La drogada y la alcohólica

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Un fuerte pitido me levantó con el corazón a mil. Busqué mi celular para saber si era eso y no, miré el despertador y tampoco era eso, así que poco a poco la desesperación se hizo más grande y el pitido no cesaba. Entonces el pánico se adueñó de mí cuando la idea de un incendio inundó mi cabeza, y sin más salí gateando de mi habitación y empecé a gritar.

    -¡MAMÁ! ¡MAMÁ! ¡VAMOS A MORIR! ¡MAMÁÁÁÁÁÁ!- grité con todo el aire que tenía en los pulmones y con los ojos cerrados porque no quería ver el humo que me iba a matar. En ese momento recordé que mamá se fue con mi papá a una fiesta de la empresa y mi hermano se había ido con unos amigos de viaje, así que yo estaba solo en casa. Genial, moriría solo.

   -Cálmate, cálmate -De repente, sentí que llegó alguien a sacudirme los hombros fuertemente y la voz se me hizo bastante conocida pero antes de que abriera los ojos empezó a besarme como sólo él podría hacerlo... Era Jongin y cuando descubrí eso abrí los ojos y puse mis manos en su cabello porque la necesidad de hacer el beso más profundo me invadía, pero él se separó y me miró a los labios sonriendo -Mmmm, creo que deberías apagar tu alarma antes de que la policía venga y se haga un escándalo -ahí entendí el porqué de ese pitido tan ruidoso y mientras iba a apagar la alarma me dio risa saber que él fue quien encendió ese aparato ruidoso que casi me provoca un infarto. Luego me dio vergüenza saber que había escuchado mis lloriqueos de niño pequeño.

   -Jongin, ¿Qué haces aquí? ¿Por qué no me avisaste que venías? ¿Cómo fue que...- me tapó la boca y me empezó a besar el cuello lo que hizo que mi respiración se acelerara y un cosquilleo me empezara a recorrer todo el cuerpo- entraste?- terminé de hablar en medio de respiraciones agitadas y de inmediato todas las preguntas empezaron a sonar estúpidas e innecesarias pues ambos sabíamos porque había venido él aquí, además que él sabía que hoy nadie iba a estar en mi casa esta noche ¿Cómo desperdiciar algo así? Jongin paró de besarme el cuello, alzó la cabeza, miró fijamente mis labios y se lanzó a besarme.   Y ya que la alarma estaba apagada, podía disfrutar de meter mis dedos en su cabello y hacer el beso más profundo. Sin embargo, eso pareció no bastar ni para él, ni para mí. Necesitaba más de él y las ansias de saber lo que me haría tomaron el control de mi cuerpo y de mi mente. Y el placer volvió borrosa la cordura y la conciencia, por lo que a partir de ese momento mi cuerpo se entregó a su disposición y control.

   Jongin me alzó hasta mi cama y me lanzó a ella. Luego empezó a revisar mi armario rápidamente en busca de algo que desconocía, entonces suspiró frustrado y salió directamente al cuarto de mi madre mientras yo aún seguía confundido, pero la confusión se acabó cuando volvió con dos pashminas de mi madre en mano y con una sonrisa que logró erizarme aún más la piel.

   -Desnúdate rápido- se acercó a mí y me dijo con voz grave y fuerte, cosa que me excitó, por lo que sin dudar obedecí a sus órdenes mirándolo fijamente y mordiendo mi labio para provocarlo más. Cuando terminé de quitarme la ropa, él se abalanzó sobre mí y tomó mis muñecas, las ató a la cabecera de mi cama y comenzó a besarme suavemente desde mi ombligo hasta mi pecho, lo que hizo que de inmediato ese cosquilleo regresara con una desesperación por su lentitud al besarme, así que intenté tocar su cabeza para empujarla hacía mí, pero las pashminas atadas a mis muñecas no me lo permitieron. Eso me desesperó de sobremanera pero a él parecía alegrarle por el contrario.

   -No sabes cuanto llevó queriendo verte así. La sola idea me excitaba tanto que me hacía sudar si no me masturbaba, era terrible... Lo que hicimos la última vez no fue nada en comparación a lo que seguiremos haciendo. Me encantas Baek- después de que me dijera eso, se desnudó rápidamente con desesperación. Tomó el lubricante que estaba en el cajón de la mesa de noche, se subió a la cama de nuevo y con brusquedad subió mis piernas a sus hombros. De inmediato, introdujo dos dedos en mi entrada y empezó a masajear con movimientos lentos en busca de mi próstata. Esos movimientos empezaron a hacer que mi respiración se entrecortara y leves gemidos salieron de mi boca, ahí supe que el control de mi cuerpo era completamente suyo y eso sin dudar me encantaba.

Escuela de Pecado [ChanBaek]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora