Capítulo 6

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Dos días después.

Wos

La fiesta empezaba a las diez y yo me estaba preparando desde las ocho. Me había cambiado la ropa mil veces, pero seguía sin gustarme lo que me ponía. Estaba muy nervioso y más de una vez pensé en no ir,  pero pensar en el encuentro hacía que se me fueran los nervios y las dudas.

Iris

A pesar de los nervios, las ganas de por fin poder verlo me podían. Solo podía pensar en nosotros en la playa a las doce frente al mar.

Como quedaban quince minutos para que la fiesta comenzara, iba a salir de mi departamento cuando escuché unas llaves y me detuve ante la puerta. Escuché los pasos de él alejarse y salí de mi departamento.

Al llegar a la fiesta, encontré a los gemelos junto a Valentín y los saludé. Cuando él me vio esbozó una sonrisa que no entendía, pero la pasé por alto, ya que lo único que estaba en mi mente era el encuentro que iba a tener en dos horas en la playa.

Durante las dos últimas semanas la relación entre Valen y yo habían tomado otro rumbo. Habían pasado cosas, como por ejemplo, miradas en el pasillo cuando nos cruzábamos, sonrisas cómplices durante los almuerzos en la academia y, de vez en cuando, compartíamos lecturas.

Las dos siguientes horas las pasé bailando. Estaba ansiosa por saber quién se escondía detrás de la pared y cuanto más se acercaban las agujas del reloj a la hora mis nervios crecían.

Wos

Cuando llegué a la fiesta lo primero que hice fue buscar a Iris con la mirada, al principio no la encontré, así que me acerqué a saludar a los gemelos y, segundos después, llegó ella. Sin querer me salió una sonrisa. Cuando la veía en lo único que podía pensar era en cómo sería nuestro encuentro.

Me daba miedo que su reacción fuera diferente a lo que yo me imaginaba, ya que en estas semanas me había estado hablando de ese chico misterioso, y la idea de no ser quien ella esperaba me asustaba.

Estaba en la barra pidiendo algo y de repente escuché la voz de Iris al lado mio. Vi que estaba un poco nerviosa y le pregunté qué le pasaba.

--Invité a mi vecino a la fiesta y se supone que en diez minutos nos vamos a encontrar. -Cuando dijo esto último su mirada decayó, como si la idea de vernos ya no le gustara.

—¿Y eso es malo? -pregunté algo preocupado.

—No...Bueno, no sé. Hasta hace unos minutos la idea de verlo era lo único que estaba en mi cabeza, pero ahora que no falta nada para que eso suceda siento que los nervios me pueden.

—¿Por qué dudas?

—Porque tengo miedo de que la realidad no sea como la imagen que me he hecho en mi cabeza.

—Vale más actuar exponiéndose a arrepentirse de ello, que arrepentirse de no haberlo hecho.

Tras la pared| WosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora