Romeo contemporáneo

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Las mujeres esperan una sorpresa del destino y los hombres al próximo enemigo. El tema es que en esa espera ni los hombres dejan de ser previsibles ni las mujeres nunca serán contrincantes.

Romeo no creció con superhéroes, ni Julieta con Disney por una cuestión temporal.

Un par de copas rotas y el superhéroe llegó tarde. Arribó a horario para juntar las partes de las que demandan perdones por errores de su baile improvisado.

No trajo flores del día sino que las arrancó del jardín de vuelta al bar donde junta las penas bebidas en las copas rotas. Tampoco ha traído los besos robados en las noches de fiesta. ¿Cuántas cosas han pasado?

Él debió enamorarse dicen. Él debería haberla entendido con sólo mirarla y admirarla mientras bailaba. Él debería responder a todas sus preguntas de amor con frases que eludan a Béquer o Neruda. Romeo tuvo que traer regalos y llegar a horario, irrumpir un balcón con promesas de un futuro mejor.

Evidentemente Romeo contemporáneo hizo todo, todo mal. Aunque en apariencia no hizo nada. Se le cayó el teléfono y no lo quiso arreglar porque quería un poco de paz de las Julietas en lista de espera. Siempre ha sido un galán encargado de enredar todas las historias y salir corriendo cuando el tiempo avisaba que sus intenciones estaban a punto de cruzar la barrera emocional.

Ahora él mira desde la ventana su sueño pero está despierto, se da cuenta al tropezar con la silla marrón donde nada quedó de las copas rotas. Vuelve de la cocina animado por lo que su mente le reveló instantes atrás.

El sueño visto desde el ventanal lleva auriculares y tarareando algo que no se sabe bien qué puede ser. La sonrisa le invade el rostro y no le hace falta nada más. O sí... el mar para que tape el suspiro que le evoca esa mujer. El sueño tranquilo de Romeo ahora es caos y su teléfono roto una pesadilla. El superhéroe quisiera atravesar la mente y conocer el nombre su caos.

Quiere ser de alguien esta vez pero le falta el aire para preguntarle a esa chica la deuda de las noches que esperó en balcón. Daría su vida hipotecando los besos pendientes para que una desconocida Julieta le sonría.

Vueltas y vueltas aunque lo evites el amor siempre te va a encontrar. Romeo contemporáneo es testigo.

JULIETAS DEMACRADASDonde viven las historias. Descúbrelo ahora