Tears

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-¡Mala! -dijo Ainia con furia, la miré sorprendida-. ¡¿Cómo alguien puede ser así?! ¡Es la peor persona del mundo!

-Sí, lo sé -suspiré-. No sabes cuanto me arrepiento de haber trabajado con ella.

-Creo que no resultó bien para nadie.

-Para Salem y su gente, sí.

El Festival Vytal había empezado, habían pasado muchas peleas, todas decididas por nosotros según nos conviniera

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El Festival Vytal había empezado, habían pasado muchas peleas, todas decididas por nosotros según nos conviniera. Elegimos un equipo al azar para la nuestra, uno que no importara si pasaba a las finales o no.

-¡Y representando a Haven! ¡Cinder Fall! ¡Emerald Sustrai! ¡Mynte Kori! ¡Mercury Black! -dijo el profesor Port, el maestro de armas y grimms en Beacon, presentando nuestra pelea al tiempo que pasamos a la arena-. ¡El equipo CEMM!

La pelea fue casi que demasiado fácil, empezamos a pelear y solamente bastó unos disparos de Emerald, golpes de Mercury, Cinder y míos para acabar con ellos. Terminé con todo dándole un pisotón a un chico en la cara mientras le mostraba mis ojos en su color natural.

Un movimiento arriesgado, pero divertido al ver su cara de horror. Quizás me había reconocido, quizás no.

O quizás pensaría que estaba alucinando.

Salimos de la arena, Emerald me abrazó por la espalda con entusiasmo y Mercury me felicitó con una gran sonrisa, sonreí feliz hasta que Cinder se acercó momento en el que decidí pasar de ella e ir a la habitación. Últimamente no hacía más que evitarla lo más que pudiera.

-Mynte. ¿A dónde vas? -me di la vuelta para mirar a Cinder, señalé el camino hacia las habitaciones. No le había vuelto a hablar desde lo de Roman-. ¿No quieres ver las otras peleas?

Negué ante esa idea tan patética de perder el tiempo, prefería ir a mi habitación y dedicar mi tiempo a hacer algo productivo. La idea de estar cerca de Cinder me daba repulsión, seguía furiosa con ella. Y hasta que no rescatáramos a Roman y ella se fuera de mi vida para siempre, seguiría furiosa.

-Comprendo, Emerald se encargará de saber quienes del equipo RWBY pasarán a los dobles. Te enviaré un mensaje avisándote.

Asentí y me dirigí hacia la habitación, al llegar di un puñetazo a la pared para calmar mi furia mientras volvía a mi apariencia normal. Normalmente mantenía la calma y contaba para no exaltarme, pero Cinder ya me tenía harta.

Quería que esta farsa se acabara de una vez por todas.

Quería regresar a mi vida normal.

Solo Roman y yo.

Yo le pedía al cielo que así fuera.

Con un suspiro me tiré a la cama, si Roman estuviera aquí me diría que no me dejara llevar por mis emociones, que todo esto era necesario.

Miré al techo empezando a sentirme triste e impotente, otra vez sintiendo lo que era la soledad y un gran temor. Era un vacío, un vacío que te consumía lentamente.

Neopolitane, la historia de una criminalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora