El golpe seco del gancho contra la mesa de chapa logro despertarlo, el cerdo había vuelto a la pocilga que alguna vez llamaron guarida, ahora era un simple techo oxidado que los resguardaba del ardiente sol australiano.
La ahogada y resonante respiración a través de la máscara de su compañero le estaba colmando la poca paciencia, paciencia que ya no tenia, se obligó a levantarse, la espalda le dolía por haber permanecido inmóvil tanto tiempo pero realmente no encontraba muchos motivos para salir de la cama a excepción de aquellas noches en que las pesadillas lo forzaban a permanecer despierto y ocupar su cabeza con algo, cualquier cosa que le impidiera recordar aquel momento.
El cerdo seguía haciendo tanto ruido que captó su atención, estaba revolviendo una montaña de chatarra vieja acumulada en una esquina, ésta formaba pequeñas avalanchas cuando quitaba las piezas grandes, el rubio seguía con la mirada aquellos fragmentos que rodaban hacia el suelo hasta que se dio cuenta de qué era eso que su compañero estaba desenterrando.
Junkrat:-"¿Qué demonios vas a hacer con eso?" se puso de pie ante el golpe que sintió dentro de su pecho al volver a verlo.
Roadhog:-"... ya no sirve" murmuró con un tono extraño.
Junkrat:-"¡deja eso ahí!" se acercó lo más rápido que sus piernas le permitieron y le arrebató violentamente el objeto de las manos.
La expresión del rubio confirmaba las sospechas del grandote, no iba a superarlo, aún era demasiado pronto para eso. Así finalizó su pequeño experimento, se puso de pie y se fue lentamente, no tenía intenciones de pelear. Mientras el cerdo se retiraba lo siguió con la mirada hasta que la puerta se cerró detrás de él, entonces se dejó caer abrazando aquel enorme tubo azul, ocultó su rostro en él y dejo salir aquello que tanto le oprimía el pecho.
Había pasado bastante tiempo hasta que su estómago le recordó que seguía necesitando comer de vez en cuando, se obligó a ponerse de pie, colocó la enorme batería azul en su cama y comenzó a rebuscar entre las cosas que tenían, encontró un trozo de pan que engulló ignorando aquella esquina mohosa, a fin de cuentas, hacía tiempo que la comida no le sabia a nada.
Respiró profundamente antes de voltear y enfrentar aquel objeto sobre su cama, lo observó un momento, estaba muy sucio, algo dañado y apenas se notaba el color original, el pequeño robot en el extremo permanecía apagado desde ese día, como si él también se hubiera congelado en el tiempo. Varias veces pensó en repararlo pero siempre desistía.
De pronto sintió algo presionarle la boca del estómago, tomo una fuerte bocanada de aire y se colocó aquel enorme tubo en la espalda, al ajustar las correas a sus hombros pudo notar lo increíblemente pesado que era "¿Cómo podía cargar con esto todo el tiempo? Pensó, rápidamente desvió sus pensamientos antes que ella volviera a destruir la poca cordura que había logrado reunir en ese momento.
Con dificultad abrió la puerta de la guarida y comenzó a caminar en línea recta, hacia el tiradero de basura que sabía que había unos kilómetros más adelante. El radiante sol lo estaba quemando, hacia tanto tiempo que no sentía ese ardor en la piel y en los ojos, era insoportable en este punto, se obligó a refugiarse en el primer lugar que encontrara.
Las ruinas de lo que parecía ser un antiguo edificio aparecieron delante de él, la arena parecía haberlo engullido y solo se podía ingresar a él por una ventana. Dentro estaba lo suficientemente fresco como para poder recuperar el aliento, decidió ocultarse en la parte más oscura, una habitación pasando un pasillo, sabía que no tenía la fuerza necesaria para un combate ahora mismo y era mejor pasar inadvertido mientras descansaba.
YOU ARE READING
Complementarios
Roman d'amourIncreiblemente y para sorpresa de todos, Overwatch integró a un duo de criminales a su grupo.