Capítulo 1 - ¿Una nueva oportunidad?

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No sé cómo fue que terminé en este lugar, pero estuvo bien que haya llegado a este mundo, aunque no sea el mío.

Afortunadamente, todavía recuerdo toda mi vida pasada, y hasta ahora no me arrepiento de todo lo que hice. Antes de que mi destino cambiara por completo, en el pasado fui conocido como el mejor francotirador de la Policía Internacional. En la base, había reclutado a los 12 mejores agentes para que trabajen conmigo en nuestras misiones de salvaguardar la seguridad de nuestra ciudad y así, mantenerla bajo control. Mi grupo estaba bien organizado y equilibrado, estratégicamente hablando, ya que eran 2 médicos, los mejores y más rápidos para tratar heridas de todo tipo, 3 camaleones, agentes que pueden tomar cualquier identidad para infiltrarse en el territorio enemigo y así hacer reconocimiento del lugar y otros detalles que necesitábamos para la misión, 3 escuderos, los que ofrecían resistencia al equipo, municiones y los encargados de hacer volar cualquier puerta sin ninguna dificultad, 4 berserkers, los más rápidos y fuertes del grupo, equipados con las mejores armas de corto y mediano alcance, entrenados para ejecutar al enemigo de un solo disparo, y yo, que además de ser francotirador, apoyando al grupo con ataques a larga distancia sin que me detecte ningún radar gracias a que mis disparos son de más de 500 metros a la redonda, también soy el estratega del equipo, enviando primero a los camaleones para que hagan reconocimiento del terreno y así poder diseñar la estrategia. En ciertas ocasiones me unía con los berserkers para atacar, ya que también poseo experiencia con armas de corto y mediano alcance.

En aquellos tiempos nuestras misiones eran siempre ir por las personas más buscadas del estado, y poco después del país. Y a pesar de ser el líder del grupo, era el más joven, ya que mi padre me hizo que entre a la Policía Internacional a los 16 años porque estábamos en una muy baja situacion económica, y necesitábamos dinero urgentemente. Además la Policía usaba a los más jóvenes debido a la falta de personal por los altísimos índices de criminalidad. Todos los días entraban 10 candidatos a policías y solo uno sobrevivía para el día siguiente. Mi puesto como francotirador me lo gané, gracias a que un día me colé en el campo de pruebas de tiros de la academia de Policía, y estaba practicando a disparar con un rifle de largo alcance que estaba tirado en el suelo, y acertaba en todos los blancos que había. Uno de los oficiales de alto rango me vió y me ofreció el puesto, y acepté.

Ha pasado mucho tiempo desde ese día, y debo admitir que, en los pocos años que estuve en la Policía Internacional en todos los operativos de acabar con el crimen organizado, he visto y vivido todo tipo de experiencias, tanto malas como buenas, sobre todo cuando nos ordenaban desde la base que usaramos la fuerza letal en casi todos los casos. Pero todo cambió el día en que estalló la Tercera Guerra Mundial.

Desde el principio, sabía que esa guerra iba a empezar tarde o temprano, ya que el mundo estaba en una etapa muy difícil e inestable. Crisis económica, invasión a otros países para apoderarse de los recursos, golpes de Estado y ataques indirectos entre países fueron las principales causas de que la guerra haya empezado. Cuando me enteré de ésto, reuní a mis muchachos para enlistarnos juntos y así formar un equipo. Las primeras batallas fueron fáciles para nosotros gracias a nuestra organización y trabajo en equipo. Pero, en el fondo, presentía que nuestro tiempo juntos en la guerra sería corto, mas nunca pensé que sería demasiado pronto. Recuerdo que nuestra misión era infiltrarnos en un bosque para ocultarnos del fuego enemigo. Para abarcar más terreno, tuvimos que separarnos y colocarnos en puntos estratégicos para atacar a los que nos perseguían. Lo que no me esperaba, era que el bosque estaba minado. Es decir, había minas ocultas entre los árboles y maleza, camuflados perfectamente. Nos dimos cuenta de eso cuando uno de los escuderos murió por la explosión de una mina. Poco después fueron cayendo uno por uno mis compañeros mientras seguíamos avanzando. Creo que al final, me quedé solo ya que no veía a ninguno de los muchachos avanzando. En fin, no me quedó de otra que seguir adelante. Mientras andaba, logré ver una luz al final del bosque. Creo que por fin iba a salir de esa trampa mortal, así que anduve con cuidado de no pisar una mina. Cuando estaba llegando a la salida, la luz que emanaba me impidió ver por unos breves segundos hasta que al fin pude abrir los ojos. Al hacerlo, me quedé sorprendido. No solo porque seguía habiendo bosque, sino que además estaba cubierto con una especie de tecnología avanzada: pantallas de todas las formas y tamaños, hologramas, entre otras cosas. Además el cielo estaba despejado, cosa rara ya que, si recuerdo bien, estaba lloviendo sin parar hasta antes de salir del bosque minado. No sé cómo fue que llegué a ese lugar, y no tenía ni idea de qué hacer ahora, pero esos pensamientos fueron interrumpidos cuando vi a una chica caminando sola a la distancia. Yo empecé a seguirla para preguntarle en donde estaba, pero de pronto vi a un monstruo enorme, parecido a un dragón, acercándose a ella. Por suerte, todavía llevaba conmigo mis armas, así que espero que funcionen. Sobre mi espalda llevaba cargando una M60 y una PGM Ultima ratio Hecate 2, en la pierna derecha llevaba un Stonner 63A Commando, en la pierna izquierda un RPK, y en la cintura traía un L96A1 y un M14. Le grité a la chica que se hiciera a un lado, y cuando lo hizo, comencé a disparar a la bestia. Cuando murió, en lugar de haber caído el cuerpo sin vida del dragón, desapareció en muchos fragmentos de cristales de color azul. Los disparos habían asustado a la chica, pero me acerqué a ella y le dije que se tranquilizara. Me preguntó que si fui yo quien disparaba y respondí que si, a lo que me dijo.

- Gracias por salvarme de ese ataque por la espalda. No me había percatado de la presencia de ese dragón porque estaba concentrada en la misión que me encargaron. Por cierto, vienes de otra dimensión, ¿Verdad? Lo digo por tu atuendo y las armas que llevas cargando. -

- ¿Qué? ¿Cómo que de otra dimensión? -

- Te explico. En ciertas partes de este mundo, se distorsiona el espacio, provocando que entren personas u objetos en esta dimensión, incluso si vienen de otras épocas del tiempo. Quizá tú fuiste absorbido por una luz brillante y por eso llegaste aquí, al menos a tiempo antes de que ese dragón me ataque. -

Espera. ¿Eso quiere decir, que esa luz que vi al final del bosque, no era la salida, sino que un portal dimensional? ¿Será esto un milagro del cual me dieron una segunda oportunidad, o una maldición en la que me quedaré atrapado aquí para siempre?

Black Love (Noire x Autor) [Historia Terminada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora