Principe Jeon cae en un hechizo que lo hace convertirse en sapo. Y ahora tiene que encontrar un principe omega para que lo bese y el maleficio desaparezca.
-•Basado en mis cuentos infantiles favoritos.
-•Contenido Homosexual.
-•Contenido adulto.
-•J...
-Estúpido alfa, tonto alfa, ¿qué se cree? Bueno es el príncipe, pero... ¡pero no le dá el derecho de tratarme así! -lanzó Yoongi molesto golpeando un saco de papas de un puesto en el mercado.
-¡Oye!- Un hombre con el ceño fruncido lo reprendió.
-Lo siento señor, disculpe.- sobó rápidamente el saco de patatas para salir corriendo del lugar.
Mediante caminaba veía las frutas frescas y brillantes junto a los panes recién salidos del horno debordar un olor sabroso. Sintió su estómago ronronear en hambre, ¿pero qué se supone que debía hacer cuando tres estúpidos alfas le habían quitado su vivienda y junto a el todas sus pertenencias?
Maldijo ser un omega, aunque nunca lo había hecho, pero últimamente la vida se la estaba jugando mal.
Tomó su arco que colgaba en su espalda y empezó a limpiar la punta de sus flechas agradeciendo que aquellos guardias no le quitaran nada para ir a ver al tonto príncipe.
Salió del mercado yendo hacia el bosque. Tenía que cazar algo para poder comer, su estómago rugía y estaba aterrado de morir por alguna hambruna.
Se fue silenciosamente, caminando por todo el lugar, metiéndose entre los troncos de los árboles y arbustos. Iba sigiloso hasta detectar un conejo blanco a unos metros.
Apuntó con la flecha empezando a respirar por la boca, reteniendo la presión y en el milisegundo que su corazón tomó para volver a latir dejó ir la flecha impactando en cuestión de segundos en el cuerpo de aquel animal que se derrumbó soltando borbotones de sangre por la herida.
Corrió hacia él para tomarlo y fue caminado con el animal en mano mientras que con la otra recogía pequeños trozos de madera.
Se situó en un lugar viendo para todos lados al segurararse que ningún leopardo o lobo estuviera cerca. Sacó de su bota una navaja para cortar algunos trozos de las ramas que había recogido posicionandolas en una pequeña torre. Sacó un trozo de carbón y tiza frotandola entre sí, creando chispas que impactaba en aquellas ramas, encendiendo pequeñas llamas que cada vez se hacían más grandes hasta revelar una pequeña hogera.
Sonrió orgulloso y tomó el cuerpo del animal para cortar su cabeza de una sola estocada. Empezó a quitar la coraza de aquella piel blanquecina sin importar llenar sus manos de sangre, sacó las entrañas dejando solo la carne y metió el cuerpo en una barilla para ponerla en el fuego.
Un rato después de gustó de aquella carne y su estómago agradeciendo de estar metiendo algo dentro de él. Él casi nunca había pasado por una situación similar, pero agradecía a su padre ahora difunto que le enseñara. Cosa que ahora en su vida de cacería le servía de mucho. Amaba tomar su arco y apuntar tomando como reto cada distancia mediante los días pasaban mejoraba y eso le enorgullecía.
No iba a negar que cuando tuvo aquel alfa tonto viéndolo tan despectivamente desde el trono le dieron ganas de meter una flecha en el centro de su frente, pero como siempre, los guardias no te dejaban entrar armado y bufó ante eso.
Para cuando terminó se fue hasta al río más cercano tiñendo el rollito de agua al limpiar sus manos llenas de sangre pero rápidamente volvió retomar el color cuando la corriente pasó.
Puso la capucha negra de su camisa yendo a buscar un lugar estable, ya sea en alguna cueva abandonada o al lado de un fuerte roble donde dormir.
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-¡Hazlo más despacio, estúpida beta! - Jungkook pegó la planta de su pie en el rostro de la sirvienta que lavaba sus pies en el tarro de agua bajo él. La beta solo siguió con lo suyo obedeciendo al príncipe quien la veía despectivamente con el ceño fruncido.
Una alfa le daba uvas en su boca cada que se terminaba la anterior mientras otra alfa y un beta le daban aire a cada lado en su silla al lado del jardín. -Veo que estás demasiado ocupado, primo - dijo el alfa Hyunjin llegando donde él, con una sonrisa en su rostro.
-¿Ahora qué quieres, Hyunjin? ¿Vienes a fastidiarme la vida ¿No es así?
-No es así. Sólo vengo a decirte que he enviado al cuervo hasta el próximo reino. Ha tardado más de un mes en llegar pero ha traído una respuesta.
-¿Enserio? ¿Y qué dijo?
-Los Kim aceptan. El príncipe Taehyung está encantado de poder casarse contigo. Sus padres han aceptado unir los reinos en una alianza.
-Muy bien, ¿Necesitas algo más?
-Eh...sí, quería decirte que estuve poniendo en orden los planetarios de la moneda del reino y despedí algunos plebeyos que vinieron a solicitara ayuda.
Eso hizo al príncipe enfurecer y frunció su ceño molesto. No es como si el desease hacer tales cosas, pero le molestaba que alguien tomara desiciones por encima de él. Eso hacía dañar su orgullo y definitivamente le molestaba.
-¡¿Cuántas veces te voy a decir que no tomes decisiones sin consultarme? Soy yo el heredero al trono, yo soy el rey!
-Aún no lo eres. - el alfa vaciló frente a él - Necesitas cumplir tus votos para tomar la corona y eso incluye casarte y si me dejas recordarte aún no lo haz hecho; lo que significa que yo aún puedo tomar decisiones que beneficien al reino.
Jungkook bufó molesto dedicando una mirada llena de odio a su primo quien sonreía victorioso tocando algunas rosas rojizas del jardín.
-¡Basta! - dijo dando otra patada a su criada quien quitó rapidamente el agua con la cual lavaba sus pies- ¡Todos, basta!- los demás sirvientes se retiraron del lugar dejando a los dos alfas solos.
-¿Cuándo te casarás con el hijo de los Park?
-Pronto, ¿tanto te urge que me vaya?
-Eso es una y otra es que necesitamos unir el reino con su casa. Aquí lo único que haces es ponerme de bronca.
-Lo siento, no es mi culpa que una rosa tenga tantas espinas. - se dió una vuelta y salir caminando sutilmente de la zona del jardín.
Jungkook sentía su sangre enardecer, odiaba a su primo, porque siempre deseó quitarle el reino. Él protestaba de que por ser mayor lo merecía, pero Jungkook por ser hijo del rey lo reclamó como suyo y nadie se opuso a eso ya que era por ley.
Más no sabía que Hyunjin era muy astuto y tenía otro plan para desaparecerlo.
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