18. Serpiente venenosa

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-Chūya~ ¿Porqué haces tanto ruido?- dije cantarín mientras entraba al cuarto en que él se había quedado, que era bastante grande con una cama matrimonial con sábanas de seda roja.

En el departamento en el que se estaba quedando Céline junto con Chūya y Atsushi era de los más lujoso y grandes que había visto; tenía piscina, jaccuzi, una sala de cine privado, una elegante cocina y sala, un gran comedor de cristal y tres habitaciones.

-Voy a llevarle unas cosas Céline- dijo el pelirrojo moviéndose en el cuarto de un lado a otro sin prestarme atención realmente, él iba poniendo algo de ropa en una pequeña maleta, cosas que iba sacando de algunos cajones y un armario que había ahí.

-¿No necesita recuperarse antes de salir?- le dije mientras me acostaba de lado en la cama viéndolo sacar todas las cosas y moverse d un lado para otro en la habitación.

-Dice que quiere quitar de en medio a Akira, de forma permanente- dijo Chūya de espaldas a mi agachándose para abrir un cajón.

Yo miré con atención su perfecto trasero y me relamí los labios de forma inconsciente, ese pequeño pelirrojo era un pedazo de dios griego impresionante, lo peor es que tenía el poder de provocarte los mejores sueños húmedos... justo como me había pasado a mi esa mañana teniendo que tomar una ducha bien fría, supongo que él saca el lado gay de cualquiera. Pero en qué pensaba, ese enano no es capaz de ocasionar nada en mi realmente, sólo me fastidia su forma tan tonta e impulsiva de ser, siempre queriendo arreglar todo a base de golpes.

-¿ALFA dónde duerme?- pregunté acostándome boca arriba para mirar el techo, me interesaría saber las cosas que tiene en su cuarto, podría encontrar cualquier cosa ahí que me fuera de utilidad para descubrir sus intenciones.

-Aquí- dijo Chūya tranquilamente, yo lo miré confundido.

-Pero tu dormiste aquí anoche- él se encogió de hombros.

-Dormimos juntos- dijo Chūya dándose la vuelta para sacar un vestido azul pompón corto, parecía analizarlo con cuidado.

Yo fruncí el ceño sintiéndome inusualmente molesto; ya me era bastante obvio que se conocían desde mucho antes de todo lo que estaba sucediendo, pero había algo que no me cuadraba... la primera vez que los vi juntos casi se besaban, ella le bailó, él se preocupa por ella y viceversa, ahora resulta que duermen juntos, qué falta ¿YA COJIERON Y SE BAÑAN JUNTOS?
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Había llevado una maleta a la Agencia con un vestido, otra playera y unas zapatillas que me había pedido Céline; ese departamento estaba realmente cerca de la Agencia pero a mí se me hizo eterno el camino, Dazai iba como mi copiloto mientras que yo conducía un deportivo rojo que le pertenecía a ALFA, lo sorpresivo es que él iba increíblemente callado y no sabía si eso era bueno o malo.

-Y... ¿qué tal todo?- pregunté intentando llenar el incómodo silencio, aproveché que me había tocado el semáforo en rojo.

-Bien- dijo Dazai con un suspiro para luego mirar por la ventana ignorándome, yo fruncí el ceño.

¿Qué malditos cuernos le pasaba al idiota? Todo había estado bien minutos atrás, incluso anoche se había comportado medianamente descente cuando lo llevé al departamento. Yo ya no intente retomar la plática y sólo conduje en silencio hasta el edificio.

Al estacionar el auto frente a la Agencia, él se bajo y caminó hacia la cajuela del auto, yo bajé extrañado y lo ví confundido, sonreía de forma tranquila.

-¿No vas a abrir la cajuela?- preguntó con tono cantarín, yo asentí y me acerqué para poder abrir la parte trasera del auto.

Dazai tomó la pequeña maleta y entró al edificio sin esperarme y dejándome atrás, con molestia cerré el auto para seguirlo, para encontrarme al muy imbécil coqueteando con la chica de la cafetería. Yo sólo me acerqué a él y le arrebaté la mochila de sus manos para que yo solito me dirigiera al ascensor y subir al piso de la Agencia, la chica me veía sorprendida mientras que él mayor idiota de todos me miraba divertido y me sonreía con su típica e idiota sonrisa coqueta, yo le mostré mi dedo medio y salí de ahí, dejándolo con la camarera.

El Lobo y La Oveja ||SOUKOKU||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora