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La noche después del melodioso momento de piano, se hacía más cálida.
Propusieron destapar una botella de champán mientras seguían paseando por los pasillos de la gran casa.
Jae aún no la conocía en su totalidad, y tras pedírselo, Millie accedió.

Un número de cinco recámaras en su totalidad con sus respectivos baños cada una. Tres de ellas tenían vista hacia afuera. Para alguien como lo era él, y aunque fuese difícil de creer por el tipo de vida que llevaba; le parecía satisfactorio, relajante y armonioso. Despertar con el sonido de algunos pajarillos peleando, era más prometedor que oír lo estresante de la ciudad.

─Hay un cuarto en el piso de abajo, ¿qué sucede con él? Tu mayordomo no me dejó pasar ésta mañana

Millie sonrío y le pidió que la siguiese.
No era algo que debía ocultar.

Abrió la puerta y lo dejo pasar primero. Se maravilló al instante mientras veía cada rincón adornado con pinturas, algunas terminadas y otras recién trazadas.

Cerró la puerta detrás de ella y bebió suavemente del champán mientras tomaba asiento en un pequeño sillón.

─Como puedes ver, no se trata de un tesoro o un secreto, simplemente  ..

─ .. Eres tú

Le sonrío con dulzura como hace dos días, cada que la miraba de esa manera no encontraba el modo en tomar aire y controlarse. Sobre todo si en sus palabras se mezclaban halagos sobre su persona.

─¿A qué te refieres?

Le veía pasearse por todo el cuarto mientras miraba cada cosa que encontraba. Parecía que estaba realmente interesado en sumergirse en su pequeño mundo. Era conmovedor y encantador.

─No es necesario que me digan que tu haz hecho ésto, se refleja en cada pincelada. Encaja perfectamente con tu personalidad

─¿Sabes de pinturas también?

─No mucho y no me gusta mentir, dime, ¿porque éstas obras no están en alguna galería?

Millie dejo salir una pequeña risa mientras negaba con la cabeza.

─Resultas más adulador que nada. No son tan geniales. Y realmente no me gustaría que estuviesen ahí

─Pues que lastima, serían un éxito total. ¿Cómo logras que se vean así? Son sorprendentes

Levanto su cuerpo del sofá. Busco un nuevo lienzo para colocarlo en la base de madera. Cogió sus elementos básicos y se postuló frente a él chico que no paraba de parlotear sobre su pasatiempo favorito.

─¿Quieres saber como lo logro?  ─Jae asintió y con un ademán, ella pidió que se sentará en el mismo sofá del que se había levantado.

Lo hizo, dio un trago a su bebida y el líquido quedo atascado en su garganta mientras veía caer cada prenda del cuerpo de Kang Millie.
La luz de la luna se asomaba de entre las cortinas, era perfecto verla así.  Desnudando su cuerpo para él.

─Déjame pedirte un favor. Quiero tener una imagen tuya para mí. Permíteme dibujarte

Las comisuras de sus labios se elevaron, trataba de contener la risa pero su idea escapó de su boca.

─¿Serás mi Jack y yo tu Rouse?

Aunque era un mal chiste, rio como si fuese lo más ocurrente del mundo. Noto que eso le hacia feliz y con libertad soltó varias carcajadas.

─¿Entonces? ¿Puedo hacerlo?

─¿Debo ponerme en alguna pose en especial?  ─negó y estiro sus brazos. Se postuló frente a su lienzo y mirando por breves instantes comenzaba a trazar.

Era increíble que no tuviese que verlo tanto. Sus ojos estaban muy gravados en su memoria, la forma de sus labios, la manera en que caían algunos mechones de su cabello en su frente.

Estaba tan concentrada en su labor que no se dio cuenta del instante en que Jae se había levantado y fue detrás de ella hasta que sintió su respiración en su nuca.

Sus dedos pasaban por sus hombros y acariciaron su espalda fría.

─No debes desconcentrar al artista

Millie giró, y un ligero rubor se esparcio por sus mejillas.

─Entonces el artista no debería desconcentrar al modelo

Sin esperar más, rodeo su cuerpo con sus brazos. Quería sentirla suya. Sin tener necesariamente sexo. Sólo mantenerla abrazada y encontrar su calidez.
Beso su boca mientras ella pasaba sus dedos por su cabello.

─Llévame a tu lugar  ─Jae le mantuvo la mirada y le sonrío. No sabía muy bien a que se refería. Y antes de que lo preguntará Millie siguió─,  Quiero conocer como es tu vida en la ciudad

─¿Quieres ir a Seúl?

Claro que eso no sería un problema. Estaba encantado por esa propuesta.

─¿Tienes una casa, no? Podemos ir ahí

Fascinado con la idea de hacerle conocer muchos centros turiscos, sonrío aún más y beso sus nudillos en respuesta.

─Partimos mañana mismo entonces

Fue una sorpresa para ella también que las cosas se dieran así.
Pero realmente eran sus deseos.
Su corazón pedía más de él.
No quería negarle el paso si sería la última vez de tener esas sensaciones por alguien más.

Un Acompañante de Lujo  [Jaehyun]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora