Comunicaciones

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Se encontró vagando por el mismo pasillo por centésima vez, harto, cansado, decaído, ya había pateado la misma piedra que se trajo del jardín por toda la maldita base, en el taller no encontraba nada para hacer y nadie quería tenerlo cerca, ya nadie lo soportaba ni siquiera él mismo. Se rascó la cabeza y bufó molesto antes de entrar al laboratorio por quinta vez en el día.

Junkrat:-"¿nada?"

Athena:-"nada. Han pasado 4 horas, 36 minutos y 48 segundos desde que preguntaste anteriormente" el junker gruñó cansado antes de salir por la puerta.

Ya habían pasado dos malditos meses desde que se habían ido, al principio pudo tolerarlo ocupándose de algunos pequeños trabajos que le daba el viejo barbudo en su taller y molestando a Roady de vez en cuando pero esto ya era demasiado. Había disparado todas las armas que encontró en el campo de pruebas, había mejorado sus minas y bombas, incluso había intentado esa estupidez de la meditación con el cyborg y el robot flotador pero nada bastaba, la maldita mujer aun no era capaz recuperar la comunicación de esa mugrosa base donde la habían llevado.

Sus pasos lo habían dejado frente a la puerta de la habitación de Mei, decidió entrar para intentar descansar un momento allí, se había controlado bastante durante el primer mes y casi no había entrado pero últimamente siempre terminaba durmiendo ahí, su cama era el único lugar donde podía conciliar el sueño, procuraba no ensuciar demasiado, temía que el aroma de aquella chica se perdiera si lo hacía.

Con delicadeza rozo las puntas de sus dedos en el escritorio dejando una marca donde el polvo acumulado durante ese tiempo se pegaba a su piel y abandonaba aquella superficie, suspiró pensando en que a ella no le gustaría encontrar su siempre inmaculado cuarto en esas condiciones. Se sonrió imaginando la cara de disgusto que pondría al saber que él había ingresado sin su permiso, peor aún, que ya había explorado cada rincón de aquel lugar.

Al principio comenzó como una tonta curiosidad de revisar su ropa descubriendo su afición por el color azul, casi todo su guardarropas era de aquel color, luego comenzó a husmear en sus cajones, fue difícil resistirse cuando encontró la hebilla que él le había regalado como su santa secreto, estaba guardada con mucho cuidado en un pañuelo blanco dentro de la caja en la cual venia ese regalo, eso lo hizo sentir muy feliz. En otro cajón encontró una pequeña libreta llena de anotaciones en chino, deseaba poder leerlo para entender qué decía, en una de las hojas estaba dibujado un pequeño corazón logrando despertar aún más curiosidad en el rubio.

Así continuó, día tras día, indagando cada detalle de esa habitación intentando comprender a la científica pero solo lograba llenarse de más y más preguntas. Cada vez que creía poder entenderla surgía algo nuevo que lo hacía retroceder dos pasos atrás.


Ahora, solo en la desesperación de la soledad, en esa habitación que se volvía cada vez más fría y oscura sin ella, debía esperarla, debía esperar algún tipo de comunicación. Se acostó en la cama, envolviéndose con las sabanas y hundiendo el rostro en la almohada que aun poseía unas sutiles notas del perfume de Mei para finalmente quedarse dormido.

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Anna:-"¿crees que con esto sería suficiente?" levantó la ceja, claramente tenía sus dudas.

D.va:-"si con esto será más que suficiente" sonreía orgullosa.

Mei:-"creo que tiene razón, solo hay que hacer una prueba" volteó a ver a la mujer.

Anna:-"lo sé pero saben que tienen que ser cuidadosas en este punto. Si algún hacker o, peor aún, si Talon descubre nuestras intenciones tendremos problemas"

ComplementariosWhere stories live. Discover now