La chica de la voz aterciopelada (Albalia Fanfiction)

La noche de su cumpleaños.

Ayer en la noche felicitamos a Alba a las 12 en punto.

Le cantamos Cumpleaños Feliz armonizando entre todos. Alba sonreía ante nuestro arreglo de voces, que terminó siendo al final de la canción, un desastre lleno de gritos desaliñados y arrítmicos, ya que Julia decidió desafinar a propósito provocando que todos le siguiéramos la corriente.

Alba comenzó a reírse junto con nosotros mientras nos observaba desde su cama con cara de susto y a la vez de fascinación.

Al terminar de cantar Julia pegó un grito.

—¡¡¡PELEA DE ALMOHADAS!!!—

Comenzó a correr a todas las camas con almohadas que pudo encontrar y nosotros detrás de ella. El cuarto se volvió una locura.

Comenzó una guerra por conseguir todas las almohadas de la habitación. Famous logró tomar cinco de diferentes camas e hizo una especie de fuerte en una de las que daba a la puerta; Julia por su lado corrió para intentar robarlas.

—¡Dámelas, hijo de puta! –gritó con una voz chillona a la vez que lanzaba una carcajada. —¡Hostia Famous! –refunfuñó mientras forcejeaba con el moreno.

—¡¡¡PUTO SEMENTAL AFRICANO ME CAGO EN LA PUTA DAME ACÁ!!! — exclamó con intensidad, dejando su grito frustrado por toda la habitación.

La risa de Famous estalló por todo el lugar, —¡¡Puto semental africano!! –repitió entre risas —¡Me jarto Julia!

Sabela y yo nos fuimos a por Alba desde el inicio, sin embargo al escuchar los gritos de Julia cedimos también, tirándonos las tres en la misma cama a reir como unas hijas de puta.

Después forcejear un rato, tirándose insultos tontos de aquí a allá, Julia logró arrebatar salvajemente tres de las almohadas que Famous había intentado proteger con su vida. La risa no le permitió continuar, además de que Julia se convertía en una especie de animal salvaje cuando de competencias se trataba. Era una de las personas más competitivas que había conocido en la vida.

Cuando las risas de todos comenzaron a debilitarse, Famous se paró rápidamente de la cama en la que estaba reposando mientras suspiraba y sobaba su abdomen, como recuperándose del esfuerzo de la pelea y las carcajadas.

Tomó aire para ir a por Alba rápidamente.

Nosotros solo observamos con picardía mientras se acercaba para agacharse para tomarla entre sus brazos, sacándola de la cama.

—¡Eeeeeeeehhh! —celebró Famous sin sentido alguno, mientras comenzaba a caminar rápidamente entre el pasillo con Alba posada boca arriba y horizontalmente en sus brazos como si de un bebé se tratara.

—¡Aaalba! , ¡Aaalba! —comenzó a corear.

Nosotros, estallando en risas, tratamos de seguirle el juego y corear con él, aplaudiendo instintivamente para liberar el cúmulo de energía que provocaban nuestras carcajadas.

Alba gritaba mientras se reía—¡Famous tío! ¡Que me vas a matar! –suplicaba sin respuesta.

Decidimos pararmos detrás de Famous en fila recorriendo en círculos el pasillo del cuarto coreando juntos.

—¡Aalba!, ¡Aaalba! — se seguía escuchando en toda la habitación, como si se tratase ahora de un antiguo ritual de sacrificio humano.

La risa y los gritos de Alba seguían llenando la habitación; comenzamos a levantar nuestros brazos al ritmo de nuestro canto. Parecíamos unos cavernícolas acabando de cazar la cena del día, que en este caso, se trataba de la rubia.