12. Se perdió el control

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Conocer a ALFA en persona había sido todo un show. Aunque me molesté bastante al darme cuenta de que así como     yo le había quitado el control que detonaba las bombas que había puesto en el edificio, ella me había quitado la cartera. Esa perra...

Pero por lo menos, habíamos podido desactivar todas esas bombas sin olvidar ninguna, de algún modo la maldita había colocado una debajo de mí Yam amado sillón.

La verdad, no me había sorprendido para nada el saber que estaba en la agencia, sólo era cuestión de tiempo para que termináramos conociéndola en persona ya que seguro le gustaría saber lo que teníamos sobre ella, lo cual seguro consiguió de Atsushi y Kunikida sin que se dieran cuenta. Cuando hablé con la pelirroja supe que ella nunca se quedaba en tierra, sino que en una embarcación en medio del mar aunque todavía no conocía la ubicación en específico, y lo que me pareció aún más interesante es que usualmente cuando quiere transmitir un mensaje ya sea para una amenaza o una negociación en primeros términos o que la vaya a proponer siempre utiliza a sus seguidores como medio y cuando va a enfrentar o encarar a algo que seguro termina en golpes, y algún muerto lo hace ella misma, por eso al llegar supe que se trataba de ella si no nadie en la agencia habría estado tan tranquilo en su presencia.

-Dazai-san, llegamos- dijo Atsushi sacándome de mis pensamientos.

-Oh, pero que elegante~ -dije con una sonrisa mientras bajaba del auto de Kunikida.

Un aparente cliente nos había citado a los tres en un restaurante bastante ostentoso, lo cual era bastante extraño a mi parecer y que también revelaba que se trataba de alguien de suma importancia y con mucho poder, sino que caso tiene demostrar que tienes el dinero para darte el lujo de comer en un restaurante cinco estrellas.

Nos acercamos a la entrada donde un guardia nos pidió nuestros nombres para después guiarnos hacia el segundo piso donde en un balcón se encontraba nuestro "cliente".

Se trataba de una chica joven, pelirroja y de ojos púrpura que comía un filete sentada ella sola en una mesa mientras tenía a unos guardaespaldas cerca de ella y a cierta distancia estaban con un semblante serio y firme, de pie. Nos acercamos, yo sonreía mientras que mis dos acompañantes se mantenían completamente serios.

-Vaya, señorita que bella damisela es usted- dije con tono coqueto mientras hacía una reverencia de cualquier típico galante, ella sonrió y dejó a un lado su plato para recargar su mentón en sus manos.

-Muchas gracias, por el cumplido, ¿qué les parece si toman asiento y platicamos un poco?-dijo mientras ladeaba muy levemente la cabeza.

Los tres nos sentamos, quedando yo en medio de Kunikida y Atsushi, y todos con la atención puesta en la mujer que había pedido le retiraran su platillo y le trajeran su postre.

-Es un placer conocerlos, mi nombre es Leena Fukushima- dijo ella con cortesía mientras se echaba hacia atrás en su silla ya que le habían traído una rebanada de pay de moras.

-Nosotros somos el agente Kunikida, Dazai y Atsushi uno de los más jóvenes y de los más recientes agentes-dijo Kunikida mientras nos presentaba a cada uno, y yo ya creía saber a dónde iría esta platica.

-Déjeme adivinar, Madame- dije con tono suave mientras le sonreía con galantería- ¿quiere hablar sobre ALFA?- dije sospechando un poco, era bastante obvio que tarde o temprano si alguien sabía de nuestro actual caso alguien de gran poder nos terminaría contactando, esa mujer si que sabía meterse en problemas y de paso a nosotros también.

La señorita Leena sonrió mientras metía un trozo de pay a su boca, luego asintió con tranquilidad.

-Así es, verán yo soy una de las líderes de La Mafia de Los Ángeles- dijo con tranquilidad mientras ponía su atención en mi, yo ni si quiera miré al idealista y al niño tigre, que era más que seguro que uno estaría frunciendo el ceño y el otro estaría mirándola sorprendido con ojitos de gatito.

El Lobo y La Oveja ||SOUKOKU||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora