Connor y Anne corrieron hacia los ventanales, solo para observar como es que Jesús detenía su motocicleta y se quitaba de la cabeza su casco.
Desde el exterior, Jesús miraba la tienda con cierta curiosidad e incertidumbre, no lograba visualizar mucho pues todo estaba oscuro y aún tenía dentro de si el sentimiento de ansiedad y de que algo estaba mal, las mismas sensaciones que lo hicieron abandonar su fiesta y regresar a la tienda.
—¡No! Mierda, no Jesús —exclamó Connor con terror intentando advertir a su amigo, mientras sacaba las llaves de su bolso y buscaba torpemente la correcta para abrir la puerta y salir por él.
—¿Connor? —se preguntó a si mismo Jesús mientras lograba visualizar poco a poco la silueta de Connor y de Anne, quienes lo veían con desesperación en los ventanales.
En ese momento, antes de que Jesús pudiera dar un paso más y de que Connor lograra salir para advertirle, las luces delanteras de un auto a un lado de Jesús se encendieron, llamando inmediatamente la atención de Jesús. Giró la vista, solo para ser cegado por la intensa iluminación, mientras el ruido del motor resonaba con fuerza.
—Disculpe... —intentó decir algo Jesús confundido y sin la menor idea de que es lo que ocurría.
—¡No! ¡Jesús! —exclamó Connor mientras abría la puerta—. ¡Quédate aquí! —ordenó desesperado a Anne.
Pero antes de que pudiera advertirle a su amigo y salir por él, el auto avanzó de manera abrupta unos metros, empujando a Jesús con gran fuerza y lanzándolo al piso.
—No... —se detuvo en seco Connor aún a varios metros de Jesús quien yacía ahora en el piso, inmóvil, la peor idea paso por su mente y creyó que ya era demasiado tarde.
Entonces la puerta del auto se abrió y descendió el mismo hombre, ahora con otro rostro en su cara, lo reconoció inmediatamente, era el rostro del camionero que había estado en la tienda hace ya varias horas. Connor y el hombre se quedaron inmóviles, viéndose el uno al otro, pero un sonido sutil logró llamar su atención. Era un gemido de dolor.
Ambos voltearon súbitamente, para ver como es que Jesús intentaba con demasiados esfuerzos ponerse de pie.
Connor sin pensarlo dos veces corrió hacia él, pero aquel sujeto, quien en una de sus manos cargaba un barra metálica, llegó primero. Sin dudarlo ni un solo momento, el hombre alzó su mano y con una fuerza tremenda golpeo la cabeza de Jesús con aquel tubo, salpicando sangre mientras un grito ligero emanaba de un Jesús con la vida cada vez más apagada.
—¡No! —volvió a exclamar Connor con furia y lágrimas, levantando la escopeta y dando un disparo. Pero el hombre lo esquivó y se tiró al piso, ocultándose de Connor.
Anne observaba la escena desde la distancia, con lagrimas en sus ojos y gran impotencia, mientras buscaba con la mirada algún indicio que delatara la posición de aquel sujeto que se había escondido detrás del auto, pero estaba lejos para distinguir algo con claridad.
Connor permaneció en su posición por varios segundos, con el arma en alto y con las manos temblorosas, mientras las lágrimas escurrían por su rostro, no lograba ver al hombre, a pesar de que el lugar estaba iluminado por las luces del carro. Comenzó a avanzar con pasos lentos y cautelosos, sin bajar el arma y sin despegar la mirada del último lugar donde vio al hombre. Caminaba en dirección a Jesús quien aún soltaba algunos sollozos ligeros. Llegó a él y no encontró indicios de aquel hombre, parecía que se había esfumado.
Anne comenzó a salir de la tienda y caminó con pasos lentos, intentando tener una mejor vista del lugar y ver si podía encontrar a aquel sujeto, entonces vio, debajo del auto, una silueta casi imperceptible arrastrándose.
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No Salgas de Noche
Mystery / ThrillerUna serie de desapariciones, una noche oscura y fría, un turno nocturno que no debía aceptar y sin saberlo, Connor Lauper está en el lugar y momento equivocado a punto de ser la victima de algo atroz. Cuando un par de gente misteriosa aparezca en la...