-¿Otra vez acosándome?
Puse los ojos en blanco, empezábamos bien.
Michael llevaba una camiseta negra sin mangas con el logotipo de los Rolling Stones y unos vaqueros negros super ajustados, me planteé seriamente si no serían de chica. Iba descalzo pero lo que no había olvidado ponerse eran todas esas pulseras que cubrían su muñeca izquierda.
-¡Hey!¿sigues ahí?-preguntó interrumpiendo mis pensamientos.
-Necesito que me hagas un favor-solté de sopetón clavando mi mirada en la suya.
Michael enarcó una ceja visiblemente sorprendido.
-¿Y por qué iba yo a ayudarte?-preguntó apoyando un brazo izquierdo en el marco de la puerta, me quedé mirando esa frase que llevaba tatuada en el antebrazo.
Me obligué a mi misma a apartar la vista de su tatuaje, no había venido aquí para admirarle, había venido a pedirle un favor....¿pero que mierda estaba haciendo?¿enserio iba a hacerlo, en serio iba a pedirle ayuda al vecino más cabrón de todo el edificio? Mi conciencia cruzó los brazos sobre su pecho y movió la cabeza verticalmente con pesadez.
-Porque sabes que si me echases una mano ahora, te debería un favor-contesté secamente, no podía dejarme intimidar.
Enarcó de nuevo una ceja ¿pero por qué mierda hacía eso? Mi mirada se fijó en la suya durante unos segundos, tenía unos ojos preciosos, eran una mezcla entre un verde grisáceo y tal vez un toque de...¿azul? era difícil saber de qué color exacto eran
-Khia, sinceramente, dudo mucho que alguna vez necesite algún favor tuyo.
Ese comentario me dolió más de lo que jamás admitiría.
-Pero si ni siquiera sabes lo que te voy a pedir-protesté con voz de niña
Ahora el que puso los ojos en blanco fue él.
-Quieres ir a la fiesta de Wilson pero tus padres se van a cenar y volverán tarde, así que tienes que quedarte en casa para cuidar a tu hermano-sentenció.
Me quedé mirándolo fijamente durante unos segundos planteándome si habría puesto cámaras ocultas en mi casa para vigilarnos.
-Solo necesitaría que le echases un ojo a Connor, además seguramente solo querrá ver una película o jugar un poco a la Play y la cena está lista, solo tendrías que calentársela en el microondas-me apresuré a explicar, necesitaba que me ayudase.
-A ver, guapa, que tu hermano no es el problema...
¿Guapa? ¿Michael me había llamado guapa? en otra situación me habría puesto como un tomate aún a sabiendas que lo decía sarcásticamente; pero en ese momento no me podía permitir flaquear.
-Entonces ¿por qué no me quieres echar una mano?-le interrumpí.
Michael lanzó un suspiro, visiblemente cansado de nuestra absurda conversación.
-Si hago un favor es a sabiendas de que me lo devolverán y , como ya te he dicho antes, dudo mucho que alguna vez necesite tu ayuda, solo eres una cría.
¡Boom! Michael 1, Khia 0, su comentario fue como un puñetazo en el estómago.
-No soy ninguna cría, de echo tan solo eres un año mayor que yo-protesté de nuevo intentando que mi voz no subiese de tono y parecer lo que exactamente era para él, una cría.
Michael se pasó la mano por el pelo alborotándolo aún más. No pude evitar fijarme en los detellos violáceos que salían de él, aunque era un tipo raro debía admitir que su pelo era increíble.
