6. Una guerra de comida y el castigo

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CHARLIE

—Bien, puedo decir que esto no puede empeorar. —tomé una sopa de tomate del aparador mientras en mi cabeza revivía el momento que pasé en el salón de Química.

Aquel encuentro con ese chico me dejó un mal sabor de boca, sin decir que su actitud me hizo querer suicidarme, estaría con él todo el año. Lo interesante que pasó durante clase, el que casi nadie regresaba a verlo, creo que noté algo de miedo en ellos, pero no entendía por qué y cuando lo miraban era con desprecio. Después de decir mi pequeña y mala frase, y sentarme de vuelta, Liam sólo reía. ¿Acaso se burlaba de mí? ¿En serio? No quise ni hablarle después de eso, pero al salir del salón me topé con una chica morena de baja estatura que me hizo intercambiar teléfonos para futuros proyectos, y en eso llegó mi querido compañero a anotarlo y volvió con esa misma actitud. La chica me comentaba que él le gustaba, pero que no era muy sociable y ciertas veces era muy malportado.

—Vamos, Charlie, no te agobies por ese tonto, es Liam Henman, no podrías esperar menos de él. —dijo Emma tomando una ensalada de frutas del aparador. La miré con resignación. No obtendría ninguna información y cuando le hablé de lo que había pasado sólo me evadió el tema.

—Creo que percibo algo de intimidación, ¿lo sientes cuando él llega?

—¿Intimidación?

—Sí, de él y de los demás. Muchas personas parece que lo critican, otros como que tienen miedo y ya luego están lo que parece darles igual y no hacen ni dicen nada, muchos gustan de él o se alejan de golpe. ¿No es eso extraño?

Emma titubea un momento.

—No veo lo extraño, es la preparatoria después de todo, Charlie. Las personas aquí son jóvenes, eso quiere decir que son raras.

—No creo que eso sea normal. Digo, las actitudes son muy opuestas, pero en un mal sentido...

—No debes preocuparte, Charlie. Sólo... no hagas un drama de eso, tampoco queremos que tu hermano piense algo erróneo y arme un escándalo.

—Pero...

No quiso decirme nada, pero sus ojos me decían cosas que casi no comprendía.

—Bien. —dije a regañadientes y la seguí a la mesa donde estaba mi hermano junto con Derek y otros chicos que aún no conocía.

Al llegar a la mesa, me senté junto a Will, le dí un beso en su cachete, Derek me saludó con un guiño bastante amigable y los otros tres de la mesa sólo me miraban atentamente, como si buscaran algo en mí, pero no tenían éxito alguno. Creo que me registraban con la mirada como los perros de la policía en busca de droga.

Me mantengo firme en no resaltar mi nerviosismo o el simple hecho de que me molestaba ese tipo de invasión a mi espacio personal, que aunque no estaban sobrepasándolo físicamente, lo hacían de manera visual y con bastante intensidad.

—¿Quién es esta hermosura de mujer? —preguntó uno de ellos, era un rubio bastante atractivo, me guiñó un ojo, coqueto.

Parecía que a Derek no le agradó la confianza que este muchacho me dio, pues al segundo este le había lanzado una de las uvas que tenía en la mano. Mi hermano ya supuso lo que podría pasar. Tenía razón y de cierta forma mantenía la palabra clave entre mi hermano y yo por algún tipo de emergencia.

—Ni lo pienses, Rogers, con ella ni se te ocurra —dijo Will algo enojado, el rubio lo miró confundido, bueno era obvio: él no me conocía.

—Es su hermana, así que advierto: la tocan y los mato con mis propias manos. —esa frase pudo haber salido de Will, pero no, no era él, si no Derek, todos en la mesa nos quedamos sin habla, y yo estaba con mi bocota hasta el suelo, y supongo sonrojada. Este chico terminaba por sorprenderme de nuevo.

Mr. and Mrs. Problems [MAMP #1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora