Capítulo 8: El baile.

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{MULTIMEDIA: Dylan Moore}

-Nada, nada. Es tan solo que eres como la viva imagen de Wendy. 

-¿La de Peter Pan? —preguntó ella confusa—

-¿Quién sino? —contestó él—

Violet hizo una pequeña pausa en la que analizó aquellas palabras de Nate, sin saber si tomárselas como un cumplido o no.

-Tú no eres para nada el Peter de mi imaginación. —dijo ella finalmente—

-Siento haberte decepcionado.            

-No he dicho que haya sido una decepción. —y con estas palabras comprobó como al chaval se le escapaba una sonrisita, que animó a Violet e hizo que se relajase.

-Bueno, ¿vamos? —dijo él tras unos minutos haciendo un gesto que señalaba el coche—

Violet asintió y ambos se metieron en el coche.

El trayecto, a diferencia de la primera vez que había compartido coche con él, no fue para nada tenso o incómodo, sino más bien justo lo contrario.

 Violet fue descubriendo cosas de Nate. Como que tenía un gran sentido del humor. Y que era un amor de persona. Tenía que serlo, porque si no, por qué habría elegido aguantarla a ella, la chica nueva, rara y antisocial; toda la noche.

 Llegaron al instituto poco antes de las diez.

El baile se celebraba en el gimnasio, ya que era la única estancia de todo el recinto que tenía una puerta exterior que permitía a la gente entrar sin tener que pasar por los pasillos y aulas del instituto, que estaban prohibidas en este tipo de celebraciones.

En la puerta les esperaban Julia y Dylan, Jackson con la tal Vanessa, y Philipp con una chica morena que presentó como Claire.

Una vez todos, entraron al baile.

El gimnasio estaba decorado del suelo al techo con motivos invernales. Las gradas habían sido retiradas y en su lugar habían colocado la mesa con las bebidas y los aperitivos.

Frente la entrada, al fondo del gimnasio estaba colocado el escenario donde más tarde tocaría el grupo, DJ o lo que fuese que el instituto hubiera decidido traer.

En el centro del gimnasio se encontraban los alumnos, algunos bailando, otros haciendo el estúpido, y una minoría en las mesas situadas en el lado contrario de los canapés.

Nate y Julia propusieron ir a bailar, y así hicieron.

Violet y Julia junto a Nate y Dylan como unos amigos normales; mientras más alejados estaban Jackson y Philipp con sus parejas, con apenas tres centímetros de separación entre ellos y sus respectivas chicas.

 “Que mal ha sonado eso de ‘sus chicas’” —pensó ella para sus adentros— “Acompañantes, son sus acompañantes.”

Aunque esa palabra tampoco convenció mucho a Violet.

Tras varias canciones horrendas en la pista de baile, Julia propuso sentarse a descansar, y Violet aceptó.

No le agradaba el tipo de música que sonaba aquella noche y de añadido sentía un agudo dolor en el pie izquierdo, probablemente causado por el roce del zapato, supuso.

Se acercaron a una de las mesas que estaban libres, y dejaron ahí sus bolsos, y las chaquetas que Nate y Dylan les habían dado para dejar también.

Causa perdidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora