Barcelona.

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  Yo que vengo del sur,
de calles en ebullición
que emanan arte, amor y pasión.
Yo, que ya venía enamorado de la sonrisa vivaracha de mi ciudad,
que ya quedé prometido con mi sierra,
y que llevo años casado con mi tierra.
Yo, que así llegué, embelesado quedé, de ti Barcelona.



De tu altura, sin necesidad de tacones que elevasen tu hermosura.
De tu piel fría y tersa, que atraviesa todas mis capas de ropa por más que evitarla quisiera.
De tu mirada seria, teñida de profunda curiosidad, por saber que no pertenezco a este lugar.
De cómo me has hecho el amor a cada paso, suave pero firmemente, desde el alba hasta el ocaso.
De tu gótico mental, que me ha dejado extasiado, y de tu modernismo físico, que me tiene babeando.



No me olvido de Sevilla, mi eterna amada, pero tú, querida, me has hecho creer en la poligamia.
Así que espero regresar pronto, y podamos volver a charlar y follar como lo hemos hecho estos días de invierno.



Atentamente,
uno más de tus amantes.

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