Capítulo 9: De vuelta en Konoha

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Naruto dejó a sus tres compañeros en su hogar, y les dijo que debía ir urgentemente a Konoha. Llegó a la oficina de Hiruzen en un destello amarillo, a lo que el viejo se asustó un poco.

-Abuelo, tenemos a un nuevo sospechoso...- anunció el rubio.

-¿Y quién es?- preguntó intrigado el viejo mono.

-Es el enmascarado que provocó el ataque del Kyubi a la aldea y la muerte de mis padres. Él tenía bajo un Genjutsu a Yagura, Yondaime Mizukage.- explicó el ojiazul.

-Pero entonces es mucho más fuerte que yo, es imposible que no haya podido controlarme...- dijo el Sandaime.

-Se me ocurre que en el momento que manipuló a toda la aldea, él era más débil que tú, y por eso perdió en un mano a mano con Minato.- dijo el Uzumaki.

-Eso tiene bastante sentido, ¿Pero cómo hizo para controlar a todos al mismo tiempo?- preguntó el Sarutobi.

-Supongo que reflejó ese Genjutsu en los ojos del Kyubi, ya que todos miraron los ojos de la bestia...- supuso Naruto.

-Manténme informado de la situación.- pidió el viejo.

-Para eso recluté a Jiraiya, y no descartes a Danzo como un posible traidor.- explicó el rubio, volviendo a desaparecer en un destello amarillo.

Naruto llegó a su casa, y la cena estaba servida. Haku había preparado un gran banquete, con muchísima carne y verdura.

-Es lo menos que puedo hacer para agradecerles el apoyo en Kiri.- dijo avergonzado el chico.

-¡Gracias por la comida!- dijieron alegres Naruto y Hashirama, para luego empezar a comer desaforadamente.

-Está muy rico, Haku.- elogió Madara, que comía tranquilamente.

-Por cierto, sus caras me resultan familiares de algún lado...- dijo el Yuki.

-Verás, yo soy Hashirama Senju, y él es Madara Uchiha.- dijo sonriente el pelinegro.

-No puede ser cierto, ustedes deberían estar...- murmuró sorprendido el chico.

-Los he traído a esta época mediante un jutsu, réstale importancia al asunto...- dijo el rubio, y Haku asintió.

Luego de comer, Naruto le enseñó la mansión a Haku y le mostró su habitación. Posterior al tour, todos se fueron a dormir tranquilamente.

A la mañana siguiente, alguien tocó la puerta de la mansión mientras todos desayunaban. Naruto abrió la puerta, y descubrió que era Jiraiya.

-Tengo información de Orochimaru.- dijo el viejo Sannin.

El rubio lo dejó pasar, y aunque sabía lo que pasaría le pidió que se explique.

-Va a invadir Konoha durante los exámenes Chunin.- pronunció el hombre.

-¿Y qué pretendes hacer, Naruto?- preguntó Madara.

-Nosotros tres entraremos a los exámenes como participantes, y Jiraiya como nuestro Sensei. Haku, te quedarás aquí para cuidar la casa en un raro caso de ataque.- explicó el ojiazul, y todos se sorprendieron.

-¿No nos van a reconocer?- preguntó Hashirama.

-Es el momento indicado para decirle a Konoha que están por debajo nuestro...- dijo el rubio pensativo.

-¿Y de qué aldea diremos que venimos?- preguntó el Sannin.

-¿Por qué no decir que somos de Kiri...? Le pediré algunas bandanas y un chaleco Jounin para Jiraiya.- dijo el Uzumaki.

-¿Cómo entraremos a los exámenes?- preguntó Madara.

-Le pediremos al viejo que nos anote.- dijo el rubio.

-El evento comienza dentro de una semana. Hay 5 equipos de Konoha, 1 de Kumo, 1 de Iwa, 1 de Suna, 1 de Taki, 1 de Oto y nuestro equipo. Pero además, hay muchos más equipos aunque muy débiles.- informó Jiraiya.

-¿Cuándo partimos a Konoha?- preguntó Madara.

-Mañana luego del desayuno.- dijo Naruto, yéndose a entrenar.

Haku pasó por la puerta del dojo, y se sorprendió cuando vio a Naruto romper de varios golpes el saco de boxeo con ira. Se dispuso a entrar y calmarlo, pero una mano en su hombro lo detuvo.

-Cuando está así, lo mejor que puedes hacer es dejarlo solo...- dijo Madara.

-¿Tienes idea de por qué está furioso?- preguntó preocupado Haku.

-Supongo que volver a ir a Konoha y estar bajo la mirada del público lo tiene enojado. Pero bueno, ya se le pasará...- dijo despreocupado Madara, y ambos se fueron del lugar.

El día pasó rápidamente, y todos estaban esperando a Naruto en la sala de estar. En un destello amarillo apareció él con 4 bandanas de Kiri y un chaleco Jounin. Todos se vistieron adecuadamente, y partieron hacia Konoha para hacer los exámenes Chunin.

Fue un viaje largo, pero al cabo de dos horas llegaron a su destino. Vieron a los centinelas dormidos, y decidieron despertarlos.
Les dijieron que venían de Kiri, y que darían los exámenes Chunin.

-¿Nombres?- preguntó uno de los Chunin.

-Soy Jiraiya, como el de los tres Sannin.- dijo el viejo.

-De hecho, eres bastante similar...- mencionó el Chunin.

-Cualquier similitud es mera coincidencia...- dijo nervioso el Sannin.

-Soy Hashirama Senju. Mis padres eran grandes admiradores del Shodaime...- dijo el Senju con una sonrisa.

-Me llamo Madara Uchiha, y mi nombre es por una razón similar a la de él.- dijo el pelinegro, señalando a su mejor amigo.

-Soy Naruto Uzumaki, provengo de la antigua aldea de Uzu.- dijo Naruto, que tenía activo su Rinnegan Supremo para que no lo reconozcan.

-Estas llaves son las de una habitación para 4 en el hotel de inmigrantes. Hay servicio de habitación, piscina y gimnasio disponible en esa posada. Esperamos que disfruten su estadía, y les deseamos suerte en los exámenes.- dijo el otro Chunin, dándole las llaves a Jiraiya.

El equipo infiltrado se asentó en su habitación, y vieron que era bastante grande y lujosa.

-Voy a informarle al viejo de nuestra presencia aquí, no se vayan a ningún lado...- dijo el Sannin, saliendo de la habitación.

-Naruto, ¿Te apetece jugar al Shoji?- preguntó Madara.

-¿Acaso quieres que el historial se ponga 100 a 2?- preguntó soberbio el rubio.

-¡Cállate, maldito idiota!- gritó el Uchiha.

-¡Bajen el tono de voz, estoy viendo televisión!- dijo enojado Hashirama.

-¿Y tú quién eres para callarnos?- preguntaron enojados Naruto y Madara.

Pero el clima perdió tensión cuando el Senju entró en su modo depresivo extremo, haciendo reír a los dos competidores.

Jugaron durante 15 minutos y Naruto ganó la partida, siendo esa la vez número 100 que le ganaba a Madara en Shoji.

Continuaron en esa hasta que llegó Jiraiya con un poco de comida, y luego cenaron y se fueron a dormir.

Una nueva oportunidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora