The Half Blood Princess (El Calíz de Fuego)

27. ¡Ayuda!

Tras la salida de la nota de Rita y la reacción de medio Hogwarts la vida se torno algo dura para ella quien amaba mucho pasar desapercibida. Cada día sin falta oía algún comentario en respecto a ese desgraciado artículo, y tanto para ella como para Harry, era un martirio.

—¡Son novios, son novios, se besan...! —canturreo Pansy Parkinson un día que coincidieron en el pasillo.

—¿Se piensan casar algún día? —preguntaban otros alumnos.

—¡Me quitaste a mi novio! —le reclamó una niña de segundo que estaba segura que Harry no conocía.

Cientos y cientos de comentarios de ese tipo la acompañaron desde ese entonces, y no tenía la menor idea de cómo detenerlos. Harry tenía cerca la segunda prueba del torneo, un enigma sin resolver y un grupo de fans yendo tras el de forma agobiante. Lo último que necesitaba era sentirse absorbido por este embrollo también.

A veces se daba la casualidad de que se encontraban en el pasillo, y ahí era cuando se armaba otro gran lío.

—¡Beso, beso, beso...! —repetian todos los presentes sin cesar.

Y era ahí cuando la multitud se cerraba en torno a ellos para que la distancia entre Annily y Harry fuera corta, y si era necesario sostenían sus cabezas para poder dirigir sus labios. Para la suerte de ambos, nunca llegaron a completar ese beso, siempre pasaba algo antes de que sus labios hicieran contacto. Como la vez que la profesora McGonagall se apareció en el pasillo, y regaño a todo aquel que estuviera participando.

—¡Que está ocurriendo! ¡Señor McLaggen deje de tomar al señor Potter de las muñecas, y usted señor Haddrenn, deje ir a la señorita Snape, por favor!

La multitud se dispersaba y solo así los dejaban en paz, y desde esa ocasión habían obtenido el permiso de McGonagall para utilizar la varita en forma de defensa por los pasillos si era necesario (Hasta donde hemos llegado, pensaba). En algunas clases, no todas, siempre se daba un guiño a su supuesta relación, excepto en la de Snape que quizas no toleraba la idea de la supuesta relación con Potter; se guardaba sus palabras y buscaba otros motivos para molestar.

Unos días después todo Hogwarts empezó a olvidarlo cuando todos se dieron cuenta que la segunda prueba estaba muy cerca. Aunque no por completo fue olvidado, Annily pudo tener un respiro de su "fama". Podía caminar con tranquilidad por el colegio sin recibir nada, a menos que se encontrará con Draco Malfoy o alguna dolida de primero.

–No puedo creer que el siguiente año inicie con los TIMOS –le contaba Hermione de camino a la biblioteca para devolver un libro de Aritmancia que Hermione presto anteriormente– Dicen que son tan difíciles y son muy importantes en el futuro ¿Puedes creerlo? Nos van a preguntar que queremos ser de adultos y yo no tengo ni idea...

–No te hagas mucha esperanza Granger –soltó Malfoy reposado desde la esquina junto a una chica demasiado bonita para ser Pansy– No hay cargos importantes para los sangre sucias así que ve reduciendo tus opciones a ama de llaves o conserje, por lo menos serás útil para encantar material de limpieza.

La chica a su lado río. Hermione empuño la mano y Draco cambio rápido su expresión a una más asustada, sabia que una vez en tercer año Hermione lo había golpeado pero por desgracia no logró apreciarlo, aunque ahora parecía que iba repetirse de nuevo y lo disfrutaría. Draco se echo para atrás pero no sé disculpo por lo que dijo gracias a su orgullo, en vez de eso dirigió su hipocresía al blanco que estaba a la izquierda de Hermione: la misma Nily.

—¿Donde esta Potter? ¿Qué milagro que no te estés besuqueando con él o algo parecido? –dijo Malfoy con una sonrisa.

–¿Y eso que te interesa, acaso estas celoso de que no seas tu?