Capítulo 9: Dark

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{MULTIMEDIA: Lukas Cassidy}


«Los recuerdos son peores que las balas.»

•••

El baile fue un completo desastre. 

El intento de Philipp, Jackson y Nate por convertir a Violet en una persona normal e integrarla en el instituto falló completamente.

El numerito que Caroline había organizado trayendo a Lukas, y la pelea consecuente a ello, causó la expulsión de los tres, que por suerte, o más bien, gracias al padre de Nate, consistió tan sólo en una semana en lugar del resto del curso. 

Una semana en la que Violet estaría completamente sola, ya que Julia tenía entrenamientos casi toda la semana.

Aunque Violet estaba acostumbrada, hasta ella empezaba a pensar que podría ganarse un sitio en el East Atlanta High School.

Violet dejó escapar una media sonrisa con el último pensamiento, llena de sarcasmo.

A la expulsión de los chicos había que añadirle el castigo que le habían impuesto a ella por colarse en el instituto estando prohibido.

Dos meses y medio, casi tres, por algo que tan solo era una consecuencia a lo que Caroline había hecho.

El castigo que le habían impuesto era quedarse una hora después de las clases los lunes y miércoles hasta el próximo baile, es decir, el baile de primavera.

Y por si fuera poco, también habían castigado a Alek junto a ella, aunque él no había tenido nada que ver con el conflicto.

Aunque era injusto esa cantidad de tiempo de castigo, la directora alegó que no era solo por haber irrumpido en el interior del instituto, sino también por haber sido parte impulsora de la pelea que se había generado entre los chicos y Lukas.

Así que, durante los próximos meses Violet tendría que pasar dos horas a la semana prácticamente a solas, o lo que era peor, con el novio de la causante de todos los problemas que había tenido desde que pisó Atlanta.

La sola idea de pensar que pasados los próximos dos días tendría que enfrentarse a la mirada de todos los curiosos que probablemente ya habrían especulado suficiente sobre lo ocurrido en el baile y sobretodo, sobre la procedencia e identidad de aquel misterioso chico que había aparecido del brazo de Caroline y que era de cualquier sitio menos de Atlanta, hacía que Violet se desmoralizase totalmente y que se viese a sí misma incapaz de afrontar la semana que se aproximaba, ni la siguiente, ni la siguiente.

Pensar en el castigo, y en que tendría que estar a solas con Alek hizo que un escalofrío recorriese su cuerpo de pies a cabeza.

Ni siquiera pudo controlarlo, al igual que no controlaba el temblor de sus piernas cuando le veía ni el sudor frío que caía por su nuca cuando él se aproximaba.

Tampoco pudo evitar los recuerdos que volaron fugazmente a través de su mente a partir de esas sensaciones.

“Violet se vio a sí misma dos años atrás.        Estaba en un cuarto de baño. Completamente sola. Se observó temblando en un rincón, totalmente diferente pero aún así sabía que se trataba de ella.

Estaba llorando aunque intentaba ocultar las lágrimas con las manos, no para que nadie la viese, si no para no verse a sí misma reflejada en el espejo que ocupaba toda la pared frente a ella.

Se avergonzaba. Y no hay nada peor que sentir vergüenza de uno mismo.

Violet reconocía esos gestos, recordaba perfectamente aquella situación por mucho que se hubiese auto convencido de lo contrario, por mucho que se haya esforzado en pasar página.

Causa perdidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora