CAPÍTULO VEINTIDOS: Shinigamis ingleses.

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Despacho Shinigami. 
Londres. 
9:36 am.

—¿A usted le parece bien, Sr. Spears? —cuestiona uno de los shinigamis de más alto rango. William acomoda sus lentes y medita un poco la pregunta.

—El señor Jonas es un shinigami de confianza, si él la recomienda debe ser por algo.

—Pero es mujer —replica otro más de los cinco presentes en la sala— ¿Desde cuándo las mujeres se convirtieron en recolectoras?

—Recordar que los recolectores de Suecia fueron masacrados uno a uno durante los últimos años. Solo muy pocos quedaron, se vieron obligados a preparar a las mujeres para ser recolectoras. Estamos en esa situación ahora.

—Tomar en cuenta que ella tiene buena reputación en cuanto a su trabajo.

—¿Y por qué solo la quieren mandar a ella?

—Es voluntaria —aclara William. Todos se miran entre sí.

—¿Cuál dijiste que era su nombre?

—Eileen Adelheid. Cometió suicidio aquí en Londres a los veinte años de edad.

—¿No es la misma que el sr. Sutcliff casi mata hace un par de meses?

—Está en lo correcto. Ella también estuvo presente durante mi última investigación de campo. Ni si quiera estaba destina a ser shinigami. Cambio su destino en el último minuto —silencio de nuevo.

—¿Realmente no nos basta con los recolectores que tenemos? —«¿Es qué no ven que nos falta personal?» piensa William con frustración —No es como si hubiera demasiadas muertes en Londres.

—Pero falta personal de oficina.

—Propongo que la aceptemos como parte del Departamento de Asuntos Generales.

—Voto por esa opción —comenta William con la intención de terminar esta junta lo antes posible y poder reponer el tiempo perdido.

—Dos votos a favor —comenta el de más alto rango— Tres con el mío.

—Eso es mayoría de votos.

—Con esto se finaliza la reunión. Sr. Spears, encárguese de enviar nuestro veredicto a la rama sueca. También de su llegada y de que conozca las instalaciones.

—Entendido.



Londres. 
Mundo humano. 
11:00 am.
(Ubicación exacta: desconocida)

—Isis desea saber cómo vas con el trabajo de encubrimiento.

—Todo va bien, Ryan se ciega demasiado con la emoción de pensar que su medicina funciona, ni si quiera se molesta en entender cómo es que realmente los muertos se levantan —finaliza con una sonrisa satisfactoria. El contrario asiente.

—El experimento se llevará a cabo en menos de tres meses. No te retrases.

—Por supuesto que no, pero tengo una pregunta, Adler.

—¿Cuál? —entona con indiferencia.

—¿Quién es exactamente "Isis"? —el contrario arquea una ceja manteniendo una expresión seria.

—Nosotros no le preguntamos nada sobre su vida personal, Undertaker. Así que usted haga lo mismo.

—Heh, heh. Esperaba una respuesta así —entona divertido— Pero por lo menos me gustaría saber quién me pidió una cantidad tan absurda de muñecas bizarras.

Las notas de Eileen 『Undertaker』Donde viven las historias. Descúbrelo ahora