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Mira el pequeño reloj digital en la mesita de noche junto a la cama, ese día había turnado con Hyungwon para dormir en la habitación mientras el menor dormiría en la sala.

El brillo de la luna era la única luz capaz de iluminar tan solo un poco la casa, colándose por las ventanas, deshaciéndose de la completa oscuridad. Sus respiraciones pesadas eran lo único que se podía escuchar con dificultad.

Era de madrugada donde el frió lo azotaba con fuerza pero aquello ni siquiera lo inmutaba. Tan solo esperaba, faltaban solo unos minutos para las dos de la mañana y la simple idea le dio escalofríos. Escucho unas pisadas cerca de su habitación deteniéndose justo en la puerta, esperaba unos segundos y luego las pisadas retrocederían de nuevo a la sala.

Entonces comenzó.

Un nudo se formó en la boca de su estómago cuando escucho el llanto proveniente de afuera de su habitación, cada noche era así, algunos días más fuertes que otros y Hoseok no podía sentir más que impotencia y lastima. Hyungwon cada noche desde hace un poco más de un mes esperaba pacientemente hasta que Hoseok se durmiera para comenzar a llorar con el mayor silencio posible. Más de una vez pudo escuchar al menor intentando ahogarse entre una almohada para evitar que el llanto lo despertara pero era inútil, él podía escucharlo todo.

Hoseok no era insensible, claro que intento hablar más de una vez con el menor sobre su estado de ánimo, pero lo único que lograba al abrir la boca era empeorar las cosas. Nunca intento hablar directamente del tema ni hacerle saber a Hyungwon que podía escucharlo, prefería saber que el menor lloraba de una forma sana en vez de contenerse más.

Hyungwon era un caso especial, siempre con su expresión neutra, sonriendo al mínimo y con un gesto incómodo solo cuando sentía que debía hacerlo, aquella persona que construía muro tras muro intentando evitar a cualquiera que intentara acercarse, esa misma persona al caer la noche llegaba a su punto más vulnerable. Y Hoseok vio aquello como una oportunidad.

Salió de su habitación dirigiéndose hasta la sala, apenas el contrario pudo notar su presencia se escondió contra los almohadones intentando ocultarse como si aquella acción lo hiciera invisible. —Hyungwon...—

—No es nada, te dije que no es nada.—Hoseok debía estar tranquilo, hablarle con claridad pero la simple imagen frente a el lo hacía querer mandar todo al carajo para ir a abrazar al pequeño pero un movimiento brusco o tanto afecto podía hacerlo reaccionar mal.

—Mírame.—Lo repitió dos veces más a la tercera Hyungwon accedió. Sus ojos hinchados llenos de lágrimas vibraban, su nariz y el contorno de sus labios tenían un color carmesí.

—Sé que no confías en mi, no te haré daño pero sabes muy bien que cuando quieras puedes irte por esa puerta. Soy un completo desconocido para ti después de todo, ¿cierto? — Hyungwon no respondió porque todo aquello era verdad, él jamás había hablado realmente con Hoseok, no lo conocía en absoluto.

—Sin embargo, si me dieras la oportunidad de hacerlo, ¿no crees que las cosas serían más fáciles?— No voy a obligarte a hablar conmigo, pero esto no es sano.

Hyungwon en ese momento volvió a estallar en llanto, se sentía culpable y como una mierda. Ahora aparte de todas sus inseguridades se sentía como un bastardo desagradecido. Esta consiente de que Hoseok pudo haberlo dejado en la calle sin embargo aquel hombre aún sin conocerlo le dio un hogar y toda clase de comodidades.

Sintió el otro lado colchón hundirse con el peso del contrario tomando asiento junto a él, proporcionándole pequeñas caricias en su espalda en forma de consuelo y Hyungwon se dejó hacer.

—Hoseok, quiero confiar en ti. — Si lo pensaba bien le estaban dando una oportunidad de volver a tener una vida normal, pero después de cuatro años siendo tratado de una forma inhumada no importa cuánto tiempo le dieran todo parecía ir demasiado rápido.

Abraza al hombre junto a él dejándose llenar de calidez y en ese momento su corazón se comprime y siente como el aire abandona su cuerpo. Es demasiado, no hay forma de romperse más. Aquellos brazos fuertes rodean su pequeño y delgado cuerpo, el hombre desprende cantidades repletas de amor aún cuando él se siente como la basura más grande del mundo. Hoseok es su protector.

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A la semana siguiente va dentro del auto de Hoseok rumbo a la casa del mejor amigo de este. Se siente avergonzado de su aspecto, tiene la ropa desgastada y está usando un gran suéter de Hoseok debido al frío. El pelinegro le había dicho que un día irían a comprarle más ropa pero Hyungwon todavía se niega a la idea, teme salir a otros sitios, teme él lo encuentre.

—¿Tenemos que hacer esto? No me siento cómodo. No voy a agradarles Hoseok, quiero regresar a casa.—

—Dale la oportunidad, le prometí a Minhyuk que iba a presentarlos algún día. Ya si llegamos allá y no te sientes cómodo podemos irnos en cualquier momento— Hoseok lo miro de reojo colocando una mano sobre la suya y de inmediato aquella acción lo calmo solo unos segundos.

Al llegar a la casa del susodicho estacionaron frente a la entrada, Hyungwon no había bajado del automóvil cuando vio a una persona de cabellera rubia correr hacia ellos y aquello lo alarmó. Se sentía como un infierno, quería largarse de ahí y volver con Hoseok a casa.

—Wonnnie~—Minhyuk se abalanzó sobre el pelinegro abrazándolo con fuerza para luego comenzar a golpearlo sin piedad. —Carajo, no me has hablado desde hace un mes, espero que tengas una buena excusa.

El sonido de la puerta cerrándose los hizo voltear, Minhyuk se sobresaltó al verlo y Hyungwon quiso llorar de solo ver su reacción. Todo había sido una mala idea, probablemente se veía del asco, como un drogadicto en su primera semana de abstinencia, estaba demasiado delgado, sus mejillas casi absorbidas y sus labios secos.

—Hoseok...—El hilo de su voz perdiéndose, estaba a punto de llorar como un imbecil al frente de un desconocido, dos en realidad.

—¿Este es Hyungwon? —La voz del rubio desvió su atención, verlo con una gran sonrisa mientras ahora era a él a quien perseguía. Minhyuk rodeó el carro con rapidez y lo abrazó con fuerza. —Hace tiempo quería conocerte, pero Hoseok es malo, te quiere solo para él.

La alegría del chico era contagiosa, su forma de ser y la manera en que lo trataba cada vez que se dirigía a él lo hacían sentirse diferente. Pero aún así prefería la manera en que Hoseok lo trataba, era menos hablador y jamás lo obligaba a responderle, siempre era tranquilo aunque en momentos tensos su fase de liderazgo salía a la luz.

Tanto amor lo tenía exhausto e intranquilo, pero con esperanzas bajas y casi inexistentes creía que podría acostumbrarse a todo eso.

Quería darse una oportunidad de sentirse amado de nuevo.

the truth untold-2wonメDonde viven las historias. Descúbrelo ahora