índice de chakra al mínimo, sabía que ella ni lo notaría y los niños estarían durmiendo en esos momentos. Saludó a Juugo con un movimiento de cabeza, el cual fue devuelto; para posteriormente el azabache entrar en su hogar sigilosamente. Podía oír las voces que emanaban de la televisión dando a entender que su esposa estaba en la sala y seguramente se llevaría una sorpresa al verlo de vuelta en casa y sin haberle avisado. Al asomarse por la puerta del salón vio a Hinata recostada en uno de los sillones individuales tipo hamaca que habían comprado antes de que él se fuese de misión.

Pudo verla con unos pantalones de los que usaba en su adolescencia que le llegaban bajo las rodillas, los cuales a pesar del tiempo trascurrido aún le quedaban bien; y una camiseta de tirantes que se encontraba enrollada por encima de su pequeña barriga. Fue la imagen más hermosa que había visto en su vida, ya que ella tenía una de sus manos posada en su abdomen como si estuviese protegiendo al bebé.

Se quitó la capa y el chaleco dejándolo en la mesa de comedor y sigilosamente acercándose a ella. Cuando estuvo lo suficientemente cerca se acuclillo delante de ella y alzó su única mano para acariciarle la mejilla con todo el cariño que era capaz de darle. Hinata poco a poco abrió los ojos, vio una mancha negra por lo qu e enseguida pensó que era alguno de sus hijos que ya se había levantado de la siesta. Parpadeó varias veces mientras que lo miraba a otra parte y al volver la vista pudo ver a su esposo. Durante unos segundos se quedó en shock, pero después se abrazó a él haciéndolo caer de culo con ella encima. Él la abrazó con su único brazo y sonrió involuntariamente. Sasuke la volvió a sentar en el sofá para que no estuviese incomoda, él se volvió a acuclillar y ella pudo ver la imperceptible sonrisa que se hallaba en el rostro de su esposo.

El azabache llevó su única mano al abdomen de su esposa y con la mano inmóvil comenzó a acariciar la tripa con el pulgar. La azabache miraba la mano de su esposo muriendo de amor por lo que estaba haciendo, pero lo que hizo a continuación no se lo esperaba. Sasuke depositó un largo beso en su tripa mientras la miraba a los ojos, aquello la hizo sonrojarse como un tomate bien maduro. Sasuke la miraba como diciendo que todo eso era suyo y eso hacia que extrañamente se excitase, sabía lo posesivo que era al igual que ella solo que ella no lo mostraba abiertamente. Al menos fuera de la cama. Sasuke después de depositar aquel beso en el abdomen de su esposa se acercó a sus labios y los beso con necesidad, después de haber estado un mes sin verse. Hinata llevó sus finas manos a las mejillas de él y Sasuke enrolló su brazo en su cintura y la pegó todo lo posible a él.

Una nueva vida (SasuHina) (Terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora