11. Noche de películas y una dulce venganza

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CHARLIE

—¡Estás loca!—gritó Will totalmente furioso—. ¡¿En serio?! ¡Liam Henman!

—¡No lo estoy! ¡¿Qué pasa con él?!

—¡Derek me habló de lo que hiciste a noche!

—¡¿Y eso qué?!

—A ver, hermanita, ¿qué parte no has comprendido? ¡Él es Liam Henman!

Bueno esta no ha sido las mejores de mis mañanas, pero podría ser peor. El desquiciado de Will me ha despertado con una jarra de agua, típico, me quito las sábanas y ahora me encuentro tendida en el suelo como alfombra decorativa y sobre mí hay un inmenso y torpe gorila amenazándome.

Y todo por Liam Henman.

—¡Perfecto! ¡Ahora tengo un maldito hermano celoso, estoy en el suelo... Y odio que hagas esto! ¡Por estas cosas fue que me fui!—intensificó su agarre en mis muñecas.

—¡Pues estás ahora en mi casa! ¡Mi casa, mis reglas!

—¡¿Tu casa?! ¡Nuestra, pendejo!

—¡Eres una retardada!

—¡Pero tengo más neuronas funcionales que tú, claramente! ¡Eso es seguro!

—¡Cállate!

Intenté empujarlo, pero de cierta forma aún no quería hacerlo. Tenía muchas dudas, es decir, es normal que tu familia y amigos se alteren cuando bajo su concepto alguien "no es bueno" para ti. Comprendía que a veces las personas exageraban en ese tema, pero hay varios problemas con eso: no estaba interesada de manera romántica en Liam, me parecía algo exagerado el comportamiento de todos a mi alrededor cuando se trataba de ese chico y presentía que había algo más por detrás. Me estresaba el hecho de que nadie me dijera nada y tuviera respuestas ambiguas y cortas para nada útiles.

—¡¿Por qué diablos haces tanto escándalo de esto, Will?! ¡Fui a un parque con Derek, estuvo Liam y lo invité, aunque lo odie a muerte y quiera destriparlo vivo, me divertí allí y no por ellos, sino por mí! —sentí como su agarre se iba suavizando en mis muñecas supongo ya rojas—. ¡Quería irme, salir, ser lo que alguien dice normal... —bajé mi tono de voz y dejé de forcejear contra él—. ¿Acaso no recuerdas cuando tenía nueve? ¿Recuerdas que casi pasa algo?

Me interrumpió.

—Basta. —balbuceó.

—Tú lo sabes mejor que nadie, sabes que pasó. Y sé que no quieres que vuelva a pasar, ni yo, así que me sueltas o te juro que no respondo por mis actos en los próximos segundos.

Pude notar que se me quebraba la voz. Eran muchos recuerdos que no me agradaba recordar, pero fue eso lo que causó un cambio en mí y de cierta forma apresuró la merecida separación de mis padres.

Aún tenía muchos rezagos del pasado...

Marcas casi desvanecidas.

Sesiones con especialistas.

Cuando era pequeña, la relación de mis padres no era la mejor, aún así evitaban tener peleas frente a mi hermano y a mí. Ambos eran seres exigentes y perfeccionistas, armaban la vida de sus hijos como ellos consideraban correcto. Eso trajo problemas. Muchos. La necesidad de hacer todo bien y de ser mejores que otros consumieron cada parte mía y de Will. Sufríamos al ver nuestra boleta de calificaciones cuando alguna nota bajo del sobresaliente aparecía, porque nos esperaba una reprimenda en casa donde éramos menospreciados. Fue peor cuando esa horrible obligación de estudiar, junto con otros factores, hicieron que odie el estudio y de paso que me quedara por primera vez en supletorios. Me sentí tan tonta. Las pastillas, los vidrios y otras cosas son testigos de la depresión generada en esos años. Sólo por unas calificaciones.

Mr. and Mrs. Problems [MAMP #1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora