VIII

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Has estado encerrada durante horas por tu colapso nervioso, esas celdas te recuerdan a las que alguna vez viste de lejos en el DEO, pero ahora eres tú quien la ocupa y eso sólo causa que tu preocupación sea doble.

Déjame ir. Te lo he dicho decenas de veces, yo no soy tú hija. Soy Lena Luthor, mi padre fue Lionel Luthor y está muerto.

Él te mira a través del cristal reforzado y hace otro gesto de negación.

Cruce a está tierra porque me perseguían los matones de Doomsday. Buscó a la doble de Karen, pero en mi tierra se llama Kara Danvers y es la persona más... Importante de mi vida.

Que fue lo que te hizo cariño.

¡Investiga! Sólo busca algo que compruebe lo que digo. Kara Danvers es su doble, es exactamente igual, sólo que no es mala. Ni siquiera es CEO ni hija de ningún Stark.

Suponiendo que sea verdad, cómo llegaste a esté lugar.

A través de un portal, escucha tengo un dispositivo, en realidad ella me lo quito antes que tú aparecieses.

Él se mantiene serio y tras hacer un gesto extraño con su boca, rebusca en sus bolsillos del saco que lleva.

Ella tenía esto en su mano cuándo quedo inconsciente.

Abres los ojos al máximo y das gracias a los Dioses del universo por ello.
Es el abre portales.

Él lo mantiene en su palma y examina con detalle.

Ten cuidado, no es un juguete.

Vuelve sus ojos a ti y traspasa los tuyos con esos pozos negros y abismales que posee.
Te voy a dar el beneficio de la duda, pero si intentas algo estúpido, allá afuera se harán cargo de ti.

Abrir celda.

Da la orden con su voz y tú mantienes su visión. Él extiende su mano y tú piensas por un momento abrir el portal y escapar, pero has dejado en la propiedad de Karen tus armas para destruir a Doomsday y el otro abre portales propiedad de Sara.
Inhalas todo el aire que puedes y tomas el dispositivo, abres esté con cuidado y presionas un par de botones.
El se aparta bruscamente al ver el enorme círculo de luz que comienza a expandirse.

A través de ese agujero llegue a tu mundo.

Su mandíbula está ligeramente abierta y sus ojos siguen concentrados en ese torrente luminoso. Cierras de golpe el portal y él se mantiene estático.

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Sus manos están rodeando su cabeza, mantiene la vista gacha y tú sientes empatia por su dolor y tristeza.

Si no la encuentro, no quedará nada. Y tal vez ni yo lo logre.

Él alza sus ojos a ti.
Te ayudaré, pero tienes que prometer que no dejarás que ella se acerque a ti.

¿Karen?

Si, no dejes que te devore cómo lo hizo con mi pequeña.
Las lágrimas afloran en sus ojos y por instinto pasas tus pulgares en su rostro, tus ojos comienzan a ver algo más en aquel hombre, ese algo que veías en tu padre cuando vivía y te defendía.

Lamento lo de Neal.

El afianza su mandíbula y te rodea con sus fuertes brazos. Se queda aferrado a ti largo rato, no lo escuchas pero sabes qué está llorando.

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Reproduces una cinta en aquella pantalla holográfica de ella. Su voz es idéntica a la tuya, sus gestos, sonríes al ver cómo eleva el perfil y te reconoces en ella.
No podía creerlo cuando me contó pero... ¡Oh cielos!

Mission 777 (Wattys 2019) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora