El Lobo y La Oveja ||SOUKOKU||

19. SOUKOKU

Esto era una pésima idea, para empezar había la gran probabilidad de que alguien me reconociera y terminaran por calificarme por traidor, y además... ¿PORQUÉ COÑO TENÍA QUE IR DAZAI Y KUNIKIDA?

Yo respiré profundamente mientras me veía en el espejo del baño, recién acababa de tomar una ducha ya que a Céline se le había ocurrido la genial idea de salir los cuatro a divertirnos por "resolver" el asunto con Akira, y las rutas de la Port Mafia se estaban agrandando bastante debido al movimiento que había hecho contra Leena, porque de algún modo ella logró sacarse un plan B de la manga y todo resultó saliendo como ella quiso.

Con un suspiro salí del baño y caminé hacia la habitación que compartía con Céline, donde ella ya sólo se estaba maquillando y peinando. Ella llevaba puesto un vestido vino, corto, de mangas largas y un gran escote, que además se le ajustaba perfectamente a sus curvas; siempre encontraba la manera para verse sensual con cualquier cosa, pero elegante al mismo tiempo con su cabello peinado en un moño de lado y un labial vino adornando sus labios.

-Así hasta pareces alguien de la alta sociedad- dije en broma mientras me acercaba a la cama donde había dejado un traje azul con camisa vino y una corbata de color dorado.

-Vaya gracias- dijo ella con un ligero sarcasmo- pero recuerda que iremos a un lujoso restaurante así que debes verte elegante- dijo ella volteando a verme con una sonrisa mientras se ponía delineador.

-Pfff, ¿Porqué no sólo les dijiste que vinieran al yate? Ya lo conocen- dije mientras me comenzaba a cambiar.

-Porqué en esta ocasión se me ocurrió hacerlo en un lugar... más normal y menos de mi propiedad- dijo ella con tono burlón mientras se terminaba de arreglar para luego ir al armario y sacar unas zapatillas negras que se puso.

-¿Porqué usas tacones? Ya eres bastante alta como para todavía agregarte unos centímetros de más- le reclamé mientras la veía modelar frente a un espejo de cuerpo completo, ella rió y me vio por su reflejo.

Ella entrecerró los ojos y se giró a verme, con una sonrisa se acercó a mi y me ayudó a abrochar mi camisa, yo hice un puchero al estar consciente de que con tacones debía medir más o menos lo mismo que Dazai.

-Chuu-chan, ¿recuerdas cuando me contaste lo de que yo te gustaba?- me preguntó ella mientras tomaba la corbata de la cama, yo asentí extrañado y ligeramente avergonzado- esa vez dijiste que habías encontrado a alguien más... me gustaría saber quién es

Yo abrí los ojos sorprendido y sentí mi rostro enrojecerse, ella tenía que estar bromeando. Yo negué rápidamente en cuanto ella terminó de acomodarme la corbata.

-¿Porqué~? Somos amigos... los amigos hablan de esas cosas- dijo Céline con tono cantarín mirándome divertida.

-Es demasiado complicado y una muy larga historia- dije desviando la mirada- además, no me gustaría decirte su nombre

-Pues no me lo digas, tenemos tiempo de sobra- dijo ella sentándose en la cama y palmeó el lugar a su lado- Puedes comenzar a contarme

-Llegaremos tarde

-No, llegaremos tarde pero con estilo- dijo ella con una gran sonrisa- y si no me cuentas, no saldremos de aquí hasta que lo hagas, ovejita

Yo puse los ojos en blanco y me senté junto a ella en la cama. Suspiré, y mejor decidí acostarme en la cama, ella hizo lo mismo y ambos mirábamos el techo.