Capítulo 1: Renacimiento. Parte 2

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–Parte 2–

Celestia, 523 d.H.

Todo está pasando tan rápido... Es increíble que hasta hace pocos días todo era radicalmente opuesto a lo que hemos llegado. Y no sólo aquí, sino también en el resto del mundo, por lo que pude ver. Al final, aquella frase que oí una vez resultó ser totalmente cierta... "Sólo cuando el último árbol esté muerto, el último río envenenado y el último pez atrapado, nos daremos cuenta que el dinero no se puede comer"...

Memorias del Hundimiento. Pasaje extraído de un diario anónimo.

Eran casi las dos de la tarde de aquel día, por lo que muchas personas aún se encontraban en Caelum, la zona inferior de Celestia. Se trataba de la zona de trabajo general, donde la gran mayoría de las personas realizaban sus jornadas laborales habitualmente. Caelum, que también ofrecía una imagen natural maravillosa del entorno y del cielo, se caracterizaba por constar de dos grandes sectores: el área rural y el área urbana.

El área rural de Caelum consistía de un vasto terreno increíblemente verde donde se llevaban a cabo actividades afines al campo y la naturaleza, tales como la agricultura y ganadería. Podían apreciarse amplios bosques que se extendían más allá del alcance de la vista. Incluso había unos cuantos lagos y ríos que proveían recursos tales como energía hidráulica. En otras zonas, se habían instalado molinos de viento de última tecnología para aprovechar la energía eólica y producir electricidad como fuente de energía. Ciertos sectores de la zona rural de Caelum eran destinados a la cría y cuidado de animales, aunque sólo un pequeño porcentaje de ellos era destinado al ganado. Los trabajadores se dedicaban más al trabajo de agricultura que a la explotación de ganado. Desde hacía unos siglos, la humanidad había comprendido el inmenso valor que tenía la vida de un ser vivo, su rol en el mundo, su importancia. Hacía tiempo, muchos de los habitantes se habían inclinado al vegetarianismo, incluso algunos se convirtieron en veganos. Había sido una tarea increíblemente difícil y dura, pero los acontecimientos de antaño habían demostrado rotundamente que el ser humano podía sobrevivir de esa manera si se lo proponía. Otros, en cambio, no fueron capaces de lograrlo, por lo que permanecieron omnívoros, pero mantenían el consumo de carne al menor nivel posible. Sabían que las viejas costumbres de hacá siglo habían causado graves consecuencias en el mundo.

La otra mitad de la zona de Caelum, la zona urbana, consistía de edificaciones y pavimentos, aunque se preservaban los espacios verdes en la mayor cantidad posible. Había sobrevivido varios registros sobres los hechos causados por la deforestación, que incluso habían producido la desaparición de parte del mundo. Ninguna de las construcciones del lugar superaba los cincuenta metros de altura, aunque la infraestructura era de la mejor calidad gracias a la excelente preparación de los profesionales y a la sorprendente capacidad de las máquinas que utilizaban para realizar todo el trabajo. En aquella zona, tenían lugar las actividades excluidas de la zona rural, es decir, aquellas que proveían servicios esenciales o secundarios a la comunidad, como hospitales, bibliotecas y escuelas, las cuales aún dictaban clases en ese horario del día.

La cantidad de escuelas en Caelum dependía de la cantidad de habitantes, por lo que el número actual no superaba las cincuenta, incluyendo las primarias y secundarias. En todas ellas, se enseñaban los mismos temas para cada grupo de estudiantes, por lo que era indiferente asistir a una u otra. Sin embargo, las lecciones en sí mismas, así como la modalidad de enseñanza, habían cambiado mucho desde hacía varios años. Los temas de interés en la formación académica de las futuras generaciones habían sufrido grandes modificaciones muchos años atrás; modificaciones equivalentes al cambio radical en el estilo de vida de los seres humanos que habitaban aquel lugar.

Celestia, 523 d.H.Where stories live. Discover now