The Half Blood Princess (El Calíz de Fuego)

17. Los Cuatro Campeones

¿Había escuchado mal, o el profesor Dumbledore había leído el nombre de Harry? De forma inconsciente Annily miró a Harry que parecía estar atontado e incrédulo. Muchos otros también le dirigían las miradas pero de no tan buena gana.

Nadie aplaudía. Un zumbido como de abejas enfurecidas comenzaba a llenar el salón. Algunos alumnos se levantaban para ver mejor a Harry, que seguía inmóvil, sentado en su sitio. En la mesa de los profesores, la profesora McGonagall se levantó y se acercó a Dumbledore, con el que cuchicheó impetuosamente. El profesor Dumbledore inclinaba hacia ella la cabeza, frunciendo un poco el entrecejo. Harry les explicaba algo a Ron y a Hermione, aunque no parecía que ellos les estuvieran prestando mucha atención a lo que él decía.

En la mesa de los profesores, Dumbledore se irguió e hizo un gesto afirmativo a la profesora McGonagall.

—¡Harry Potter! —llamó—. ¡Harry! ¡Levántate y ven aquí, por favor!

Hermione, estaba dándole a Harry un leve empujón. Harry se puso en pie, se pisó el dobladillo de la túnica y se tambaleó un poco. Avanzó por el hueco que había entre las mesas de Gryffindor y Hufflepuff. Cuando por fin el chico llegó a Dumbledore, este le pidio sin sonreír que se reuniera con los otros campeones en la sala de los trofeos. Aún cuando Harry salió, continúo el silencio en el Gran Comedor apesar de que los profesores discutían entre ellos, quizás porque no debían permitir que Harry compitiera.

El profesor Dumbledore, Ludo Bagman, Madame Maxime, el profesor Karkarov, el señor Crouch, la profesora McGonagall y el profesor Snape se retiraron para ir al sitio de los campeones, para discutir lo que habían acordado (si es que habían llegado a un acuerdo, por supuesto)

Y ahí fue cuando los alumnos explotaron en conversaciones.

—¿Como pudo Harry entrar si no tiene los diecisiete años? ¿A qué hora puso su nombre?

Nadie sabía la respuesta a eso.

—Debimos quedarnos toda la tarde —apuntaba Colín— Para ver cómo puso Harry su nombre en el Cáliz.

Pero Annily no creía que Harry hubiera puesto su nombre a la vista de todos, porque de ser así, se hubiera revelado el secreto para engañar al Cáliz de Fuego y con eso muchos más menores de edad se habrían inscrito. ¿Que hizo Potter? La línea de edad de Dumbledore era en verdad poderosa como para que un alumno menor a los diecisiete pudiera engañarla, ¿O acaso Harry logro superar al gran Albus Dumbledore?

—¡Es asombroso, Colín! —aseguraba Dennis— ¡Vamos a poder apoyar a Harry Potter!

—¡Cierto Dennis! —concordó Colín inspirado— ¡Vamos Ginny yo se que estás feliz por eso!

Ginny en el fondo estaba orgullosa de que su amor platónico hubiera destacado de los demás, aunque también la chica estaba muy pensativa con tantos peligros que Harry tendría que pasar si es que le permitían participar. Parecía sorprendente de que por debajo de muchos magos con la edad adecuada y una buena preparación escolar, el cáliz eligiera a Harry, el cual apenas y cursaba el cuarto año.

—¡No deben dejarlo competir! —empezó a rechistar Ginny golpeando su puño con la mesa— Es peligroso hasta para el, no lo soportaría si algo malo le pasará a mi... a Harry. Dumbledore no debe permitirlo, yo sé que el no lo hará, el no lo dejara competir.

—Aunque sería genial si lo hace —insistió Colin.

El Gran Comedor seguía lleno, quizás muchos esperaban el veredicto final de si Harry competía o no. Cuando la profesora McGonagall volvió a aparecer y se puso al frente de la mesa de profesores, muchos guardaron silencio para escuchar bien lo que estaba por decir, por desgracia no era aquello que muchos esperaban.