Epílogo.

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El aire escapa de tus pulmones y comienzas a toser frenéticamente. Algo te sujeta para que no te caigas al vacío.
Vas a estar bien Lena. Respira. Respira.
Tu cabello está húmedo al igual que tu piel, tú latido es tan acelerado que el pulso golpea incesante tu sien.
¿La tienes?

La voz masculina llama tu atención y es ahí cuando elevas tu cara.
Tranquila Lena, te tenemos.

Él es Alan, alias linterna verde de la tierra de cincuenta y nueve.

Yo te llevo. Tranquila.
Tus ojos van a ella y la observas en silencio, tú mente comienza a despertar del letargo y recuerdas, las imágenes van apareciendo cómo si fuera un proyector fotográfico.
Linda.
Oyes tú voz y te asombras, es profunda y rasposa, cómo si hace siglos no emitiera palabra.
Tranquila. Estás a salvo ahora.
Tu último recuerdo de ella era cayendo desde las alturas.
Por inercia te aferras a su cuello y sientes cómo el aire frío de la primavera choca con tu húmedo cuerpo.
Nos tomó tiempo pero logramos crear una copia de tú dispositivo, con ayuda de Clark y Alan lo hicimos funcionar.

Ella susurra aquella explicación pero no entiendes de que habla.
Cierras los ojos y aspiras los aromas que entran por tus fosas nasales. Ozono y canela son dos olores que distingues bien.
¿Lena estás bien?

Afirmas apenas en su hombro mucho rato después.

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Ella te ha secado el cabello delicadamente con una toalla y ahora te cambia esa sudadera mojada por una nueva con una adoración extrema.
Lena ¿Estás consciente de quien eres?
La pregunta la hace mirando tus ojos. Tu respuesta viene en forma de gesto afirmativo.
¿De que tierra eres?

Soy... Tierra 38.

¿Qué es lo último que recuerdas?

Cierras los ojos y el recuerdo te golpea tras largos segundos. Kara en la camilla, su cuerpo debilitado y su rostro demacrado. Tú sacándola de aquel sitio, la confesión y el beso, llevas el dedo índice a tus labios y recorres a lo largo la superficie agrietada.
¡Kara!
Intentas levantarte pero no equilibras y ella te atrapa en sus brazos.
Sus ojos se encuentran y notas la humedad en ellos.
Kara no estaba ahí Lena. Tú si.

Ella esta bien.
Una voz conocida resuena a metros y enseguida tensas los hombros.
No lo sé Lars. Deberíamos volver a tierra cincuenta y nueve y hacerle estudios.

Dadle chance chicos, estuvo en esa cápsula por largo tiempo.

¿Cápsula?

El azul de sus orbes vuelven la atención a ti y notas ¿Tristeza? ¿Pena? No tienes certeza de qué hacia ti.
Hace siete meses y medio estuviste en mi tierra. El ejército de Doomsday nos atacó, tu cruzaste la abertura temporal.

Siete meses.
El aire escapa de tus pulmones y las piernas te tiemblan.

¡Lena mírame!

Siete meses...
Te desplomas a pesar que ella lucha para que no sea así, pero en un punto comprende tu aturdimiento y se deja caer junto a ti.
Lena me preocupas. Mírame por favor.

No morí... Pero ella me atravesó y yo... Kara.

Sueltas aquello entre sollozos y sientes la presencia de los amigos que rodean a Linda formando un círculo alrededor vuestro.

¡Lena!
En medio de tu llanto desconsolado aquella otra voz llama tú atención. Alzas tus ojos nublados y lo distingues.
Bruce Wayne.

Mission 777 (Wattys 2019) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora