Escuela de Pecado [ChanBaek]

Sueño

"Es tan inhumano ser totalmente bueno como totalmente malvado. Lo importante es la elección moral. La maldad tiene que existir junto a la bondad para que pueda darse esa elección moral. La vida se sostiene gracias a la enconada oposición de entidades morales. De eso hablan los noticiarios televisivos. Desgraciadamente hay en nosotros tanto pecado original que el mal nos parece atractivo. Destruir es más fácil y mucho más espectacular que crear"

—"La naranja
mecánica" (1962), Anthony Burgess.

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   ¿Acaso había escuchado bien? Chanyeol acababa de aceptar el ofrecimiento que le había hecho Jongin, acaba de aceptar que me deseaba.

   –Pero sólo me dedicare a ver. Quiero que continúen– esa respuesta me dejo impactado y aún más la expresión de lujuria que tenía su rostro. Era increíblemente grueso el tono en el que había dicho esas palabras, y yo sólo podía imaginarme el sonido de sus gemidos. De repente la necesidad de escuchar esos sonidos viniendo de sus labios, me invadió y solo pude concentrar ese deseo en Jongin y en el oral que estaba a punto de hacerle.

   – Cambio de planes– susurró Jongin acercándose a mi oído, con una voz que jamás había escuchado en él, una voz llena de deseo que lo único que logró fue excitarme aún más. Me bajó los pantalones una vez más y él hizo lo mismo, luego me tomó desde los glúteos y me puso contra la pared, yo enrosqué mis piernas a él y posé mis manos en su cabello para tirar un poco de él mientras nos besábamos una vez más. En este momento ya no me importaba cuanto tiempo pudiéramos demorarnos, ni las consecuencias que eso tendría. No importaba lo que me hiciera porque era justo allí donde mi cuerpo estaba a punto de explotar si no arrancaban algo de mí. Quería que arrancaran todo rastro de inocencia, que no quedara absolutamente nada de eso en mí y que todo se lo llevaran.

   –Sorpréndeme– le murmuré a Jongin mientras miraba a Chanyeol que estaba a sus espaldas. Mordí un poco mi labio inferior con la sucia intención de excitarlo. Jongin sacó del bolsillo de su chaqueta un envoltorio plateado y lo puso frente a mi boca, por lo que mordí el envoltorio con mis dientes y lo rasgué mientras fingía un pequeño gemido. Jamás aparte la mirada de Chanyeol.

   Cuando Jongin tuvo el preservativo en su mano, lo puso con rapidez en su miembro ya erecto y seguidamente bajo una de sus manos a mi entrada y metió dos dedos que me masajeaban en busca de mi próstata. Esas pequeñas caricias me estaban enloqueciendo, pero el tiempo apremiaba y lo necesitaba dentro de mi ahora.

   –Jongin, mételo ahora...–dije suavemente mientras hundía mis manos aún más en su cabello y mordía su lóbulo derecho mientras le volvía a lanzar una mirada a Chanyeol, bajé la mirada a su entrepierna y pude notar una semi erección con esos pantalones tan apretados que solía llevar. Jongin, por otro lado, metió otro dedo en mi entrada y sus masajes se volvieron más intensos, lo que hizo que casi de inmediato encontrara mi punto y lo preparara.

   – A veces me gustaría castigar esa impaciencia tuya. Creo que lo voy a hacer, me pensaré el castigo. Por ahora, solo te lo meteré Baek– metió su pene en mi entrada y yo tiré de su cabello aún más, luego bajé a su espalda pues deseaba dejar mi marca en todo él. Eso no quería decir que él fuese mío, pero si quería decir que el momento era de ambos, era mío.

   Las embestidas rápidas y bruscas de Jongin me dolieron un poco al comienzo, pero cuando logré acostúmbrame a su ritmo todo fue gemidos y placer, lo que dio paso a las marcas que le hacía con mis uñas en su espalda mientras volvía a mirar a Chanyeol y me lamía los labios, tratando de darle la señal para que se acercara e hiciera algo. Cosa que funcionó, pues entró al cubículo y cerró la puerta, se acercó a mí y me plasmó un beso en los labios bastante agresivo metiendo su lengua de inmediato y sin consentimiento en mi boca. Luego se separó con brusquedad y levantó mi barbilla para besar mi cuello mientras Jongin me penetraba fuertemente. Tuve que taparme la boca con la mano para no soltar mis fuertes gemidos, pues no quería ponerme en evidencia de ninguna manera.