Capítulo 14: Víspera de las finales

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Hiruzen procedió a juntar a los 16 finalistas para hacer el sorteo. Los participantes fueron pasando uno añ uno, mostrándole su número a Anko.

Cuando el sorteo terminó, Ibiki mostró la pizarra a todo el mundo. El primer combate lo protagonizarían Naruto y Lee. El segundo encuentro sería entre Gaara y Sasuke. En la tercer batalla se enfrentarían Shikamaru y Temari. En la cuarta pelea, Madara e Ino se verían la cara. El quinto combate sería entre Neji y Kankuro. Fu y Shino lucharían en el sexto encuentro. Hashirama y Omoi se enfrentarían durante el séptimo encuentro, y la primera ronda concluiría con una batalla entre Kurotsuchi y Samui.

-Tienen un mes libre antes de las finales, procuren entrenar mucho para dar un gran espectáculo a las personas que van a espectar.- dijo su discurso el Sandaime, y todos los finalistas se fueron a sus hogares.

De camino al hotel de inmigrantes, Madara decidió sacarse la duda que tenía encima.

-¿Para qué quieres a Orochimaru como aliado?- le preguntó el Uchiha al rubio, volviendo a entrar en ese tema.

-Por ahora solo puedo decirte que me es necesario para un fin que tengo propuesto...- dijo con suspenso el rubio, y su respuesta satisfajo la curiosidad del pelinegro.

-¿Piensas entrenar durante este próximo mes?- preguntó el Senju.

-Voy a practicar un Kinjutsu que me hará más fuerte en el Taijutsu.- dijo el ojiazul.

-¿Acaso practicarás la apertura de las 8 puertas internas?- preguntó sorprendido Hashirama.

-Así es.- afirmó el Uzumaki.

-Es muy peligroso abrirlas, puedes causarte mucho daño...- advirtió Madara, pero lo único que le respondió Naruto fue mostrarle ls palma derecha de su mano.

-Esta marca me otorga una gran curación, incluso mayor a la del Kyubi. Puede sanar cualquier enfermedad, arreglar parálisis, entre otras.- explicó el rubio, mostrando el círculo blanco en su palma derecha que representaba un sol.

Naruto y su equipo pasaron la noche en el hotel, y a la mañana siguiente el ojiazul le pidió a Hiruzen un campo de entrenamiento.
Los tres infiltrados llegaron al área de entrenamiento número 11, y allí armaron un plan para aumentar su fuerza.

-Ustedes dos entrenen juntos, yo voy a practicar solo por el bosque...- dijo el ojiazul, yéndose.

-¿Qué te parece si luchamos con todas nuestras fuerzas?- preguntó Hashirama.

-No podemos, vamos a alertar a los ANBU.- dijo el Uchiha.

-Podemos hacer una barrera...- sugirió el Senju.

-Está bien...- se resignó Madara, y ambas leyendas realizaron la misma secuencia de sellos manuales.

-¡Barrera divina!- dijieron ambos, y 4 paredes y un techo de chakra color rojo los encerró a ambos.

Madara activó su Rinnegan, mientras que Hashirama entró en el modo sabio del Mokuton.
El Susanoo azul del Uchiha se materializó rápidamente, a la vez que el hombre de madera del Senju se preparaba para el combate.

Naruto miraba esto desde un árbol, y suspiró con resignación. Puso un fuerte Genjutsu en la barrera, para que todos vieran como esos dos estaban meditando.
Se dio vuelta, comenzó a liberar su chakra y el suelo se agrietó de todo el poder. Se concentró en un punto en su cabeza, y presionó fuertemente con su chakra en esa barrera. Sintió como se abría la primera puerta, y juraría que en ese momento era más fuerte. La imagen del cuerpo humano con las puertas internas marcadas que estaba en el pergamino que le había mostrado Guy en la línea de tiempo original se le vino a la mente, y presionó con su chakra fuertemente en esos puntos. Abrió la segunda, tercera, cuarta y quinta puerta; notando que su piel era rojiza, liberaba chakra verde, se le erizó el pelo y se le borró el iris y pupila de ambos ojos. Siguió abriendo la sexta y séptima puerta, pero de repente volvió a su estado base y cayó sobre una rodilla.

-¡Es que eres bobo! ¡¿Cómo se te ocurre abrir 7 puertas de golpe sin entrenamiento?!- regañó el Kyubi, suspirando de alivio cuando vio que lo único afectado en Naruto era que el chakra estaba descontrolado.

-Lo siento...- se disculpó el rubio, activando su Rinnegan Supremo para que su chakra vuelva a la normalidad.

-Mientras hacías estupideces, yo terminé tu plan de entrenamiento...- informó Kurama.

-Pues cuéntame en que pensaste.- dijo con una sonrisa nerviosa el ojiazul, que ya había desactivado su Rinnegan Supremo.

-Existen varias habilidades que se desbloquean al abrir cada puerta interna. La primera te otorgará una fuerza física mucho mayor a la que posees en tu estado base, además de que serás capaz de usar el Loto Primario. Si abres la tercera puerta, podrás usar el Loto escondido. Abriendo la sexta puerta serás capaz de usar el Pavo Real Matutino. Si abres la séptima puerta, desbloquearás el Tigre del Mediodía. Por último, podrás realizar el Elefante del Ocaso al abrir la octava puerta, y la Polilla Nocturna será el último ataque que podrás usar en tu vida en caso de utilizarla.- explicó el Kyubi.

-Bien, creo que he visto a Guy hacerlas...- mencionó el rubio.

-Ponte a trabajar, tienes mucho entrenamiento por delante.- dijo el zorro, y Naruto abrió la primera puerta.

TIME SKIP, UN MES.

Eran las 8am en Konoha, y las tiendas estaban abriendo. Las personas adormiladas de la aldea salían a trabajar y a hacer las compras, como cualquier otro día. Pero el sueño se les fue cuando escucharon una muy fuerte explosión proveniente de los campos de entrenamiento.

En el campo número 11, un cráter del tamaño de un meteorito se hallaba en el centro. Esto fue provocado por un solo puño, pero de una persona bastante poderosa.
La sangre de Naruto se estaba evaporando, y esto producía un aura y cabello rojos. El Uzumaki volvió a ser rubio de nuevo, y su iris con pupila celeste volvió a aparecer en los ojos. Naruto llevaba el torso desnudo, producto de la gran fricción al entrenar tan duro.

-No me molesta que entrenes las puertas internas, pero intenta no alarmar a las personas que viven aquí...- dijo Hashirama, rellenando el cráter con tierra y haciendo que el pasto vuelva a crecer.

-Es que mañana serán las finales, y por lo tanto la invasión. Quiero estar lo mejor preparado posible...- dijo Naruto, cayendo sobre su rodilla izquierda.

-Vete a descansar.- recomendó madara, viendo como el rubio se desmayaba en el suelo.

-¿Qué haremos con él...?- preguntó al aire Hashirama para luego suspirar y llevarse al ojiazul hacia el hotel.

Una nueva oportunidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora