El sol ya estaba ocultándose en el horizonte tiñendo el cielo de un anaranjado oscuro.
—Ya llegue — anuncio una mujer de piel morena y cabello castaño amarrado, aquella mujer vestía una blusa fucsia, unas zapatillas, unos vaqueros de color negro y en su espalda llevaba una mochila.
—Hola Emilia, como te fue en el trabajo — le recibió con una gran sonrisa su esposo en la sala.
—A pues ya sabes lo de siem... ¿Emilia? — El sujeto de nombre Steven comenzó a ponerse nervioso — tu no me llamas por mi nombre a no ser que estés ocultando algo — le dijo con el ceño fruncido.
—De... de que estas ha... hablando ca... cariño no te estoy ocultando nada *Hora sí que lo eche a perder*
Su mujer se acerco a él hasta estar a solo centímetros de su rostro, sentir la mirada inquisidora de su esposa lo ponía mas nervioso.
—¡Mamá volviste!
La mujer giro su rostro hacia la voz infantil que escucho percatándose inmediatamente que era su hijo Lincoln que se encontraba parado en la entrada de la cocina con su rostro levemente girado hacia la izquierda.
—Ah mi pequeño — fue corriendo a abrazar a su hijo.
Lincoln desde el hombro derecho de su madre, le levanto el pulgar a su padre indicándole que él se encargaría desde este momento.
El hombre suspiro aliviado de que su esposa ahora no le prestara atención, pero no podía evitar preocuparse del plan de su hijo para que su madre evitara ver aquel ojo morado.
—Iré a servir los platos — dijo Lincoln que rápidamente giro hacia la izquierda dándole la espalda a su madre para luego adentrarse a la cocina.
—De acuerdo mi niño — dijo cariñosamente y en solo unos segundos su rostro cambio a un sombrío al mirar a su esposo — no creas que te has salvado y lo que sea que me estés ocultando espero que no sea lo que estoy pensando — dicho esto la mujer se fue al comedor.
Steven paso saliva, aun no podía creer que luego de tantos años juntos ella aun pensara que él tiene una amante, aunque para ser honestos, mujeres se les han insinuado bastante luego de casarse, pero él solo amaba a una y esa era su esposa a la cual quería tal y como era.
El señor Smith pasó al comedor y viendo a su esposa ya sentada en la mesa, siguió el plan de su hijo y se sentó a la derecha de su esposa.
—*Espero que no se dé cuenta* — rogo en silencio Steven.
—Acá esta la comida — anuncio Lincoln que con un gran equilibrio traía los tres platos de comida dejándolos en la mesa, claro que se encontraba de perfil frente a su madre mostrando su lado derecho.
Luego de eso el niño albino se sentó a la izquierda de su madre.
Agradecieron por los alimentos en la mesa y comenzaron a comer, Lincoln acabo con todo lo que había en su plato ya que mientras mas rápido termine, mas pronto podría ir a su cuarto, solo era cuestión de que su madre no viera el lado izquierdo de su cara hasta que bajara la hinchazón de su ojo.
—Gracias por la comida, voy a mi cuarto — dijo Lincoln que con prisa se bajo de la silla y se fue hacia las escaleras.
—¡Alto ahí jovencito! — el grito de su madre lo detuvo justo en el umbral del comedor.
—Que... que ocurre mamá — giro lentamente su rostro asegurándose solo mostrar su lado derecho.
Emilia no dijo nada, solamente se paró de su asiento y con pasos firmes se acerco a su hijo, una vez cerca, con su mano agarro su barbilla y giro su rostro para que lo viera de frente.
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Ya no soy un Loud
FanfictionCriado desde pequeño por otra familia. Lincoln ya no lleva el apellido Loud pero aun así sigue siendo un Loud de sangre. ¿Podrán sus instintos reconocer a su verdadera familia, en especial a sus hermanas? Eso sin olvidar que los sentimientos son muy...