17- Iknia, la Diosa del Mal

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Mientras tanto, Astrid, ahora conocida como Iknia, la Diosa del Mal; Estaba con Iknius en la Cueva Abandonada. Era algo oscura, pero había lava en el fondo, lo que la iluminaba.

Iknius:

- Iknia, ahora que eres una Diosa, deberás seguir mis ordenes..

Iknia:

- ¡Yo no voy a seguir tus ordenes! Soy una Diosa.

Dijo con gran orgullo.

Iknius:

- Tranquila… Aún tienes mucho que aprender. Yo te enseñaré a despertar tus poderes de odio más fuertes. Primero necesito saber, ¿Qué sientes por Hipo?

A lo ella respondió muy segura:

Iknia:

- Odio… Lo odio con toda mi alma.

Iknius:

- Bien… Pues ahora, deberás vengarte de él.

Los ojos rojos escarlata de la rubia se abrieron en grande:

Iknia:

- ¿Cómo…?

Iknius:

- El primer paso para despertar tus poderes es vengarte del que te rompió el corazón.

Iknia:

- Vengarme…

Iknius:

- Eso es. ¿No lo odias tanto cómo para desearle... la muerte?

Iknia dudó unos momentos, luego dijo:

Iknia:

- Sí… Desearía ver a Hipo muerto…

Siseó con maldad.

Iknius:

- En ese caso, no esperes más, sacia tu sed de venganza.

Iknia:

- ¡Sí!

Iknia montó sobre Iknius con total confianza. Se llevó su hacha con ellos. Luego, juntos abandonaron la cueva en busca de Hipo desapareciendo en lo más alto del cielo. Hipo estaba buscando a Astrid por el bosque. Llegó hasta un monte algo alto. Desde ahí podía verse el bosque casi entero.

Hipo:

- ¡Astrid…!

El sonido rebotó y se oyó con eco. Entonces, al mirar hacia unos árboles, ve una figura esbelta y delgada de una chica muy conocida por él.

Hipo:

- ¡¡Astrid!!

Hipo corre hacia ella, pero antes de llegar hasta ella, un dragón negro se pone en medio amenazante. Era Iknius.

Hipo:

- ¡Ah…!

Iknius:

- ¡¡RUAGGH!!

Iknia se acerca al dragón mirando sorprendida y llena de odio a Hipo.

Iknia:

- Hipo…

Hipo:

- ¡Astrid, perdóname por favor…!

Le rogó, pero ella no respondió.

Iknius:

- No la supliques, ella no te escuchará.

Hipo casi se cayó para atrás al oírle hablar.

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