No Salgas de Noche

Capítulo 6

La luz de la luna era lo único que iluminaba el lugar y lo único que evitaba que ambos se sumieran en una oscuridad profunda. Permanecieron en un silencio absoluto, tanto que podían escuchar sus respiraciones a través de la habitación.

Anne comenzó a alejarse con pasos cuidadosos de los ventanales y se acercó a Connor, quien estaba detrás del mostrador, pero una vez más, un sonido metálico los alertó.

—¿Qué fue? —preguntó Anne a tan solo unos centímetros de Connor y casi murmurando.

—Creo que... —antes de que pudiera terminar la frase un nuevo sonido metálico lo interrumpió, y este fue mas constante, hasta que pronto escucharon el crujir metálico—. Anne, a la oficina, ¡Ahora! —exclamó Connor apuntando a la puerta del almacén y en el momento que Anne estaba dentro de la habitación, Connor entró con ella y cerró detrás de él, colocando llave a la puerta, seguido de aquella acción, ambos empujaron el sillón, bloqueando la puerta, mientras en el exterior aún se escuchaba el metal siendo desgarrado con alguna herramienta.

—¿Qué es? —preguntó Anne temerosa y alejándose de la puerta.

—Es el almacén —contestó Connor alerta, únicamente había dos formas de entrar a la tienda, la primera era la puerta principal, la segunda era por la cortina metálica que cerraba el almacén, seguramente aquel sujeto estaba intentando abrirla, y por lo que se escuchaba, lo estaba logrando.

—Es un asesino... —dijo Anne del otro lado de la habitación con furia—... Es el culpable de las desapariciones de Dumbar, ¿cierto?

—No tengo idea —contestó Connor alejándose de la puerta y volteando a ver a Anne mientras que intentaba pensar alguna forma de salir de aquella situación—. Seguramente sí, seguramente mató a Albert y a todos los desaparecidos y nosotros seremos los siguientes si no hacemos nada.

—¿Sigues sin señal? —preguntó Anne comenzando a buscar algo útil en los cajones del escritorio.

—Creo que si —dijo Connor mientras revisaba su celular solo para confirmar, alzó y revisó la escopeta mientras una idea aparecía en su cabeza—. Solo tenemos cinco disparos...

—No hay nada útil —dijo furiosa, después corrió al baño, a revisar que encontraba, pero le era difícil ver en casi obscuridad total.

En ese instante el ruido cedió, el golpeteo metálico paró, eso quería decir o que el hombre había entrado o que no había podido y había dejado de intentarlo. El silencio se vio interrumpido por un golpe tremendo en la puerta, tan fuerte que empujó el sillón unos centímetros, Connor levantó la escopeta con manos temblorosas y disparó a la puerta. Esta vez el retroceso fue menor, pues él estaba preparado y después del disparo, todo se quedó en silencio, hasta que escucharon un par de pasos alejándose. Connor permaneció apuntado con la escopeta a la puerta por varios instantes hasta que no aguantó la posición y bajó el arma.

—Debemos matarlo... —susurró Connor aterrado, nunca creyó que en su vida tendría que decir esas palabras y la sola idea le provocaba sentimientos encontrados. Anne salió del baño y lo observó desde el marco de la puerta, con expresión de desconcierto—. Es él o nosotros... todo quedó grabado, podemos decir que fue en defensa propia... y... y —Connor se vio incapaz de terminar la frase y se rompió a llorar mientras se tiraba en el piso, impotente, aterrado e inseguro, se cubrió el rostro, se sentía tremendamente avergonzado de estar en aquella situación y la idea de quitarle la vida alguien sonaba tan atroz, aún con todo lo que le había pasado y sabiendo que era probablemente la mejor decisión, simplemente la idea iba contra todos sus principios, contra todo lo que él era y se preguntaba a si mismo dónde había quedado aquel valor que había tenido hace unos minutos cuando no dudaba ni por un instante en dispararle a aquella persona en caso de ser necesario, tal vez solo necesitaba adrenalina o el terror del momento.