La verdad

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Una tenue luz iluminaba una mesa de la cocina donde dos personas estaban tomando el té y disfrutando de un pequeño postre antes de dormir. La mujer con el parche en el ojo saboreaba la infusión y sonreía al notar que estaba en su punto justo, exactamente como le gustaba. El enorme sujeto sentado al otro lado de la mesa sostenía su taza por el asa que apenas cabía entre su pulgar y el índice, dando pequeños sorbos para que la bebida perdurara un poco más de tiempo.

Anna:-"lo lograste, esta vez quedó exquisito" el hombre asintió con la cabeza ante el cumplido. –"oh vamos, come un poco más" dijo maternalmente mientras le servía otra rebanada de tarta.

Un sonido de unos pasos los alertó, alguien estaba caminando por los pasillos, pronto reconocieron el eco metálico entre ellos delatando al sujeto que merodeaba por el lugar.

Anna:-"¿el chico?" lo miro atenta, el junker asintió –"no está solo ¿verdad?" dijo arqueando una ceja.

Roadhog:-"esta con ella" murmuró.

Anna:-"eso es bueno" dio un gran sorbo al té para terminarlo. –"bien, vamos a ver" le sonrió ampliamente. El grandote tardó un rato terminar su postre para luego levantarse y seguir a la señora hacia una ventana donde la luz de la luna no los delataba. –"ooh míralos, son tan tiernos" susurro al ver que se besaban.

Roadhog:-"¿no es contra las reglas?" intentó agacharse más cuando notó que el par comenzó a caminar.

Anna:-"¿te preocupas por ellos? Tu también tienes tu lado tierno" sonrió burlándose del junker. –"pero no. ¿Crees que una organización que funciona en la clandestinidad podría tener reglas como esas? Tranquilízate tus amigos estarán bien" le dio unas suaves palmaditas en el hombro al ponerse de pie y voltearse para retirarse. –"nos vemos mañana, convence a ese idiota de quedarse si es que ella no lo logra".
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Al entrar a la habitación se percataron de que estaba completamente vacía, Junkrat golpeó la puerta del baño pero no hubo respuesta. La china no pudo ignorar lo caótico que era ese cuarto, el lado de Roadhog, a pesar de ser un desorden, era algo aceptable, solo algunas prendas en el suelo y libros apilados. Al voltear al ver la cama del rubio quería gritar, las sabanas revueltas completamente sucias, restos de comida por todas partes, aceite derramado, pólvora e incluso había marcas de pequeñas explosiones.

Junkrat:-"aaah sí, eso, no he tenido tiempo de limpiar y tampoco esperaba visitas jaja" le dijo al ver su expresión de disgusto. La china se acercó a una cajonera que jamás creía que hubiera abierto y de allí sacó un juego de sabanas limpias. –"hey ¿Qué crees que haces?" la detuvo antes de que pudiera acercarse a la cama.

Mei:-"cambiar las sabanas ¿no me ves?" lo esquivó y se dispuso a quitar las sucias sabanas de allí.

Junkrat:-"¡hey! es MI cama" ella estaba a punto de levantar la almohada cuando el junker entro en pánico y se interpuso. –"bien, bien. Déjame hacerlo, demonios" la chica se apartó y él pudo esconder rápidamente la fotografía de nuevo en su sitio.

El enorme junker llegó hasta la puerta de su habitación compartida con el rubio, dio un suspiro de fastidio antes de abrir muy lentamente la puerta, esperando que eso sea suficiente para que dejaran lo que sea que estén haciendo allí. Al entrar se alivió de verlos a ambos vestidos y una distancia prudencial. El alto se volteó rápidamente al verlo, tenía una sonrisa algo diferente a la tonta sonrisa de siempre y muy diferente a esa sonrisa desquiciada que portaba en las peleas. Algo había cambiado y sabía a quién culpar por ello.

Junkrat:-"¡Roady! Al fin volviste, ¿Dónde estabas? Ay como si me importara, lo importante es que ya estás aquí y tengo grandes noticias" estaba emocionado, se movía velozmente y acariciaba su prominente estómago.

ComplementariosWhere stories live. Discover now