Capitulo 4

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Me metí corriendo al coche y él arranco.

-¿Tu nombre?- Pregunté.

-¿Siempre preguntas tanto?- Me miro molesto.

-No- Me desesperé - Iba con un grupo.

-¿Un grupo?- Me preguntó el - Hay mas gente ahí afuera?

-Si, somos unos 7- Íbamos por una carretera abandonada por los zombies.

-Volveremos mañana- dijo él.

-Tal vez no estén!- grité desesperada.

-Calla niña- dijo despreciándome con su tono de voz.

-No soy una niña! Da la vuelta joder - cogí el volante.

-¿Quieres matarnos? - Tomó el control del coche - Si están armados sobrevivirán.

-¿Y si no? - me preocupé

-No pienses en eso!

Decidí callarme, el castaño que conducía el coche agarraba el volante con fuerza sus nudillos se volvían de un color blanco de la fuerza y de la rabia, daba miedo.

-¿Que ocurre? - pregunté asustada.

-Tengo un debate mental: ¿vuelvo a por tus colegas o te llevo a un lugar seguro?

-Debiste dejarme morir y ahorrarte todo esto.

-No digas estupideces! Eres una de las pocas supervivientes que encuentro en kilómetros, no quiero perderte a ti también.

-¿Estas solo? Quiero decir... - eso ha sonado un poco mal, pensé - ¿No tienes un grupo o alguien a tu lado?

-Si claro, Ashley - sonrió - Está escondida en una casa, allí es donde te llevo.

-¿Tu novia?

-Mi novia.

"Como no" pensé. El resto del viaje lo pasé en silencio, mirándolo de reojo a él y al retrovisor, en busca de zombies. Solo aparecieron algunos a lo lejos.

Por fin llegamos a la casa. Pequeña, discreta, cerrada a cal y canto. Un refugio al fin y al cabo.

-Vamos al sótano. Intenta... ser discreta, no le hables de lo que has visto fuera por favor.

-Vale, sin problemas. ¿Le ocurre algo?

-Esta embarazada - dudó - no es bueno este entorno para una embarazada, ¿no crees?

-C-Claro - estos dos no perdían el tiempo en un apocalipsis zombie- ¿Esta bien?.

-No mucho- me guió hasta una gran puerta de madera -No hables.

Se escuchaban horribles sonidos, gemidos y lloriqueos pero a la vez una monstruosidad gritaba alocadamente.

La luz se abrió, la muchacha de cabello moreno enmarañado estaba embarazada, efectivamente, pero a la vez estaba convertida en zombie, su piel color ceniza mostraba rasguños de la cuerda que la ataba a un palo de madera sujetado a la pared.

-Suéltala, si se escapa nos matara!- grité asustada.

-No puedo, tengo que encontrar la maldita cura para salvarlos a los dos- Dijo él.

-Oh dios mio...- gimotee.

-Tu padre sabe la cura- susurró.

-¿Como?- Me giré mirándolo a los ojos.

-Conocí a tu padre hace unos años y se que el tiene la maldita cura...sabia como eras y te he estado buscando desde entonces- Me dijo el castaño de metro noventa.

-Estas loco, me largo de aquí!- Me dirigí hacia la puerta.

-¿Quieres morir allí afuera desarmada?- Me preguntó él.

-Tal vez es mejor comparado con lo que me puede hacer un loco como tú- le grité.

-Oh vamos! No te mataré!- Me gritó el.

-Pobre de ti que me toques un maldito pelo- me desespere.

-Si te matara me quedaría sin la cura, pero no me faltan ganas - acarició mi mejilla con una sonrisa maliciosa.

-Apártate! Maldito loco! ¿No ves que si se escapa estamos muertos? - señalé a ese monstruo.

-La quiero y voy a salvarla! Y tu me ayudarás.

Welcome to the End *En Espera*Where stories live. Discover now