VIII

249 17 1
                                    

Por fin una mañana lluviosa, pensó con los ojos entrecerrados y la cabeza hundida completamente en un sueño que no entendía.
Luke se había quedado dormido pensando en las tragedias que había vivido y los errores que había cometido repetidas veces con Ámbar,y estaba seguro de que no quería volver a cometerlos.

Apenas levantó la cabeza un segundo y ya supo que algo andaba mal; no sabía si era su humor o su cuerpo pero se sentía desmotivado. Deseaba que todas las tareas que le quedaban por hacer fueran responsabilidad de otra persona. O mejor tener un clon.

Logró sentarse luego de diez minutos y al querer llamar a su madre se dió cuenta que su voz se había ido casi por completo,y supo que la semana del resfriado había llegado.
Siempre había una semana en todos los meses en las que el palacio cancelaba todas sus actividades debido a que alguien en el palacio no estaba en condiciones; se imaginó todo lo que tendrían que cancelar en estos tiempos si alguien se enterara.

Elizabeth entró a la habitación viendo a su hijo en aquél estado de palidez y se asustó demasiado,pero el intentó calmarla sonriendo de lado y fingiendo que estaba bien,no le había llegado la hora todavía.
La reina agitó la campana de bolsillo que llevaba con ella para llamar a los sirvientes y enseguida apareció Robecca; la enfermera personal.

Robecca también era como una madre para Luke. Definitivamente nunca se olvidaría se la vez que lo salvó de un cuadro de tuberculosis cuando el virus había empezado a propagarse. Si no fuera por ella, él no estaría a una semana de la boda de sus pesadillas.

La mujer le dió un diagnóstico a la reina sobre su hijo, recomendándole reposo absoluto por las siguientes 13 horas si querían que se recupere por completo para el evento.

Y bien? —La reina se sentó al lado de su hijo,quien no lograba despegar sus manos de su cabeza— Me debes una explicación sobre lo de ayer.

Mamá...No me siento..

Eres el futuro rey de Inglaterra, ¿en serio prefieres casarte con una persona nefasta que sólo te quiere por tu belleza?

¿Acaso Camillah no es así? —Luke levantó la voz enojado y sintió su garganta arder.

Necesito el dinero,hijo. —Se acercó a él— Necesito el dinero de Félix.

El príncipe sintió como sus ojos se llenaban de lágrimas,por la angustia que cargaba y la luz potente que entraba por la ventana; quería llorar. Queria no pensar que en cualquier momento estaría en el altar con la hija de la persona a la que su madre solo quiere sacarle algo material.

Acuestate con él. Es más fácil.

Se levantó enojado dirigiendose hacia el Living esperando los gritos de su madre detrás de él,quien de lo contrario prefirió dejarlo solo y entender que no se sentía bien y hoy no era el día correcto para preguntarle sobre su futuro.

Luke se sentó en la silla esperando su desayuno aunque Safiyah le había prometido llevárselo a la cama,pero realmente no le gustaba esa tradición.
No le gustaba sentirse vulnerable, él quería sentirse más feliz y vivo que nunca.

El estrés que manejaba en el momento era casi inexplicable, logró sentir todo el peso que llevaba sobre sus hombros en un abrir y cerrar de ojos.
Estaba cerca de su boda,su coronación y un baile sorpresa para festejar,y tenía que lidiar con un resfriado que no sabían cuánto duraría.

No lograba recalcular en su mente el inepto plan de sus padres al querer robarle el dinero y el trono a los reyes de Francia; querian todo el país para ellos,y si Luke reinaba dos paises a la vez lo más probable era que terminaria falleciendo en un cuadro de nervios.

Tras un desayuno silencioso y algunos papeles que firmar,las trompetas empezaron a sonar anunciando la llegada de la princesa Camillah,quien venía sola en busca de su futuro esposo para charlar.

Camillah —La reina hizo una reverencia.—No te esperabamos por aquí.

La morocha suspiró,copiando su gesto. —Elizabeth. No había planeado esto. —sonrió.

El gusto es nuestro,Luke está muy emocionado por lo que está por venir.

Las dos comenzaron a reirse y a intercambiar gestos mientras el rubio escuchaba todo y negaba completa y rotundamente su emoción. Lo que Luke no sabía era que Elizabeth si la esperaba. Las dos tenían un plan.

Luego de un par de minutos de compartir unas carcajadas Camillah se acercó al principe dirigida a sentarse sobre sus piernas,llenandolo de besos.

Te extrañe demasiado —exclamó al instante en el que lo vio a los ojos y notó su palidez. —¿Estas bien?

Luke se rió sarcástico. —Me sorprende que lo preguntes.

Los dos se arrastraron prácticamente hacia la habitación quedando encerrados por las siguientes horas; Elizabeth quería que su hijo se viera obligado a convivir por un tiempo con la persona a la que todavía no lograba amar.

Luke sentía en Camillah lo que no sentía con Ámbar; incomodidad.
Él sabía que la morocha sólo lo buscaba por el trono de Inglaterra y escaparse de aquel castillo.

Se acercó a su futuro esposo peinándole el cabello y abrió la boca para decir algo,pero no lo logró. Prefirió guardar silencio y esperar para actuar.
Luke se encontraba en un sueño profundo después de unos pocos minutos; las caricias de Camillah lograron sedarlo inmediatamente y decidió descansar para sentirse mejor.

Mientras el príncipe dormía Camillah tomó una de sus tenebrosas ideas, recordando el trato con la reina y corrió hacia la enfermería en busca de un frasco que contenía anestesia; aquél líquido que te sedaba y te hacía sentir muerto; como si flotaras,como si pudieras saltar de un acantilado sin sentir ningún tipo de dolor,lanzando carcajadas sin cesar.
Le consulto a Robecca con una mentira y muy fácilmente logró conseguir lo que quería sin que nadie sospechara.

Es hora de levantarse.

Camillah sonrió dándole besos al rubio, quién luego de unas largas dos horas por fin se despertaba,sintiendose peor que antes.
La morocha instantáneamente se dió cuenta y comenzó a actuar,contandole sobre aquél remedio que la enfermera le habia "otorgado" el cuál supuestamente terminaría con su dolor de cabeza.

Una cucharada y media del líquido azul y Luke se sentía inmortal. Imposible de lastimar.
Reía sin parar con cada movimiento que su pareja hacía,y a ella le causaba demasiada gracia ver como sus rulos rebotaban contra su cabeza cada vez que corría a abrazarla.

Ya al rededor de sus brazos la princesa sonrió susurrándole; —Vas a ser mío en unos días. Olvídate de Ámbar.

¿Quien es Ámbar? —sedado,le devolvió el susurro junto con un beso en la frente.

Es malvada. No confíes en ella.

Se acercó a la morocha tomándola por la cintura y después de compartir risas y besos por fin le exclamó; —Nunca.

Camillah apagó las luces,dejando unas velas encendidas y corriendo hacia donde estaba Luke,desnudandolo completamente entre besos y manos que tocaban aquí y allá.

Él se propuso a hacer lo mismo, completamente envuelto en una mentira y drogado por aquél líquido azul que,sin saber,su madre había preparado para que la princesa llevara a cabo el plan de ponerlo de su lado.

Una vez en la cama lo único que se oía eran sus respiraciones; y Luke se sentía bien. Además de estar casi dormido sentía las ganas de besar a su pareja y tocar su cuerpo hasta el amanecer. Y Camillah estaba totalmente de acuerdo.

The KingdomDonde viven las historias. Descúbrelo ahora