La nueva escuela

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Es un nuevo y soleado día en Royal Woods; en el cuarto de una tranquila casa del vecindario mas ruidoso encontramos al chico albino Lincoln en los brazos de Morfeo disfrutando de aquella paz que tenia.

BRIIIN!

-Agg tonta alarma – balbuceo entre sueños el chico de cabellos blancos.

Estirando su brazo apago el reloj al lado de su cama y se levanto sobándose sus ojos.

-¡Verdad hoy es Lunes! – dijo con... ¿Emoción?

Rápidamente salió de su cuarto con su piyama pero a medio camino se detuvo mirando a la nada.

-Hola amigos tal vez les parezca raro mi buen humor pero es que hoy tengo escuela – hubo un segundo de silencio y siguió hablando – si, tal vez suene raro que me emocione con esto pero es que iré a una nueva escuela, prácticamente seré el chico nuevo haya ya que nadie me conoce, es como empezar de cero, podre tener muchos amigos y si viven cerca de mi casa eso sería fantástico.

Luego de haber hablado con la pared siguió su marcha hacia el baño donde se cepillo sus dientes, se lavo la cara hasta incluso se peino; luego bajo hasta el primer piso donde encontró a su padre en la cocina preparando su desayuno.

-Vaya quien diría que un niño podría estar feliz los lunes – menciono su padre al ver la sonrisa de Lincoln.

-Hola papá... ¿y mamá? – pregunto al no verla en la cocina.

-Tuvo que salir temprano a su trabajo por lo que hoy yo te llevare en el colegio y si quieres puedes sacar un poco del cereal azucarado de Ace Savvy ya que ella no está aquí – le giño el ojo.

Lincoln abrazo a su padre y después con una silla se fue al estante donde estaba ''escondido'' el cereal; para Lincoln su padre también era su algo así como su amigo, siempre lo consentía cuando su madre no estaba pero eso no significaba que no le reprendía cuando hacia algo mal.

Una vez terminado su cereal azucarado con leche, volvió a su cuarto y se puso su clásica ropa de unos tenis blancos, vaqueros azules y su favorita camisa naranja; una vez listo y con su mochila con los útiles alistados el día de ayer, salió con su padre y se metieron al carro.

-En marcha – dijo el hombre mientras arrancaba el vehículo.

En el momento que abandonaron la calle, la ruidosa familia Loud salió de la casa todos apurados y gritando, luego entraron en Vanzilla y se acomodaron como pudieron.

-¡Apúrense que vamos tarde! – grito la mayor de las hermanas que lucía toda desaliñada.

Antes que cerraran la puerta de Vanzilla una última de las hermanas logro entrar a las justas.

-Como la parca llegue en el momento indicado... suspiro – vio al resto de sus hermanas que eran ignorantes de que la habían olvidado... como usualmente pasaba.

.

El carro Station Wagon color blanco se estaciono frente a la escuela y de ahí bajo Lincoln que no perdió esa sonrisa en todo el camino.

-¿Ya sabes el salón que te toca Lincoln? – El albino asintió rápidamente.

Antes de mudarse, la pareja ya habían hecho los papeles para matricular a su hijo en el colegio para que continuara sus estudios, ellos confiaban en que su hijo se adaptara al ritmo de la clase después de todo él era inteligente y responsable, algo que le habían inculcado ellos junto con los buenos valores que uno debe aprender desde el hogar.

Despidiéndose de su hijo y prometiéndole que lo recogería para la salida, el señor se fue dejando a Lincoln que tomando mucho aire y soltándolo se encamino hacia su nueva escuela pasando el gran portón.

Ya no soy un LoudDonde viven las historias. Descúbrelo ahora