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Después de la fiesta del viernes todo a seguido igual. Nada de miradas, nada de palabras.
Casi mejor así, para mí sería algo vergonzoso sacar el tema, y más cuando a penas he entablado una conversación con Min Yoongi.
Pero tampoco puedo dejar de pensar en él, de sus besos, sus caricias, sus sucias palabras y su arrepentimiento. Luego de aquello sólo hubo un silencio incómodo en la habitación, y lo siguiente que hice fue irme abajo para bailar como loca junto con Taehyung. Con quién estuve toda la noche. Pero en una de esas veces, cuando estaba en la pista no podía dejar de sentir como alguien no paraba de mirarme, y efectivamente alguien lo hacía. Yoongi miraba cada movimiento que hacía.

— ¿Has dormido bien? – siento como alguien presiona una mano sobre mi hombro y en ese momento sacudo la cabeza para volver a la realidad. Y ahí está Lee mirándome con cara de preocupación.

— Oh sí, -sonrío.– es solo qué estaba pensando.

— Llevo como 10 minutos llamándote pero tú estabas embobada mirando a la pared.– deja escapar una leve risa de su boca y se levanta del sillón que hay en mitad de la sala, y yo sólo me limito a lo mismo.– Necesito que vayas a ver a Yoongi, las demás han salido y los chicos están ensayando.

— ¿Yo? –pregunté alarmada. Sentí como mi cuerpo se congelaba, no estaba preparada para esto. Llevaba evitando todo tipo de comunicación o de miradas con él desde la fiesta, al igual que él hacía conmigo.– ¿Por qué no vas tú? ¿Y por qué no sale él? Ya es bastante grande como para que estén detrás de él.

— Escucha, –alzó sus manos y las colocó a cada lazo de mis hombros.– sé que Yoongi a veces es frío e incluso borde. Pero si lo conoces de verdad puedes llevarte bien con él.– hizo una breve pausa para tragar saliva.– Al principio el me odiaba, a pasado por malos momentos y no confía en nadie. Pero si le das confianza, él se mostrará ante tí tal y como es.

Solté todo el aire que estaba reteniendo y acabé moviendo la cabeza en señal de aprobación.
Vi desaparecer a Lee por la puerta y junto con ella se iban mis ganas de intentar ser amable con Suga. Habían sido muchas, y todas acabaron en el vacío del olvido.

Con pocas ganas caminé por el largo pasillo dirigiéndome hacía su estudio. Me paré frente a su puerta y golpeé con delicadeza.
La puerta se abrió, y ahí estaba él como siempre. Con sus jeans negros ajustados y una sudadera del mismo color. Y, obviamente, con su cara de pocos amigos.

— ¿Qué? –aquellas palabras sonaron como si me hubiesen dado una patada. Unas palabras tan cortantes como el filo de un cuchillo.

— Lee me ha pedido que viniese. Dice que tienes que...

— No hace falta que pongas a Lee como excusa. ¿A qué has venido, a hablar sobre lo de la otra noche? –me analizó de pies a cabeza, con el ceño totalmente fruncido.– Lo siento, pero no estoy de humo para hablar. Y menos contigo.– volvió a entrar dentro e intentó cerrar la puerta en mi cara pero se lo impedí poniendo una de mis manos sobre ella, tirando así para mantenerla abierta.

— ¿Quién crees que eres para hablarme así? –dije una vez había entrando en su estudio. No me importaba no haber recibido el permiso para entrar, porque lo que quería era no quedar humillada de esa forma.— No eres nadie para tratarme así, y mucho menos hablarme de esa forma.

— ¿Y quién crees que eres tú para irrumpir en mi estudio?– adelantó un paso más, haciéndome a mí adelantar otro más. Enfrentándonos el uno al otro.

— ¿Sabes qué? –grité, no podía aguantar más está situación. Está guerra que había entre nosotros, la cuál él había comenzado y yo había seguido.– He intentado ser amable contigo, he aceptado el consejo de Lee para poder acercarme a tí y llevarnos bien. Pero veo que él problema aquí no soy yo, si no tú.– tomé aire antes de seguir. Suspiré cansada y lo miré fijamente a los ojos, pero estaba intenté calmarme.– No te entiendo, me dijiste en la fiesta que deseabas besarme, luego después de hacerlo vuelves a ser el mismo de siempre. ¿Qué te he hecho, Min Yoongi?

Pasaron segundos y minutos, no obtuve respuesta. Ni siquiera me miraba como lo había estado haciendo, ahora sólo estaba concentrado en un punto fijo del suelo, y lo único que escuchaba era mi respiración agitada junto con la respiración relajada de él.

— No sé que me has hecho.– dijo casi en un susurro.– Sólo sé que no puedo parar de pensar en tí.

Wolfie 💥  Min Yoongi.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora