CHARLIE
Las cosas caían de forma repentina mientras Max daba pequeños sorbos a su soda. Estaba metida en un dilema, en el cual yo no me metí a voluntad ni por culpa mía, esta vez todo conspiraba en mi contra. No podía tomar mucha paciencia de mi parte por el momento. Aunque mi momento de ira se aproxime constantemente, trato de reprimirlo, ya que no quería tener llamadas de atención. Mientras los demás seguían como estatuas, porque ya me veían que en unos segundos contados iba a explotar y era mejor mantenerse lejos de mí en ese momento, así de simple, hasta estaba con una roncha gigante en el cuello hinchada por la rabia. No era común verme de esta forma tan fácil, así que le daré crédito.
Tener gente que no soportaba a mi alrededor me daba jaqueca.
—Charlie —me llamó Will, con un tono delicado para calmarme—. Tranquila, baja el basurero, ahora.
Fruncí el ceño y con toda la lentitud posible bajé el basurero que tenía en las manos, pero en ningún momento mis ojos se apartaron de Max, quien estaba tan tranquilo ante mi brusca actitud.
—Genial, creí haberme desecho de ti.
—Pues no.
—¡Deja de meterte en mi vida, Kent! —grité, ya desesperada. Aunque al parecer, mi reacción violenta de querer botarle el basurero en su cara, no le afectó en lo más mínimo, más bien, sonreía con ánimo, todo era risa para él, un jodido chiste que pronto explotaría—. ¿Qué pretendes ahora?
—Ya te lo he dicho antes —una vez que termina su soda hace un cesto perfecto en el basurero, que pocos minutos antes lo pensaba usar para matarlo—. Confórmate.
Hijo de... muy bien, calma... paz interior. Respira, cuenta hasta diez, quizá un poco más. No es que estuviera furiosa porque me haya inscrito en el concurso, pero estaba harta de tener que lidiar con él, creía que este viaje me alejaría, pero no, resultó ser totalmente lo opuesto.
—¿Por qué? —pregunté, lentamente en tono amenazador, pero él ni se inmutó—, ¿por qué has dicho mi nombre?
Este hombre claramente sabía que eso me fastidiaba y no era por la idea de participar. Si no quiero hacer algo, es tan bien obvio que no me gusta que otras personas tomen la decisión de si mismo lo haré o no.
—Ya lo dije —se mueve como si no tuviera columna vertebral y me mira fastidiado—. ¡Que pereza repetirlo!
—¡Púdrete!
—Esa boca, lindura —niega con su cabeza hasta estar más cerca de mí—. Las mujeres educadas no dicen malas palabras.
Agh... misoginia.
—¡¿Qué con eso?! —al terminar con esa pregunta realmente tediosa, los demás trataron de calmarme, pero como respuesta, les lance la tapa del basurero a todos los que estaban detrás mío, se agacharon inmediatamente y se callaron. No era de esperarse que mi boca gritara insultos dirigidos a ellos, no tardé en volver a Max, pero apenas giré, un dedo se poso en mi boca haciendo que me sonroje.
Me tensé en unos cuantos segundos. Como te detesto, Max. Pero yo no era de esas chicas que dejan que pasen este tipo de cosas, así que me decidí. Con las fuerzas que tuve, mordí su dedo, él se alejó rápidamente para mirar su mano, sorprendido y atónito.
—Ya has procedido al canibalismo. Mal así.
—¡Cállate!
—No te alteres, pensé que te alegrarías de verme aquí —activó su sarcasmo contra mí—, yo estoy feliz de notar que estás bien. Tu madre se pondrá contenta.
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Mr. and Mrs. Problems [MAMP #1]
Novela Juvenil¡YA EN LIBRERÍAS! Una reputación crea problemas. Mi vida toma un rumbo inesperado, nuevas amistades, nuevos amores, nuevas aventuras que vivir aparecen frente a mí. Lo que no sabía era que mi historia iba a enredarse con elementos que no podría cont...