Capítulo 5: Desastres y Desórdenes

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"Una de las peores cosas que puede pasar cuando inicias una guerra, es que no la inicies de inmediato."

-Mariscal Baupte a su estado mayor, sobre la situación inicial de la guerra humano-sobrenatural.

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Costa de Barcelona. Día siguiente.

Cuando Issei logró recuperar la consciencia del sueño, del cual fue arrancado por un poderoso grito, lo primero que pudo distinguir fue que se acercaba peligrosamente al nivel del agua.

-¿Qué...?

¡SPLASH!

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Eran las 6 de la mañana en Barcelona, e Issei aún se encontraba temblando de frío en cubierta a pesar de haberse cambiado de ropa. Junto a él se encontraban Le Fay, en una situación similar (aunque menos helada ya que uso magia para calentarse hasta que Mikel se lo prohibió) y el propio Mikel, quien se encontraba serio tras sus lentes de aviador. Siguiendo su mirada, uno podía encontrarse con la ciudad de Barcelona, con varias columnas de humo negro alzándose al cielo y el resplandor de fuegos y bengalas aun alumbrando la noche. Era consecuencia de las protestas del día anterior, que habían llevado a enfrentamientos con la policía al desenfrenarse los manifestantes. Aunque ya se habían calmado las personas, seguía habiendo casos de incendio y barricadas de los que encargarse.

-¿P-por qué f-fue e-eso?-Preguntó Issei, tiritando notoriamente.

-Tenían que despertar. Que iba a saber yo sobre su poca tolerancia al frío-Respondió simplemente Mikel, aun sin desviar su vista del continente-Barcelona está que arde, pero lo tendrán controlado para mañana. Si las noticias del frente son buenas, claro está.

-¿Qu-qué quieres d-decir?-Preguntó ahora Le Fay.

-Cuando las noticias son buenas, todos se sienten unidos por una causa, se llevan mejor, y están más animados. Los problemas cesaran o se reducirán drásticamente. Siempre sucede. Una gran batalla que acaba victoriosa, o una defensa de hierro que pudo ser penetrada. Incluso algo como capturar un líder enemigo. Todo vale cuando hay que calmar a las masas. El ejército aporta el hecho y la propaganda hace el resto-Ahora se encontraba mirando al par de alumnos, quienes a pesar del frío escuchaban atentamente-Sobre su plan de entrenamiento, empezaremos con una rutina de ejercicio para aumentar su resistencia. Independiente de en qué se especialicen, si entran en un desgaste caerán si no aguantan lo suficiente. Cuando avancemos, lo físico pasará a ser una mera rutina inicial.

-¿C-cuantos d-días to-tomará esta p-parte?-Preguntó Issei.

-Dependiendo de su progreso, 1 semana o 1 mes. Me contrataron para entrenarlos y que sobrevivieran al frente, no para que sean tropas de élite. Ahora comencemos, 10 vueltas a la cubierta del destructor para calentar. Iré con ustedes para asegurarme de que sigan. Ah, e Issei: usar la [Boosted Gear] está prohibido-Especificó, arrancando un suspiro del congelado Issei.

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Inframundo. 2 semanas después.

Los soldados a bordo de los VTOL de las repúblicas y del Imperio estaban ya temblando de excitación, las luces parpadeando al sacudirse los vehículos por las explosiones del exterior del fuselaje. Un quedo "30 seconds" se escuchó desde la cabina de los pilotos, quienes eran los únicos que tenían una visión clara de que sucedía afuera. Las tropas aerotransportadas solo veían la ocasional explosión y de vez en cuando una pieza de artillería disparando sus letales proyectiles sobre el frente aún desconocido. También avistaron algunos tanques.

DxD: La guerra a la que fuimosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora