Capítulo 7

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Gracias a la encarnizada batalla que estaba teniendo lugar en el gimnasio, Mukuro Ikusaba había conseguido más tiempo del que se esperaba. Nada más entrar en la enfermería se puso a buscar entre las provisiones médicas e hizo lo que pudo para parar el sangrado.

Aunque todavía era débil, la respiración de Naegi se había ido estabilizando. Ikusaba suspiró, aliviada. Sin embargo, aunque había sido capaz de detener la hemorragia, todavía no podía bajar la guardia. Como obra de un milagro, parecía que ninguna de las arterias u órganos importantes de Naegi habían sido dañados. ¿Podía deberse a su suerte? O quizá no tenía tanta suerte como parecía... Al fin y al cabo, el único tratamiento que podía recibir era como mucho temporal. Ikusaba no sabía qué hacer.

-Si pudiera hacerle una transfusión de sangre... - La enfermería debería contar con unos cuantos paquetes de sangre para transfusiones. Ikusaba sospechaba que el tipo sanguíneo de Naegi podría estar escrito en su ElectroiD, pero justo cuando se acercaba a su bolsillo para buscarlo...

-Ja, ja... Así que estás acercándote a la ropa de un chico inconsciente, ¡¿Qué pasará a continuación?! Los adultos pueden seguir jugando, pero los niños mejor que se limiten a pulsar el botón B, ¿Vale? Upupupupu... -

Ikusaba se giró hacia aquella voz familiar y vio a Monokuma plantado frente a ella.

-Ahora mismo estás a solas con Naegi, ¡Tú piensa que yo soy tan solo un adorable animalito y deja que tu lujuria te guíe! Como director debo evitar cualquier tipo de relación sexual ilícita, ¡Pero con las clases de educación física no tengo ningún problema, señorita! - Aunque era exactamente igual al que había en el gimnasio, aquel era un Monokuma diferente.

Habían colocado una multitud de Monokumas por toda la academia, así que no era raro que pudiera aparecer en cualquier parte. A pesar de todo, la persona que los controlaba era siempre la misma. Ikusaba había estado alerta ante un posible ataque de Monokuma mientras curaba las heridas de Naegi, pero su aparición en ese momento concreto la atrapó completamente desprevenida.

-¿Junko...? - Preguntó con cuidado pero Monokuma ladeó la cabeza junto con toda su parte de arriba inquisitivamente.

-¿Junko? ¿De quién hablas? ¿Jun Ko? ¡Nunca había oído hablar de ese país! - Le dijo Monokuma.

-Basta de bromas. Respóndeme, Junko... Tenías planeado matarme antes... ¿Verdad...? - Le preguntó Ikusaba.

-Junko esto, Junko lo otro... ¿Qué te pasa? ¡Te estoy diciendo que soy Monokuma! ¡Pero que decepción debes de ser si no puedes recordar algo tan simple como eso! ¡No solo una decepción como persona! ¡También eres una decepción como hermana! ¡Estás en los huesos y tu cerebro es todo músculo, tu personalidad es in-oso-portable! - Le dijo Monokuma sonando molesto.

-Eh... U-Um... Lo siento - Fue lo que dijo Ikusaba.

Monokuma, Junko no tenía necesidad de disculparse, pero oír a su hermana pequeña llamándola "decepción" una vez más fue suficiente para hacer que la Mercenaria Definitiva reculase.

Monokuma la ignoró a ella y a su situación actual, luego saltó sobre el cuerpo casi inerte de Naegi y empezó a darle con el dedo en las mejillas.

-Bueno, ¿Qué vas a hacer con Naegi? ¡Quiero saber más sobre los hábitos de apareamiento humanos, ¿Sabes?! - Le dijo pícaramente Monokuma.

-¿Qué estás...? - Empezó a preguntar Ikusaba, pero se detuvo cuando Monokuma bajó su tono y empezó a susurrar en la oreja de Ikusaba.

-Upupupupu... Naegi es un chico muy lindo, ¿Eh? ¡Si incluso se ha sacrificado por ti! ¡Es taaaan generoso que hasta se ha quedado sin esperanzas! Upupupu... - Le dijo el oso.

Danganronpa: Trigger Happy Havoc (Otra Historia Diferente)『Terminada』Donde viven las historias. Descúbrelo ahora