CAPÍTULO TREINTA Y NUEVE: El odio detrás de la verdad.

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Sus pupilas repasan con velocidad cada nombre escrito en el lomo de los libros. Las letras doradas en un fondo blanco se reflejan en sus lentes mientras la aguja de su reloj de bolsillo avanza demostrando el poco tiempo que le queda. Sus pasos recorren el largo pasillo en busca de su nombre. A pesar de que Jonas dijo "sótano" realmente parece más como una biblioteca lujosa de color celeste, estanterías color dorado y libros blancos con letras color oro. Eso sí, el silencio es tanto que inquieta, es como si el tiempo se hubiera detenido junto con todo lo demás, pero la realidad es contradictoria. Su mirada se detuvo al igual que todo su cuerpo, incluso contuvo la respiración por un instante. Delicadamente le tomo entre sus manos y con el iris centellante aprecio con suma curiosidad su Libro de Vida.

—Realmente... soy yo —murmura mientras sus dedos pasan por las realzadas letras que graban su nombre en aquella portada— Deja de perder el tiempo Eileen —se regañó a sí misma y de inmediato guardo el libro en la mochila.

Subió con prisa las escaleras luego de asegurar que este bien cerrada y con el corazón latiendo desenfrenado, salió a espaldas del vigilante quien habla despreocupado con Jonas. Este le mira despistadamente por un instante y sus miradas se cruzan de una manera tan significativa, que Eileen juraría que le dijo "buena suerte" solo con la vista. Es aquí cuando la shinigami da el paso que cambiara el rumbo de su existencia.

••• 

Ciudad de Londres 

Un extraño cielo cubierto de enormes nubes grises y oscuras, acompañado del sonido de los truenos, dan aviso de una próxima tormenta. Los ciudadanos observan confusos sobre sus cabezas al ver tal fenómeno natural en estas fechas del año, ciertamente es poco usual que una tormenta como esta suceda en pleno mes de Mayo. La mayoría, opta por apurar su paso o refugiarse en algún lugar público en cuanto las primeras gotas de lluvia comienza a caer y una paloma vuela veloz a través de estas con un destino bien planteado y un mensaje importante.
Mientras tanto, una joven camina inquieta entre la gente, abrazando su mochila negra. El viento ondea sus rosáceos cabellos a su antojo, incluso mese un poco el paraguas negro que cuelga en su brazo izquierdo. Sus pasos siguen su camino al área más tranquila que conoce de aquel barrio. Una vez más, se encuentra con aquella reja oscura que rodea el territorio de los muertos, el cual atraviesa sin titubear, siguiendo en dirección recta, hasta el fondo, más allá de los árboles. Tal y como esperaba, detrás de aquella barrera de árboles se encuentra un campo solitario pero lleno de pasto.

—¿Por qué será mala idea abrir el libro en un lugar cerrado? —murmura para sí misma, caminando un poco más en medio de aquel campo. Su mirada se posa en el cielo que truena con intensidad, como si se preparara el ambiente para una intensa situación— Unas gotas de lluvia no dañaran las hojas de un libro como este —musita divertida en voz baja, mientras que de su mochila saca aquel objeto blanco. Respiro profundo, cerrando momentáneamente sus ojos— Bien, mientras antes sea, mejor —entona con curiosidad nerviosa.

Sus manos temblaron ligeramente, se sentó en el pasto con las piernas cruzadas, dejando a un lado su guadaña y mochila. Miro su alrededor por un segundo y volvió su atención al libro. Sus dedos tomaron la blanca cubierta y la levantaron con lentitud mientras un trueno resuena intimidante.

•••

Un shinigami pelirrojo realiza su labor en medio de un accidente en carruaje. Recolecta las almas sin perder el tiempo, pero cuando se decide a irse, un brillo extraño a la lejanía capta su atención.

—¿Eso es...? —su mirada se fija en ese punto y sus piernas le guían en esa dirección.

Ciertamente aquella situación le inquieto un poco, lo que sus ojos vieron fue un cinematric record, pero no cualquiera común y corriente, sino uno que desprende un verdoso brillo espectral. Luego de caminar a un paso rápido, lo único que le separa de aquel brillo es el cementerio, el cual cruza sin problema alguno, sin embargo, un par de ojos verdes le observan sigilosos desde las sombras.
El escenario que encuentra le deja sin palabras y en suma alerta. Su boca se abre ante la sorpresa y el ceño fruncido denota confusión «Esto no está bien, debo cortar la conexión antes de que llegue a "esa" parte». Sus manos sujetan con decisión a la motosierra, la cual hace su característico sonido al ponerse en función. Se prepara y avanza veloz a su objetivo, sin embargo, un inesperado golpe le hace caer al suelo con fuerza.

Las notas de Eileen 『Undertaker』Donde viven las historias. Descúbrelo ahora