Wolfie 💥 Min Yoongi.

05.

La relación con los chicos había cambiado, no era sólo su estilista, sino que me consideraban su amiga. Puesto que tenemos casi la misma edad compartimos ciertas cosas entre nosotros.
Jimin y Tae son los que siempre me están pidiendo que los maquille o qué los peine, no se despegan de mí. Con el que menos hablo es con Yoongi, bueno tampoco se molesta en hablarme o siquiera de saludar. He intentando saludarle pero me acaba girando la cara, también intenté peinarle el día que Lee se puso enferma, pero no hubo forma de acercarme.

— Cindy, ¿tú qué dices? –pregunta Jin mientras le maquillo.
— ¿De qué hablabais?
— Te decíamos que si te vienes esta noche a cenar.– habla Hoseok esta vez. Dudé unos segundos en que responder, puesto que no sabía si ir o no.– Iremos todos, puedes traerte a tus amigas si quieres.
— Está bien, iré.

Aquella mañana terminé temprano de trabajar con los chicos, así que espere fuera a que Dae viniese por mí. De camino a casa le propuse de ir a cenar con los chicos, y ella obviamente no se negó. También podría venir Sasha, pero no se encuentra en la ciudad, ya que está recogiendo cosas de su piso en Brooklyn.

La tarde pasó rápido y llegó la hora de salir.
Una vez arregladas mi amiga y yo subimos al coche dirección al restaurante el cuál me había dicho Hoseok que nos esperarían.
Cuando llegamos al lugar un coche aparcaba a la vez que nosotras, allí estaban ellos. Primero bajó Tae, después Hoseok y por último Yoongi. ¿No se suponía que venían todos?

— ¿Y los demás? – miré al coche esperando ver salir a los demás, pero nada.

Mientras Tae me explicaba que no pudieron venir por ciertos motivos clavé mi vista en Yoongi, me miraba de arriba abajo, analizándome como la primera vez que me vio.
Decidí cruzarme de brazos y fue entonces cuando miró a mis ojos. Sin mostrar importancia asentí a los demás cuando dijeron de ir dentro, y comenzamos a entrar.

Era increíble como el chico de pelo negro hablaba con fluidez. Fue la primera vez que lo escuchaba hablar en estas dos semanas pasadas, ¡incluso había hablado con mi mejor amiga! Lo que no entiendo es porque no me dirijía la palabra, ni siquiera me mira, es como si no existiese para él.
Decidí dejar de darle importancia y disfrutar de una larga noche.