5.

649 80 6
                                    

Su nuca cosquilleo justo en el momento en que Jisung pasaba del otro lado de la habitación, decir que no pasó desapercibido sus orejas con un matiz rojizo, estaría mintiendo. Jisung estaba evitando cualquier tipo de cercanía con él. Y Minho se pregunto si Jisung tampoco era tan ajeno a lo que sea que estuviera naciendo entre ellos.

—Hey Lee ¿Tienes un minuto? —La voz de ChangBin lo saco de su ensimismamiento, volviéndolo a la realidad y cualquier rastro de humor que tenia,  se evaporó.

El repentino mal humor que últimamente le estaba causando el chico seguía siendo un misterio del porque sucedía eso, antes de... Han, ChangBin ni siquiera existía en el mundo de Minho. Pero tampoco existían Jisung.

—Claro.

—Seré directo, no sé que estés planeando acerca de Jisung, pero no necesita más mierda que agregar a su lista.

—¿Disculpa?

—Estás advertido.

Como habia dicho, fue al grano. Ni siquiera parecía querer escuchar una respuesta. Justo en el momento de querer pasar a su lado y golpear su hombro, Minho lo tomo del brazo haciendo presión en aquella zona más de la necesaria, su enojo de nuevo se había elevado a niveles que hasta ahora habían sido desconocidos incluso para él mismo.

—Lo diré solo una vez y espero que te quede bien claro, metete en tus propios asuntos ChangBin, mis asuntos y los de Jisung son nuestros —Sintiéndose hecho una furia, se alejó.

En la puerta del aula se encontró con esa mirada inexpresiva que ahora se habia convertido tan familiar para él, pero ahora, contenía un aire sorprendido, Jisung lo estaba mirando con curiosidad, pero Minho no necesitaba eso, no se sentía con el humor necesario para lidiarlo, paso a su lado como si él hubiera desaparecido, como si él no existiera y se retiró, no se atrevió a mirar atrás, ni una sola vez.

Los siguientes días fueron como un martirio para el castaño, a dos asientos más atrás de donde él se encontraba podía sentir los ojos clavados sobre él, no necesitaba voltear para saber de quien se trataba, Jisung ahora lo miraba con otros ojos, como si quisiera saber quien realmente Lee Minho.

Curiosidad.

Debía mantener su promesa, no iba a ceder tan fácil, quería que de alguna manera Jisung saliera de ese pequeño caparazón que lo envolvía por completo.

ChangBin no había vuelto a enfrentarse a él de nuevo, pero de alguna manera se sentía estudiando por el chico, quería levantarse para lanzarle un libro y apartar a Jisung de su lado. Pero lo único que podía hacer era apretar sus manos contra el pupitre sintiendo más astillas clavarse contra las palmas de sus manos mientras su respiración se volvía cada vez más irregular.

Para la hora de salida sus nudillos se encontraban blancos. Recogió sus libros sin prisa alguna, eso y que sus palmas estaban picando ante cualquier mínimo roce que hacía.

—Hablemos —Su voz sonó más ronca de lo que pensó, la mirada que ChangBin lo atravesó una y otra vez mientras seguía su camino fuera de la habitación. Jisung pareció desconcertado y tomado con la guardia baja, su cuerpo se estremeció ante el suave tacto de la mano de Minho contra su muñeca. Y él deseó poder sonreír. No, necesitaba algo más. —Para.

—¿Qué? —La vista del castaño se poso en la salida, no era estúpido, sabía que tenían un público que los evaluaba, así que opto por bajar la voz y apartar al chico hasta llevarlo al rincón más alejado de la puerta.

—Tu ojo ha mejorado —No pretendía hacer dicha observación, pero sus palabras habían salido de la nada, sin ser pensadas antes, las orejas de Jisung se sonrojaron y toda la dureza que pretendía Minho que poseía comenzó a caer ¡no!—. Para de mirarme de esa manera, ¡Deja de parecer un maldito acosador!

—Ahora entiendes como se siente ¿No es cierto? —El forcejeo que provoco el chico logro que solamente Minho lo mirara sin expresión alguna manteniendo al chico cautivo entre sus brazos y la pared, ahora siendo acorralado no era tan valiente, sus respiraciones llegaron a mezclarse hasta ser una sola, Minho aspirando la suave colonia de Jisung, haciendo perder cualquier pensamiento racional que solía poseer.

—No, no es lo mismo y lo sabes —Por un momento sus narices se rosaron lo suficiente para que fuera un toque un poco más íntimo y Minho apretó un poco su agarre antes de escuchar el carraspeo de una tercera voz, sus ojos se cerraron como signo de frustración antes de soltar por completo a Jisung—. ¿Qué? —Bramo girándose hacia su compañero, ChangBin poseía una sonrisa burlesca como si finalmente hubiera completado un rompecabezas en el cual había trabajado duramente durante un tiempo. Su cabeza negaba de un lado a otro, pero su sonrisa jamás dejo su rostro.

ChangBin no articulo palabra hasta que estuvo seguro que se encontraban en completa soledad, mientras tanto, se había encargado de estudiar detenidamente a Minho. Ninguno de los dos se sentía intimidado por el otro, ambos se desafiaban con la mirada y aun así ninguno de los dos fue el perdedor.

—Volveré a ser directo contigo y así dejas de perder tu tiempo, Jisung no tiene esas preferencias, ¿Captas lo que digo?

—No sé de que estas hablando.

—Por favor, dejemos las tonterías de lado, sabes perfectamente de lo que estoy hablando, te he estado observando y hoy por  fin supe tu secreto, ahorra tu tiempo que no funcionara con él.

Minho sabia perfectamente a que se refería, sintiendo un gran vacío en su estomago y con la fuerza que no sentía recogió los libros y salió de aquella habitación sintiéndose más solo que nunca.

Minho seguía sintiendo su presencia, su esencia, su cercanía, el cómo sus labios podrían haber rosado.... Era solo cuestión de tiempo para que lanzara el primer golpe hacía el chico, mejor amigo de a Jisung, paciencia Minho, pronto.

Por otro lado, Jisung no se detuvo hasta llegar a casa y poder encerrarse en su habitación, debía haber ido directo a trabajar, había prometido ayudar a sus padres esa tarde, pero se sentía mareado, sus manos temblaban y sudaban hasta un punto incontrolable ¿Qué le estaba pasando?, por primera vez había tenido a un chico tan cerca de él. Estando con Minho esa tarde, sintiendo su cercanía, mezclando cualquier rastro de aire, aspirando su aroma tan varonil no le habia molestado en absoluto. Pero ahora, estando en la soledad de su pequeña habitación, se repetía a si mismo que el pensar de esa manera era repugnante.

La curiosidad lo había estado matando desde aquella pequeña discusión entre ChangBin y Minho, por eso mismo por alguna extraña razón había sentido esa necesidad de mirar hacia el castaño constantemente, había mentido en parte en que era por venganza que lo miraba tanto. No, lo más profundo de su conciencia le gritaba una y otra vez ¡MENTIROSO!

Lo único que pudo lograr hacer es llamar a su madre y avisarle que tenia dolor estomacal, otra mentira más que agregar gracias a que Lee Minho quien se había entrometido en su vida y no solo eso, parecía estarse metiendo hasta por debajo de su piel.

Honey.-MINSUNGDonde viven las historias. Descúbrelo ahora