19- En peligro

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Iknius:

- Sé que no está muy lejos…

Hipo:

- No…

Iknius:

- Noto el dolor y el nerviosismo de algún corazón cercano a mí.

Hipo se estremeció. Iknius podría delatarle sólo escuchándole el corazón.

Iknius:

- Sí…

El dragón oscuro paró su mirada en Hipo.

Hipo:

- Ah…

Iknius:

- Es tu dragón, ¿Verdad?

Hipo no quiso responderle. Intentaba disimular.

Iknius:

- No me caben dudas, es el tuyo.

Sonrío con malicia.

Hipo:

- ¡¡No te atrevas a acercarte a mi dragón, maldito demonio!!

Iknius:

- ¡¡RUAGHHH!!

AsaltaNubes lanzó una llamarada al lado de Iknius, él se tranquilizó. Miró a Hipo muy serio y malévolo.

Iknius:

- Disfruta de tu amigo el dragón. Puede que sea la última vez que le veas con vida…

Hipo:

- ¡¡No te atrevas a acercarte a él!!

Dijo con furia.

Iknius:

- ¿Y qué harás para evitarlo… humano? ¡Iknia!

La rubia reaccionó de inmediato a su llamada.

Iknius:

- Sólo bastará un disparo y estarás muerto.

Hipo lo desafiaba con la mirada. Valka se puso en medio de él.

Val:

- ¡Basta ya, Iknius!, no permitiré que le hagas daño a mi hijo.

Iknius:

- Nos encontraremos en otro momento… Y esta vez, no tendré tanta piedad, ni de Hipo, ni de su querido dragón.

Iknius se dio la vuelta y Iknia sólo se subió a su lomo con total normalidad. Los ojos de Hipo se pusieron húmedos al ver a Astrid subir encima de él.

Hipo:

- ¡¡Astrid…!!

Hipo intentaba correr hacia ella, pero su madre le tenía agarrado del brazo.

Val:

- No, déjala, Hipo.

Hipo:

- ¡¡No, por favor, Astrid, soy yo, Hipo!! ¿¡Es qué no me reconoces!?, ¡¡Iknius suéltala!!

Iknia:

- ¡¡Cállate estúpido!!, Hago esto por mi voluntad, ¡Y alégrate de no haber muerto!

Los ojos de Hipo estaban a punto de liberar una lágrima.

Iknia:

- ¡Iknius, nos vamos!

El dragón hechó a volar, perdiéndose en el cielo y en la mirada del angustiado Hipo:

Hipo:

- ¡¡Astrid, no, por favor…!!, ¡¡¡ASTRID!!!

Hipo se derrumbó en el suelo, casi llorando. Valka lo consolaba. Los demás sólo miraban la escena, algo confundidos.

Val:

- No es culpa tuya, hijo…

Hipo:

- ¿¡Pero por qué Astrid está con él…!?

Val:

- Iknius es un Dios de Odio. Lo que significa que no ama a nadie, porque no puede, y Astrid, ha sido convencida para convertirse en otra persona.

Hipo:

- ¿¡Cómo…!? Eso quiere decir… ¿Qué Astrid ya no existe…?

Val:

- Si aún se acuerda de su amor, puede que exista. Pero una vez que ya no lo recuerde… Habrá desaparecido.

Hipo:

- ¡Tengo que hacerla recordar!

Val:

- ¡No!, Iknius controla ahora a Astrid; Y él querrá tu muerte…

Hipo:

- ¿¡Pero por qué lo hace…!?

Val:

- Porque cuando Astrid haya sido consumida por su odio, ¡Ella dejará de existir y se convertirá en energía que le dará a Iknius la inmortalidad!

Hipo:

- ¿¡Qué…!?

No podía creer lo que quería hacerle Iknius a Astrid. Hipo estaba comenzando asentir completo y absoluto miedo y angustia. Tenía un nudo que le hacía creer que iba a perder a Astrid, a quien amaba profundamente desde siempre.

Hipo:

- ¡¡No puedo permitirle hacer eso…!!

Val:

- Ya pensaremos algo, hijo…

Chusco:

Eh… ¿Cuál es el problema exactamente con Astrid?

Brusca:

- ¡Insensible!, Hipo puede perder a Astrid.

Patapez:

- ¿Y qué podemos hacer para evitarlo?

Preguntó con preocupación.

Hipo:

- Yo os diré lo que haremos. Debemos volver a Mema y contarles esto a la aldea, luego, nos prepararemos para el ataque de Iknius, yo, iré a buscar a Astrid. No pienso dejar que Iknius haga desaparecer a Astrid.

Dijo serio. Luego todos subieron a sus dragones, y emprendieron el vuelo hacia Mema.

HTTYD IIIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora