Jardín de Bambú

8: El Ex

Donghae y yo íbamos a tener un maratón de películas de Iron Man esa noche, así que fuimos a la tienda de comestibles local para comprar algunos bocadillos. Donghae se alejó para tomar algo mientras miraba por el pasillo de patatas fritas. Puse mis sabores favoritos en la cesta de la compra y comencé a caminar por la tienda en busca de mi compañero de cuarto. La persona que vi primero, sin embargo, fue Sungmin. Los dos caminábamos por el mismo pasillo el uno hacia el otro, así que no había manera de fingir que no lo había notado.

Sonreí y saludé con la mano para reconocerlo. Traté de parecer relajado y confiado, pero en realidad estaba tomando toda mi fuerza de voluntad para evitar que mi cuerpo se sacudiera de toda la ansiedad que corría por mis venas. Podía sentir los latidos de mi corazón acelerándose en mi pecho y mis palmas empezaban a sudar donde me agarré de la cesta de la compra. Intenté buscar a Donghae alrededor de nuevo, desesperado por que alguien me rescatara.

Sungmin se me acercó con una sonrisa tímida. —Hola.

—Hola, ha pasado un tiempo. ¿Cómo estás? —balbuceo.

—Lo estoy haciendo bien. Finalmente conseguí esa promoción en el trabajo.

—Genial. Te lo mereces —Dios, esto era incómodo...

—Lo juro, deberíamos comprar en mayor cantidad estas cosas —dijo Donghae cuando se acercó a mí y lanzó una caja grandes económica de condones lubricados en mi cesta. Sungmin miró a Donghae cuando habló, luego su mirada siguió la caja hacia la canasta. Sus ojos se ensancharon cuando se dio cuenta de lo que eran y comenzó a morderse el labio. Rápidamente escondí la canasta detrás de mi espalda y deseé que Donghae tuviera un mejor momento. Traté de captar su atención con mis ojos, pero estaba demasiado ocupado estudiando a Sungmin. Vi un destello de reconocimiento en sus ojos antes de darle la espalda a Sungmin y me enfrentó con una mirada de simpatía. Afortunadamente, Sungmin no podía ver la expresión para saber lo patético que realmente era con él. Qué patético sabían todos que yo estaba cerca de él.

—Piensa en pensamientos felices, Hyukjae —mi compañero de cuarto me susurró al oído y le sonreí con gratitud cuando algo de la tensión se alivió de mi cuerpo.

Giré a Donghae de nuevo para enfrentar a mi ex. —Donghae, este es mi... Umm, este es Sungmin. Sungmin, este es mi amigo tontamente adorable Donghae.

Donghae rió suavemente. —¿Tontamente adorable? —preguntó con una sonrisa. Lo golpeé en el costado y él volvió a reír—. Encantado de conocerte, Sungmin.

—Sí, igualmente —respondió Sungmin. Parecía totalmente confundido y realmente desequilibrado en presencia de Donghae. Probablemente debería haber corregido la situación y decirle que Donghae y yo no éramos amantes, pero ¿cuál era el punto? Me gustó ver a Sungmin retorcerse un poco, me hizo pensar que todavía podría importarle, lo que me hizo tan feliz que pensé que mi corazón iba a estallar.

Estaba tratando de decidir de qué manera tomar la conversación para sacarle la mayor cantidad de celos a Sungmin cuando Donghae deslizó su brazo bueno alrededor de mi cintura y me llevó a su lado. Traté de ocultar mi sorpresa ante el gesto, y él me dio una sonrisa juguetona. Poco a poco me fundí en su cálido abrazo cuando se volvió hacia mi ex novio. —Lo siento, Sungmin, ustedes probablemente quieran hablar, pero tenemos un lugar donde debemos estar. Llama a Hyukkie más tarde, ¿de acuerdo?

Donghae realmente se sentía como mi Caballero en Armadura Brillante. La manera fácil en que me abrazó y la forma en que fingió perfectamente ignorar la incomodidad de Sungmin fue increíble. No quería irme, quería quedarme y hablar con Sungmin un poco más, pero Donghae había tomado el control completo de toda la situación y no podía hacer nada para detenerlo sin parecer un completo estúpido. —Umm, sí... ¿llámame más tarde?

—Sí, claro Hyuk.

Donghae se dio la vuelta, llevándome con él. —¿Deberíamos tomar algunos dulces antes de irnos? —preguntó, como si Sungmin hubiera dejado de existir. Mientras nos alejábamos, se acercó, hasta que sus labios rozaron mi oreja y susurró—. No mires atrás.

Asentí y miré a mis pies. —Sabes que me encantan los dulces.

—Sí —Donghae tomó algunas galletas y jugo mientras nos dirigíamos al puesto de pago.

Cuando salimos de la tienda, me deslicé del abrazo de mi compañero. —Gracias por eso.

—En cualquier momento. Lo vi caminar hacia ti y te veías como si estuvieras a punto de mearte, así que pensé que debería ayudarte. Espero que el truco con los condones no fuera demasiado.

—Fue perfecto, pero ¿cómo supiste que era él? ¿Fui tan obvio?

—Nah, lo reconocí por el día en que lo vimos en la grabación de seguridad.

—Oh. Bueno, de todos modos, realmente lo aprecio.

—Para eso son los amigos tontamente adorables.

—Ugh, ¿qué voy a hacer cuando se dé cuenta de que todo era mentira? Será aún más embarazoso.

—¿Qué mentira? Realmente necesito condones y realmente debería comprar en mayor cantidad. Le dijiste que somos amigos, lo cual es cierto, ¿verdad? Supongo que mentí sobre tener un lugar para estar, pero eso es solo una mentira blanca y tú parecía totalmente rudo alejándote de él primero.

—Supongo que sí. Todavía me siento un poco patético. Desearía poder hablar más con él.

—¿Quieres que vuelva allí y le diga la verdad? ¿Que solo soy un modelo de ropa interior al azar con el que te niegas a dormir sin importar cuánto te lo suplique?

—¡Oh Dios, no hagas eso!

Se encogió de hombros y me quitó la bolsa de la compra, como haría un verdadero novio. —Es verdad.