It's a Secret (Sterek)

Capítulo 10

- ¿Funcionará?- Pregunto mientras miro a Gabriel acabar de hacer el pentagrama, él me sonríe y Miguel se pone a su lado.

- Siempre lo hace.- Aseguran antes de cerrar los ojos, una nube roja hace que cerremos los ojos mientras tosemos. Abro los ojos y veo a Nick con una pose de cansancio mirándonos a todos.

- Hola hijo.- Dice mientras me sonríe ladeada mente, yo pongo mis ojos de Nefilim y él sonríe mientras mira a los arcángeles.- Así que vosotros sois quienes ocultaban a mi hijo de mí.- Dice pensativo, después suspira y vuelve a mirarme.

- Nick.- Él hace una mueca y yo me acerco más al pentagrama.- Devuélveme a mi hijo.- Él se ríe y se sienta en el suelo mientras me mira fijamente.

- Stiles, Stiles, Stiles.- Dice mientras niega y se apoya en sus manos.- Esto no funciona así.- Dice mientras se muerde el labio sonriendo.- Tu hijo está perfectamente, estoy intentando crear un lazo abuelo-nieto, pero es difícil.- Yo sonrío suspirando y miro a Derek que me da un apretón en el hombro.- Pero no soy idiota, y cuando sentí que alguien me invoca, pues digamos, que me imagine que erais vosotros.- Dice mientras mueve su mano, yo lo miro serio y él sonríe mientras se levanta y se acerca a lo máximo que le dejan los símbolos que hay dibujados.- Lo he dejado con un amigo que si no vuelvo en un día se comerá a Robert sin pestañear.- Dice con una risa bastante macabra. Yo miro a Gabriel y él niega mientras me mira a mí.

- ¿Cómo sabemos que no mientes?- Digo mientras lo miro serio, él se ríe y cierra los ojos, unas imágenes aparecen en mi cabeza y puedo ver a mi hijo en una cama mientras mira atemorizado hacia lo que sea que lo está mirando.

- Son imágenes en directo.- Dice con una misa antes de que esa imagen desaparezca de mi vista, me caigo de rodillas mientras lloro y lo miro sintiendo las manos de Derek ayudándome a levantarme.

- ¿Qué quieres Lucifer? Dime lo que quieres y te lo daré pero no le hagas daño a mi hijo.- Digo mientras me levanto y me acerco, él sonríe con superioridad.- Por favor.- Suplico mientras la cara de mi hijo muerto de miedo se repite en mi cabeza.

- Ven conmigo.- Dice haciendo que lo mire, él sonríe y se acerca más.- Rompe el sello y ven conmigo, conoceme y veras que no es tan loco unirte a mis filas.- Dice mientras se apoya en la barrera invisible, yo lo miro mientras las lágrimas caen de mis ojos.- No soy tan malo como estos santurrones me pintan, solo te pido dos días, si después de esos dos días decides no seguirme te podrás ir, tu y Robert.- Dice con una sonrisa, yo asiento y esa sonrisa se ensancha más.

- ¡Stiles no!- Grita Gabriel separándome de los sellos, Miguel también se acerca y se agacha para coger mi cara.

- Te esta engañando, tiene que tener algún truco.- Dice mientras limpia mis lágrimas, miro a Nick y esta sonriendo mientras susurra "Tic-Toc" simulando un reloj. Los miro a todos y mi manada solo me mira serio mientras que Derek niega mirándome con lástima. Me acerco a él y lo beso. Sus lágrimas y las mías se mezclan antes de separarnos y acaricio su cara.

- Dos días.- Le susurro, él asiente y vuelve a dejar un beso en mi boca.- Tengo que hacerlo, es mí hijos chicos.- Digo mientras me acerco otra vez a Lucifer, este sonríe y yo rompo el sello haciendo que él suspire y se mueva con más tranquilidad por la casa.

- ¿Nos vamos?- Me pregunta, yo asiento y él me ofrece su mano que acepto mientras miro Derek

- Dos días.- Me recuerda con la voz rota antes de que la imagen cambie rápidamente y nos encontramos en un piso, no parece que sea dentro de Beacon, aunque bueno, tampoco conozco todos los edificios.

Él comienza andar hacia el pasillo y lo sigo mientras no pierdo detalle de nada, todas las ventanas parecen protegidas por algún tipo de magia, eso explicaría el por que no podía comunicarme con mi hijo. Se detiene en la puerta y me sonríe antes de abrir y dejar salir a un perro enorme negro y con unas cuantas llamas.

- Es un perro del infierno, son buenos guardianes.- Dice mientras entra, yo me quedo viendo al pero desaparecer de la nada.- Robert mira a quien te he traído.- Yo entro corriendo al escuchar el nombre de mi hijo y él me mira sorprendido antes de lanzarse a mis brazos llorando.

- Mi niño, mi pequeño niño.- Digo mientras lloro con él, sus manos me abrazan fuerte mientras sus sollozos se quedan en mi cuello.- Ya esta aquí papi, tranquilo.- Digo mientras acaricio su espalda, él empieza a hipar y solo lo abrazo más fuerte.

- Os dejaré un rato a solas.- Dice antes de salir y cerrar la puerta con llave, levanto a mi hijo y me tumbo con él a mi lado. Sus ojitos se cierran mientras que por su boca aun sigo escuchando sollozos y yo mientras le acaricia el brazo.

- ¿Papi?- Pregunta flojito y con la voz grave y rota de haber llorado.

- Dime mi ángel.- Susurro mientras me tumbo en su espalda y lo rodeo con mi brazo pegando a mi cuerpo.

- ¿Papá Derek vendrá a por nosotros?- Pregunta haciendo que suspire y cierre los ojos apoyando mi cabeza en la suya.

- Duerme un poco mi ángel.- Le susurro haciendo que deje salir un sollozo, suspiro y abrazo más fuerte para calmar los espasmos mientras miro la ventana. Ya está anocheciendo. Dejo salir un suspiro mientras me mantengo inmóvil detrás de mi hijo. No se si después de esos dos días nos dejaba irnos como dijo, o de verdad tiene algún truco en la manga. Solo espero que no me separe más de mi hijo. El ruido de llaves se escucha y yo aprieto a mi hijo contra mí mientras miro a la puerta con odio. Nick entra y se sienta en la silla mientras sonríe mirándome.

- Me hace ilusión ver a mi familia aquí.- Dice mientras se apoya en la mesa, yo lo miro pero no me muevo ni suelto a mi hijo.

- Que tu semen me haya creado no te convierte en mi padre.- Le susurro enfadado, mi hijo se mueve un poco y yo lo acomodo contra mí.- No sé donde quieres llegar con esto Nick, pero se quien eres y sé lo que quieres hacer con mi poder.- Digo enfadado, él suspira y frota su cara, se levanta y se acerca para arrodillarse delante de la cama.

- Mira se que me debes guardar mucho rencor por lo de tu madre, no fue justo, lo se, pero el contrato tenía esa clausura, ella lo aceptó.- Gruño y pongo mis ojos amarillos haciendo que sonría.- Lo siento, no debí quitarte a tu madre, no de esa manera. A demás a mí también me gustaba.- Dice soltando una risa suave, yo no hago ningún movimiento y el suspira mientras se despeina.

- Dijiste dos días, da gracias que me quede esos días.- Digo mientras cierro los ojos y apoyo mi frente en la nuca de mi hijo.- Déjanos Lucifer.- Le susurro con la voz rota, él suspira y se levanta. El ruido de la puerta cerrándose y las llaves en la cerradura es lo que consiguen que me relaje y pueda conciliar el sueño.