VI

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Te enoja profundamente y sólo deseas tenerla enfrente para abofetear su perfecto rostro.
Regresas al lugar donde estabas trabajando y agarras el abre portales. Deseas irte pero algo te contiene, es ella y su historia trágica.
Es el agotamiento de ir cruzando de manera aleatoria tierras y no hallarle. Decides usar las herramientas que tienes en ese lugar y está vez con cabeza fría, crear un plan.

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Llevas horas haciendo trazos y fórmulas en aquellos papeles, tu concentración es tan profunda que cuando una mano se posa en tu hombro, das un respingo y todo lo que tienes en la mano vuela en diferentes direcciones.

Lo siento, mi intención no era asustarte.

Lo observas fijamente y él se incómoda.

Siento no haberte explicado cómo funcionaba realmente esto.
Alza el abre portales que lleva y tú sigues en mutismo.
Vine por el rastro de la señal que emite... Ya sabes.
Vuelve a mover al dispositivo y desvía su mirada hacia el lugar donde se encuentra.

¿Qué haces aquí Cisco?
No sabes porque, pero tu corazón ha comenzado un latido errático. Temes escuchar algo malo, aunque también un hilo de esperanza emerge entre tanta niebla.

No la hemos hallado aún.
El posa de nuevo sus ojos en ti y niegas en forma de respuesta.

Vengo de tierra 38 Lena.
Guarda silencio y lleva las manos a sus bolsillos, tu pulso ahora si se ha desbocado.

¿Qué ha pasado?

El ejército alien que creo Doomsday se ha adueñado de muchas ciudades, y han destruido otra importante... Para ti.

Lo último apenas es un susurro, baja la mirada apenado y un nudo se forma de inmediato en tú estómago.
Ven conmigo.
Extiende su mano y sabes exactamente lo que quiere.
Pasan largos segundos en la disyuntiva si vas o te quedas, pero optas por seguirle.
Voy a programar esto para que me sigas. Nos veremos ahí.

Una luz intensa se abre y de pronto él desaparece, tú mantienes en la palma el aparato sin presionar nada.
Te giras y escribes una nota, de apenas tres líneas y contra voluntad, abres el portal.

**

Abres los ojos cuando sientes que tú cuerpo no se va a derrumbar y te quedas helada.
Estás en la torre más alta de la ciudad, en la azotea para ser precisa, y ves la ola de caos y destrucción que impera en los cuatro puntos cardinales.
Tus ojos se nublan y pican, un sentimiento de desolación te abruma como el triste panorama que ahora ves, inmediatamente recuerdas a la Metrópolis de tierra setenta y nueve.

Esperábamos por ti.

Giras y ves a los otros tres viajeros ahí de pie. Todos están con ojeras y bolsas debajo de los ojos. Hasta la altiva y atrevida Sara Lance ha perdido su brillo.

¿Has tenido suerte?

Es lo primero que pregunta Felicity Smoak.
He hallado varias contrapartes de ella, pero ni una pista sobre Kara.

Todos intercambian miradas extrañas y vuelven sus ojos a ti, aquella reacción te causa confusión.
¿Varias?

Percibes como tu entrecejo se frunce y afirmas poco convencida.

Eso es raro, yo he recorrido catorce tierras y en ninguna ha habido una Kryptoniana con super poderes.

Cisco es el primero en hablar y las otras dos mujeres siguen escaneando tu presencia, cómo si tratarán de hallar algo en tu respuesta.
Yo vi una Kara... Pero no era ella.

Mission 777 (Wattys 2019) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora